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El mexicano Alberto Montenbruck sueña con incorporarse a Cowboys

DALLAS -- Alberto Montenbruck tiene un sueño desde pequeño: jugar en la NFL.

Igual que la mayoría de los niños que juegan al fútbol americano en México, Montenbruck siempre idolatró la mejor liga de profesional de ese deporte. Pero a diferencia de la mayoría, el joven oriundo de Torreón dejó buena parte de su vida productiva y personal en su país para viajar a los Estados Unidos y estar listo para cuando se presente la oportunidad de mostrar su talento a los buscadores de talento.

Montenbruck está en Dallas por segundo año consecutivo, a la espera de que el subdirector de personal de jugadores de los Cowboys, Will McClay, tenga oportunidad de observarlo en el emparrillado.

"Yo sé que tengo la capacidad para jugar en la NFL, con los Cowboys o con el equipo que sea", dijo Montenbruck, de 26 años. "Sólo necesito que me den la oportunidad de demostrarlo. Sé que puedo y no voy a parar hasta agotar todas las instancias para conseguir una oportunidad. Es difícil, pero es mi sueño y voy a cumplirlo".

Montenbruck terminó con máximos honores su elegibilidad colegial en México en el 2012, después de jugar Liga Mayor para los equipos de la Universidad del Valle de México, campus Ciudad de México, y para el Tecnológico de Monterrey, en Monterrey.

Fue jugador titular de la selección mexicana que disputó el Campeonato Mundial de Fútbol Americano en Austria, en el 2011.

Al finalizar su etapa de Liga Mayor, entrenadores en Monterrey consideraron que tenía nivel para buscar una oportunidad en el profesionalismo y le comentaron que tenían incluso patrocinadores para apoyarlo si decidía viajar a Estados Unidos para buscar fortuna en la NFL. Algunos de sus entrenadores contactaron a Montenbruck con entrenadores especializados en el área Dallas-Fort Worth en la preparación privada de atletas, en particular jugadores de fútbol americano de preparatoria que buscan subir al colegial o universitarios que aspiran a la NFL.

Unos cuantos días después, Montenbruck viajó a Dallas. Sin embargo, nunca llegó la oportunidad de mostrarse con algún equipo de la NFL.

"El apoyo, sobre todo econonómico, comenzó a faltar y tuve que volver a México", recordó el apoyador. "Agoté todos mis recursos económicos. Pero nunca encontré quién me abriera la puerta para verme. El costo de la preparación y de vida no es barato, así que me regresé a México".

Montenbruck regresó a Monterrey y desde ahí consiguió empleo en la Ciudad de México, en el área de finanzas, intentando olvidar por completo el deporte de sus amores.

Sin embargo, el teléfono otra vez sonó para "despertale el gusanito de la tacleadas".
Un conocido de sus épocas en el Tecnológico de Monterrey le dijo a Montenbruck que conocía a McClay, a quien le había hablado sobre él, y que estaba dispuesto a probar su capacidad.

El linebacker mexicano, de 6 pies con 2 pulgadas de estatura y 250 libras de peso, llamó de inmediato a los entrenadores con los que se preparó el año anterior. Dijo que les explicó que esta vez no tenía patrocinadores, ni apoyo económico más allá de sus propios ahorros; sólo la promesa de que el subdirector de personal de jugadores de los Cowboys haría una prueba de talento.

"Estos entrenadores me dijeron que me viniera, que no me preocupara por el dinero y uno de ellos, Clarence Nevels, que tenía un cuarto disponible en su casa para que viviera", mencionó. "Ahí vivo y como con el entrenador. Sin ninguna necesidad está dispuesto a ayudarme. Él y su familia son muy buenas personas. En ese momento tomé la decisión otra vez de dejarlo todo para intentar cumplir mi sueño de la NFL. Dejé mi empleo, mi novia, mi familia... Dejé todo y aquí estoy".

McClay reconoció que estaba interesado en observar de cerca a Montenbruck, pero que su problema era la falta de tiempo, ya que durante este receso de temporada sus responsabilidades con los Cowboys aumentaron. Por vez primera, McClay fue el encargado de presentar las mejores opciones en el reclutamiento colegial más reciente al entrenador en jefe de los Cowboys, Jason Garrett, y al dueño y gerente general, Jerry Jones.

"Sé de quién se trata y sí quiero verlo de cerca", dijo McClay. "El problema es que he tenido meses muy ocupado con mi evaluación de jugadores aquí, el draft, todo eso... y no he tenido tiempo. He recibido correos electrónicos de él y de unos conocidos en México. Me han hablado muy bien de él. No he tenido oportunidad de conocerlo y verlo personalmente. Espero que pronto pueda hacerle pruebas".

McClay tiene contexto sobre el fútbol americano al sur de la frontera. Entre el 2003 y 2004 viajó a Monterrey para realizar pruebas de talento para el entonces equipo de fútbol americano de arena propiedad de la organización de los Cowboys, los Dallas Desperados.

En uno de esos viajes observó, junto al fallecido ex entrenador asistente de los Cowboys, Joe Avezzano, al jugador mexicano Juan Wong, a quien llevaron a Dallas para jugar con los Desperados.

También conoce la gran popularidad de los Cowboys en México y de la gran pasión que existe por el deporte de la tacleadas.

"Sólo hay que ir al estadio un día para darse cuenta de lo que nuestro equipo y nuestro deporte significan para los mexicanos", dijo. "Incluso desde el campamento de pretemporada en California, todos los día hay miles de mexicanos viéndonos. También sé de que hay cientos de equipos y que se juega de manera muy bien organizada en las principales universidades de México. En realidad quiero probar a Alberto. Espero que sea pronto".

El problema es que los Cowboys están a unos cuantos días de comenzar su campamento de pretemporada 2014 en Oxnard, California; McClay aún no ha probado a Montenbruck y la cuenta regresiva comienza a ser factor por el aspecto económico y personal.

Pero eso no es suficiente para desanimar al ex borrego del Tec de Monterrey.

"En días anteriores, Will McClay se comunicó conmigo vía correo", dijo. "Me comunicó que va a buscar un tiempo para darme una prueba, ya sea previo al training camp [campamento de pretemporada], o regresando del mismo. Todo va caminando de manera muy positiva".

Mientras tanto, Montenbruck entrena diario casi todo el día; comienza antes de las 6 a.m. con habilidades de fútbol americano, sigue con pesas y cierra con acondicionamiento físico después de las 8 p.m.

"No pienso quitar el dedo del renglón", aseguró. "Yo sigo entrenando muy duro para lograr hacer mi sueño realidad".