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La puerta abierta

PORTO ALEGRE (Enviado especial) -- Puede comenzar una nueva historia en la Selección argentina. No sólo por el cierre de los grupos y el inicio de la fase final, sino por la lesión de Sergio Agüero.

La baja del delantero de Manchester City le abre una puerta a Alejandro Sabella. Puede ser una oportunidad única para abandonar el 4-3-3, el sistema predilecto de los jugadores que consolidó a la Selección, pero que no es inalterable para el entrenador.

Muchos se preguntarán cuál es la necesidad de cambiar después de tres victorias consecutivas. La respuesta es sencilla. El DT no es extremista respecto a la apuesta con tres puntas y procura tener mayor equilibrio sobre todo ante Suiza en 8vos y eventualmente en las últimas instancias.

Cuando el Kun tuvo que salir a los 37 minutos del primer tiempo contra Nigeria, el técnico no dudó: colocó a Ezequiel Lavezzi y mantuvo el dibujo ofensivo en busca del triunfo que le asegure el primer lugar del Grupo F.

¿Por qué Lavezzi? Básicamente porque Palacio no está al 100 por cien y porque el Pocho le garantiza colaboración en la marca de la mitad de la cancha.

Sabella no se guía únicamente por los resultados. Considera que mantener a los tres delanteros, ante ciertos rivales, es un riesgo excesivo. De hecho, Argentina sufrió atrás con Bosnia, Irán y Nigeria, a priori adversarios bastante accesibles.

El tema a tener en cuenta es cómo pueden tomar los futbolistas un posible regreso a un sistema más conservador. El 5-3-2 duró apenas un tiempo en el debut del Maracaná y los jugadores no dudaron en dejar marcada su preferencia post partido.

¿Es posible volver atrás sin generar un malestar en el grupo? Nadie mejor que Sabella para evaluar esa alternativa. Un paso intermedio sería colocar a Augusto Fernández o Maxi Rodríguez por derecha, para reforzar el medio, permitir un mejor retroceso y evitar dolores de cabeza.

La Selección parece inspirarse con el 4-3-3. Cuenta con frescura, variantes y mayor desequilibrio de mitad hacia adelante. Sin embargo, las complicaciones defensivas siguen sin solucionarse y los próximos escollos podrían profundizarlas.

Lo cierto es que ni Palacio ni Lavezzi cuentan con la chapa que tiene Agüero, más por trayectoria que por presente. La ausencia de los delanteros de Inter y PSG en el equipo titular no debería ser tan traumática.

Con el correr de los días sabremos si Sabella se guía por su convicción en la búsqueda del equilibrio, si finalmente se convence del 4-3-3 o si prefiere mantener la estructura actual para no generar enojos.

La puerta está abierta.