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Una verdadera revelación

A Bélgica le costó mucho ganarle a Argelia Getty Images

BELO HORIZONTE (Enviado especial) -- - En el mediodía de Belo Horizonte, la mayoría de la gente, ya sea en el estadio o por TV, quería ver al renombrado Bélgica. Disfrutar de su juego, presenciar un espectáculo.

Lo que pasó es lo que suele suceder en el fútbol. Tanta expectativa, tanta promesa, termina siendo perjudicial. Sobre todo con la presión de un debut de Copa del Mundo. Y aparecen las sorpresas. En este caso, Argelia. Las preguntas que surgen son: ¿Cómo jugó Bélgica? ¿Es realmente candidato al título?

El conjunto de Marc Wilmots salió al Mineirao con el seguro Thibaut Courtois en el arco. Una garantía bajo los tres palos. En la defensa, Toby Alderweireld, su compañero de Atlético de Madrid, en el lateral derecho. Los experimentados Daniel Van Buyten y Vincent Kompany (los más veteranos entre los 11) como centrales, y Jan Vertonghen por la izquierda.

Van Buyten, zaguero de 36 años de Bayern Munich, se hizo cargo de la prolija salida desde el fondo. El capitán Kompany también ordenó la defensa. Los laterales Alderweireld y Vertonghen, autor del penal que cambió por gol Feghouli, se adelantaron en el 0-1, pero prácticamente no recibieron juego por los costados. Eso contribuyó con la falta de variantes que mostró Bélgica durante esa primera mitad.

En el mediocampo, Axel Witsel se paró delante de la defensa. El de Zenit de San Petersburgo fue el patrón de la mitad, pidiéndolas todas, comenzando el armado del juego. A su derecha, se paró Kevin De Bruyne, el encargado de la pelota parada, que se cerraba al momento de crear.

La figura Eden Hazard tenía la tarea de desequilibrar por izquierda, pero el jugador de Chelsea rara vez lo consiguió en esos primeros 45 minutos. Moussa Dembele y Nacer Chadli, parados delante de Witsel, se ofrecían como pase, pero aportaron poco en el retroceso. El juego belga fue casi intrascendente en el primer tiempo. Calificativo que le corresponde también a Romelu Lukaku, único punta neto, que no tuvo chances de gol. El de Everton es el único que se queda en ofensiva en la pelota parada rival y estuvo desconectado del resto.

Bélgica abusó del toque centralizado y sólo inquietó en el primer tiempo con remates desde afuera. Argelia también influyó en esa falta de ideas. Los de Vahid Halilhodzic jugaron con una gran intensidad, como debían afrontar la presentación en su cuarta Copa del Mundo, sin nada que perder ante el favorito. Metiendo en cada pelota, marcando de cerca. Ese bloque homogéneo de hinchas argelinos, ubicados detrás del banco de suplentes de su equipo para darle el toque verde y blanco al Mineirao, aplaudieron el esfuerzo de sus jugadores.

Si bien no se los escuchó desde el palco de prensa, debe haber habido gritos de Wilmots en el vestuario. El técnico acertó con los cambios que dieron vuelta la historia. Sin tocar el dibujo y con un adelantamiento lógico, producto de la necesidad de revertir el marcador y del retraso de Argelia, Bélgica mejoró considerablemente.

Fue clave la entrada de Dries Mertens por Chadli en el arranque del complemento. El hombre de Napoli le dio frescura a su equipo, llegó al fondo, rompió a la férrea defensa argelina. Divock Origi reemplazó al apagado Lukaku como hombre de área. También se dio el ingreso esperado: Marouane Fellaini en lugar de Dembele. Fue justamente el mediocampista de Manchester United el que logró el 1-1 a 20 del final, con un notable cabezazo, tras el centro de De Bruyne.

A 10 del cierre, llegó el tanto del triunfo, obra de otro reemplazo. Argelia quedó llamativamente mal parado y en una contra infernal, Hazard corrió por izquierda y abrió a la derecha para el remate alto y potente de Mertens.

La principal virtud de Bélgica fue la paciencia. Intentó jugar siempre, tuvo un 65% de posesión y no se desesperó, más allá de haber pasado 70 minutos en desventaja. Además, encontró soluciones en el banco. Lo preocupante fue su falta de luces en el arranque para romper el planteo rival y la imprecisión de sus futbolistas de mejor pie.

Para saber si el equipo de Wilmots es candidato al título, hay que esperar el correr de los partidos. Y si bien no es parámetro un debut mundialista, por todo lo que trae aparejado, hoy por hoy parece lejos de Alemania, Brasil, Holanda o Argentina, por citar algunos.

Por otro lado, cuesta dar como revelación a un equipo que llegó a Brasil con ocho triunfos y dos empates en las Eliminatorias europeas y una chapa inmensa por parte de la crítica especializada.

La revelación del mediodía de Belo Horizonte se llama Argelia.