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La ambición de Marc Wilmots

BELO HORIZONTE (Enviado especial) -- El 25 de junio de 1986, Marc Wilmots seguramente estuvo pegado al televisor como la mayoría de sus compatriotas. En el estadio Azteca, Argentina venció 2-0 a Bélgica, con un doblete de Diego Maradona, y lo eliminó en las semifinales del Mundial de México.

Un año después, Wilmots comenzó a escribir su historia en el fútbol, al debutar con 17 años en el Sint-Truidense, donde logró el ascenso a la Primera división de Bélgica en su primera temporada. Su carrera se extendió durante 17 años.

El "Toro" tuvo la chance de ir a cuatro Copas del Mundo, aunque no llegó a jugar ni un minuto en Italia '90. En Estados Unidos '94, Francia 2008 y Corea-Japón 2002 totalizó 5 goles en 8 partidos, de los cuales ganó 1, empató 5 y perdió 2.

A los 6 meses de iniciarse como técnico, en junio de 2003, interrumpió su contrato en Schalke al ser elegido senador. Duró dos años en la política. Sin embargo, el fútbol no figuraba en sus planes. Hasta que Dick Advocaat lo convocó como ayudante de campo de la Selección, en la que jugó 80 partidos y anotó 28 goles. Luego acompañó a Georges Leekens, quien renunció de forma inesperada. El 6 de junio de 2012, a Wilmots le llegó la gran chance de asumir como DT principal.

Apasionado del juego y de la táctica, le da tanta importancia a los que juegan como a los que no juegan. El resultado está a la vista. Cuatro de los seis goles del equipo en el torneo llegaron gracias a los suplentes: Fellaini y Mertens (vs. Argelia), Origi (vs. Rusia) y Lukaku (vs. Estados Unidos).

Le gusta imponer su juego, afrontar sin miedo los desafíos, sin sentirse menos que el rival. Pero no peca de ingenuo. Así lo hizo saber cuando la prensa le cuestionó el estilo mostrado por Bélgica: "El fútbol champagne no siempre llega. Hicimos lo que había que hacer contra los Estados Unidos. Por el mismo precio, podíamos haber regresado a casa con una derrota".

A 28 años de aquel duelo que vivió a distancia, Wilmots tendrá la chance de enfrentar desde el banco a Argentina, en los cuartos de final de Brasil 2014. Enfrente ya no está Diego Maradona, sino Lionel Messi: "Si tiene un buen día, sé que voy a tener problemas, pero confío en mi grupo. Ellos tienen a Messi. Yo tengo a De Bruyne, Hazard y otros".

El entrenador muestra personalidad. La misma que necesitó como futbolista, para sobreponerse a 13 operaciones. Una de sus mayores satisfacciones fue haber estado en la cita de 2002, con 33 años. "Fue la demostración de que la voluntad puede derribar bastantes montañas", opinó en una entrevista el ganador de la Copa UEFA 1997 con Schalke, club en el que se retiró.

Esa voluntad es la que le exige a su equipo. El nacido en Dongelberg, el 22 de febrero de 1969, dirige a un plantel rico en técnica, pero destaca la disciplina, el trabajo colectivo y la paciencia de sus jugadores.

En principio, como entrenador ya superó los octavos, la barrera que tuvo en sus cuatro Mundiales como futbolista. "Bélgica tiene que cambiar la actitud de celebrar todo. Para celebrar, hay que ser campeón o, por lo menos, estar entre los cuatro mejores", dice el exmediocampista, considerado uno de los mejores de la historia de su país.

Para empezar a celebrar, el escollo se llama Argentina. El sábado 5 de julio se sabrá si Marc Wilmots podrá tomarse revancha de aquel 25 de junio de 1986 que sufrió por televisión.