Washington Cucurto 10y

Neymar y el juego brusco

BUENOS AIRES -- ¡Protejamos a los virtuosos, señores árbitros! ¡No dejemos que los malintencionados, los brutos, los poco dúctiles, golpeen a los dueños de la alegría y la belleza, a aquellos que le dan sentido al fútbol!

Por eso, es importante que los árbitros tomen nota y hagan cumplir el reglamento. Los argentinos nos acordamos con tristeza del partido Argentina-Camerún del Mundial de Italia de 1990. ¡Cómo le pegaron a Diego y a Cannigia!

De alguna manera, tenemos que proteger a los habilidosos. Es una pena la cantidad de patadas de ambos bandos que vimos en el partido Brasil-Colombia. Un exabrupto sin explicación.

Perdimos todos, perdió Brasil, perdió el Mundial y perdió el Mundo: Neymar se fue en camilla porque no lo protegimos como debía. Si James Rodriguez terminó entero fue por milagro nada más. ¡No le dejemos el Mundial a los violentos, a aquellos que juegan sin querer, pero pegan con todo!

Esto no es nuevo, es tan viejo como la reventa de entradas en las puertas del estadio. Pero debemos intervenir, no es posible la tortura que sufrieron ayer estos dos poetas del fútbol. ¿La culpa es del árbitro? En gran medida sí, pero es la FIFA la que está lastimando a los máximos representantes del buen juego. La FIFA debería hablar con los árbitros.

Debemos cuidar a Muller y a Messi, porque nunca se sabe cuando la patada es intencional o es simplemente un roce, un choque típico del juego. Es difícil saber las intenciones del que llega tarde, del que pega sin asco.

Para que el fútbol no se convierta en rugby. Para que la delicadeza y la belleza sigan conviviendo de la misma forma con la fuerza y la potencia, es necesario poner un parate a esta manera de pegar.

Lo que pasó frente a Colombia no puede pasar nunca más en este Mundial. Imaginen lo que puede suceder si lesionan a Messi con la gravedad con que lesionaron a Neymar. Se perjudica en primera instancia el Barcelona, pero sobre todo nos perjudicamos todos.

Hay que decirle NO a la violencia en el fútbol. Es importante que los árbitros, los jugadores y todos los actores de este bello juego comprendan que deben ser cuidadosos y responsables. Sus actos son mirados por millones de personas a lo largo y ancho del Globo terráqueo y pueden transmitirse a la vida diaria en las calles.

Es triste que algo así le haya sucedido justo a Neymar, el gran príncipe de este Mundial, el protagonista número 1. ¿Cómo seguimos ahora? ¿Vamos a esperar que rompan a los grandes de cada selección? Messi, Muller, el diez de Costa Rica, Van Persie, Robben. ¿Los vamos a proteger o no?

Brasil sufrió un duro golpe antideportivo, es como si la FIFA no quisiera que Brasil se coronara campeón. Lesionando a Neymar y dando rienda suelta a los dichos, podemos decir que hay algo en contra del seleccionado brasileño. Si la FIFA no actúa, no sanciona, es cómplice.

Viva Neymar, viva Messi, vivan todos aquellos que nos dan un poquito de alegría en este mundo infame.

^ Al Inicio ^