Nicolás Baier 10y

Un nuevo equipo de memoria

RÍO DE JANEIRO (Enviado especial) -- La Selección argentina se prepara para una nueva final de la Copa del Mundo con una certeza: está en su mejor momento como equipo desde que comenzó el certamen.

El conjunto de Alejandro Sabella fue de menos a más, hasta conseguir el equilibrio que tanto desea el técnico a partir de los octavos de final. Justamente, después de la fase de grupos, Sergio Romero ya no recibió más goles. La idea es neutralizar el poderoso ataque de Alemania, que viene de vapulear por 7-1 nada menos que a Brasil, como se hizo con Bélgica y Holanda.

De cara al esperado duelo con el conjunto de Löw, el domingo 13 de julio en el Maracaná, no habría modificaciones respecto al once que arrancó la semifinal ante Holanda. Con una actuación convincente, ¿para qué cambiar?

Romero, el héroe de la definición por penales en San Pablo, fija bajo los tres palos. Chiquito es uno de los ternados a "Mejor Arquero" del torneo. Tres de los cuatro defensores de siempre en la era Sabella: Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay y Marcos Rojo, quien no pudo completar el entrenamiento del viernes por un golpe, pero llegaría bien al partido. El primer central ahora es Martín Demichelis, el que entró ante Bélgica para quedarse con el lugar de Federico Fernández.

El sistema mutó del 4-3-3 que salía de memoria a un 4-4-2, con la posibilidad de que un delantero devenido en mediocampista se sume a la ofensiva. No citamos el 5-3-2 que sólo duró los primeros 45 minutos del debut ante Bosnia y Herzegovina.

En el centro del campo, Javier Mascherano es el símbolo, el corazón, el efecto contagio del resto. Uno de los candidatos al Balón de Oro de Brasil 2014. Lucas Biglia, otro que entró ante Bélgica, es su socio en la contención, en detrimento de Fernando Gago, quien perdió el puesto producto de su bajo nivel. Por derecha, Enzo Pérez cumplió una buena actuación ante Holanda y volvería a estar desde el inicio. En la izquierda, Ezequiel Lavezzi, el atacante con flamante responsabilidad en la marca.

Adelante, dos intocables. Leo Messi, capitán, estrella y factor desequilibrante. El que quiere quedarse con el premio al mejor del torneo, pero sobre todo con la gloria y un puesto de privilegio entre los mejores de la historia. Y Gonzalo Higuaín, autor del tanto ante Bélgica, pieza clave en el esquema y única referencia de área.

Sólo dos nombres podrían alterar el equipo que hoy sale de corrido. Son casualmente los que sufrieron problemas físicos. Sergio Agüero reapareció en el tramo final de la semi y evidenció falta de ritmo de juego. Seguramente vaya al banco. El otro es Ángel Di María, el tercer argentino que pelea por el Balón de Oro de la Copa, que abandonó la cancha a los 33 minutos del duelo de 4tos, por una lesión de grado 1 en el muslo derecho.

En la práctica a puertas cerradas del viernes, los periodistas observaron desde un morro la evolución del jugador de Real Madrid, que ya lleva a cabo tareas de velocidad y reacción. ¿Llega en condiciones al decisivo choque del Maracaná? Todo hace creer que sería preservado para ingresar con la final avanzada. ¿Por quién? Hay que esperar a lo que suceda para saberlo. Tanto Lavezzi como Enzo Pérez tienen la flexibilidad para jugar por ambas bandas.

Sabella tiene las cosas bastante claras. Los futbolistas entendieron el mensaje y se brindaron por completo dentro de la cancha. Es un nuevo equipo que sale de memoria, con la fuerza de 23 jugadores unidos por el objetivo.

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