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Diario de las Finales NBA: 15 de junio

LA FOTO: MANU, TONY Y TIM

EL ANÁLISIS: El momento del Big Three

Por Bruno Altieri, enviado especial

MIAMI -- Todo aquel que haya observado al menos unos minutos de estas Finales de NBA sabrá que los Spurs no dependen de sus estrellas. Gregg Popovich ha conquistado, en su laboratorio, la fórmula imposible: jugadores inteligentes, solidarios, con un ADN especial que les permite dar un paso atrás, en el momento indicado, para que otro compañero pueda lucirse.

Los únicos números que importan en estas tierras son los que se ubican en el casillero de los triunfos. No es una frase hecha: las planillas de esta definición han dado paso a este posicionamiento en el mundo del básquetbol: no hay mejor jugador que todos juntos. "Es lo que somos nosotros. Es nuestra esencia. Esto es San Antonio desde el día cero", dijo Manu Ginóbili a ESPN en la atención a la prensa del sábado por la tarde.

Tony Parker lidera a los Spurs en anotaciones con 17.5 puntos por juego, y este es un dato increíble porque es el número más bajo de promedio anotador del goleador de un equipo dentro de un potencial equipo de campeonato, considerando la historia desde que se instauró la era del reloj de posesión, en 1954-55. Las estadísticas, entonces, nos ayudan a explicar el fenómeno, pero jamás a comprenderlo por completo: las matemáticas, dentro del básquetbol, a veces lucen incompletas cuando se trata de solidaridad, trabajo de conjunto e inteligencia.

Dicho esto, y habiendo hecho foco en la materia prima inusual con la que está creada la columna vertebral de Spurs, debemos hacer foco en el Big Three de cara al trascendental partido de esta noche ante Miami Heat, que le puede dar al conjunto texano su quinto título de campeonato en su historia. "No pensamos en lo que viene después. No pensamos en las tres oportunidades, nosotros vemos sólo una y no la queremos dejar pasar", agregó Ginóbili.

Kawhi Leonard está jugando como un potencial MVP, secundado por Boris Diaw y Patty Mills, dos jugadores que en la temporada pasada carecían de este impacto. De hecho, en la definición de 2013 Mills tenía como función agitar las toallas en el banco de suplentes, vestido de civil. "Sólo queríamos volver a hacer lo que los Spurs hicieron toda la temporada. Creo que lo logramos y lo sentimos en los últimos partidos", dijo Diaw, pieza clave transformada en uno de los mejores jugadores de la Liga a partir de su inteligencia, al ser consultado.

Todos sabemos que San Antonio ha dado una clase de básquetbol en los últimos dos partidos de estas Finales. Incluso, rozaron la perfección en el cuarto juego en el American Airlines Arena.

"Creo que nunca jugamos de esta manera. En defensa cerrando la llave, en ataque moviendo el balón... No recuerdo un partido así", completó Ginóbili a ESPN. Sin embargo, esta noche los Spurs necesitarán de su Big Three para ganar el partido y, por ende, conseguir el campeonato. Esta clase de partidos requiere del aporte mancomunado de Tony Parker, Manu Ginóbili y Tim Duncan.

No estamos diciendo que San Antonio deba cambiar algo en particular, al contrario: debe intensificar su estrategia defensiva y ofensiva, pero serán estos tres jugadores los que, casi como una obligación, deberán conducir al equipo a clavar la estaca en el pecho del Heat para evitar una sorpresa inesperada. La experiencia es un valor agregado que puede ser la diferencia en esta clase de instancias.

Nadie habla de básquetbol de estrellas –estamos TAN lejos de esto-, sino de hacer hincapié en la responsabilidad de los que ya conocen cómo conseguir un campeonato. Los Spurs son, a mi entender, el mejor equipo de la NBA por la manera en la que se conducen para llegar al éxito. Todo forma parte de una maquinaria, de un sistema que obliga al orden pero que, al mismo tiempo, fomenta la creatividad en todas sus formas.

Aunque suene absurdo, lo impensado aquí está, también, planificado. Como las grandes obras de la historia, el libreto tiene un espacio reservado para la improvisación. Diagonales que funcionan como salidas de emergencia necesarias en un mundo de líneas rectas. En ese recorrido, el Big Three es el que logra, a veces de manera imperceptible, que la sinfonía suene como busca el director.

El Heat, por su parte, no tiene mañana. Existe un lugar común que debemos erradicar de inmediato: es una mentira atroz que el Heat haya sido siempre básquetbol de estrellas y punto. Lo que ha sucedido es que los Spurs han frustrado a Miami en estas Finales, obligándole a tener una dependencia absoluta de LeBron James.

El conjunto de Erik Spoelstra no era en la NBA esto que vimos; San Antonio lo ha empujado al egoísmo. La única salida que le ha cedido, con su estilo solidario y su defensa intensa, es que todo lo que esté dando vueltas vaya a parar a las manos de James. Uno contra todos, todos contra uno.

"Uno gasta demasiada energía con un equipo así", le dijo James a ESPN. "Mueven la bola y la continúan moviendo. Usan los 24 segundos y mueven la pelota, y la mueven, y la siguen moviendo, y al final de la posesión anotan los tiros. Eso nos quita muchísima energía", completó.

Si Miami quiere tener alguna salida en esta serie, necesitará de un mejor aporte de Dwyane Wade y Chris Bosh para acompañar a LeBron James. Pero no sólo eso: Mario Chalmers y Norris Cole estuvieron absolutamente desaparecidos de esta eliminatoria de Finales y esa es una de las grandes razones por las que Miami ha caído en un pozo profundo.

Suena incompleto hablar de jugadores y no de un sistema de juego, pero esto es mérito de los Spurs: han quebrado a un equipo para transformarlo sólo en piezas. Ya no hablamos de la defensa del Heat sino de los aportes menores de jugadores estrella o de rol. Hasta el momento, la batalla estratégica ha quedado en las manos de Popovich.

"Podría volver a utilizarlo, está en mi mente", dijo Spoelstra cuando se le consultó por un potencial regreso de Udonis Haslem a la formación inicial, lo que terminaría con la estrategia de cinco perimetrales ante Spurs.

Cambiar de manera radical, en este momento de la eliminatoria, puede resultar muy peligroso.

A pocas horas del quinto juego de las Finales, que tiene a los Spurs a un escalón del campeonato, la ciudad se mantiene expectante. Banderas, camisetas, carteles, todo apunta al juego de esta noche.

"Aprendimos de lo que nos pasó, y sólo pensamos en el quinto partido. Nada más. Estamos enfocados, esto no está terminado hasta que termina. Nuestra meta es ganar un solo partido más", dijo Tim Duncan.

Nunca un equipo se recuperó de un 1-3 en Finales en la historia de la NBA (0-31). Los Spurs mantienen el foco para evitar que el Heat, peligroso en su esencia, pueda ser el primero en la historia.

El Big Three deberá tener mucho que ver esta noche para poder lograrlo.