Fabio Dana 10y

Boca y River: muy lejos del ideal

BUENOS AIRES -- Comenzó el torneo Transición 2014. Y Boca y River, por lo que mostraron en sus respectivos estrenos, tienen mucho para mejorar. Pero la derrota de Boca, de local y dentro de otro flojísimo partido, contrasta con el empate de River en La Plata, donde hubo muchas ausencias en relación al equipo campeón. A continuación, al análisis.

BOCA: MAS DE LO MISMO

No cambió nada. Todo sigue igual por el mundo xeneize, y eso no es bueno para Bianchi y sus muchachos. Un equipo sin fútbol, sin repuestas anímicas, sin argumentos para buscar la victoria.

Dentro de un partido parejo Boca había sido apenas un poco más que Newell's en los primeros 45 minutos, pero cuando la Lepra se puso en ventaja, sobre el final de la primera etapa, todo se hizo demasiado cuesta arriba. El equipo se desmoronó, se paralizó. Un reflejo de los últimos tiempos.

El pibe Carrizo, el único que arrancó de entrada dentro de todos los refuerzos que llegaron, fue de lo mejor del local; el DT luego apostó a Fuenzalida, a Castellani, a Chávez, y aunque el resultado no se modificó, tal vez ese sea el camino: buscar caras nuevas para revertir un largo presente (de un año medio bajo la conducción de Bianchi) que está lejos de lo que merece la historia del club.

Tal vez el subcampeonato del semestre pasado, que se dio luego de otro flojo campeonato (Boca nunca tuvo chances ciertas de pelear el título), confundió al DT y a la dirigencia; quizá, ambos pensaron que el equipo venía en levantada, que merecía mantenerse para despegar de una vez por todas en este Transición.

En realidad la mayoría de estos jugadores demostraron que les pesa jugar en Boca: en el Final 2014 sólo respondieron, un poco, cuando ya no tenían chances de ser campeón. Cuando jugaron con la presión de salir a ganar nunca pudieron sostenerla.

Y ahora la historia parece repetirse: empieza un nuevo torneo, hay que ganar para ratificar la condición de candidato, y otra vez aparecen los miedos y los fantasmas.
Así, si Bianchi no mete cambios drásticos, la gente xeneize estará frente a otro semestre perdido. Otro más y van...

PD: Para los que ya están pidiendo el regreso de Riquelme, un breve comentario: con Román, el mismo que en 2013 volvió para "darle una mano" a su segundo padre, el equipo jugaba igual de mal, y en la mayoría de los torneos terminó deambulando sin pena ni gloria lejos de los puestos de punta.

A RIVER HAY QUE ESPERARLO

River tampoco tuvo un gran debut, pero a diferencia de Boca tiene tiempo para encarar esta etapa. Por un lado, porque viene de salir campeón y la gente tendrá más paciencia. Por otro, porque ya no está Ramon Díaz en el banco, y todo nuevo ciclo necesita de un tiempo para que los jugadores capten el mensaje del DT.

Sí, es cierto, el tiempo corre de manera diferente en Boca o en River, pero el Muñeco es un hombre de la casa, un ídolo, y ese plus deberá saber aprovecharlo si las cosas, con el paso de las fechas, no salen de acuerdo a lo esperado.

Los Millonarios salieron a la cancha sin muchos de los jugadores que vienen de consagrarse de la mano del riojano. Repasando la formación hay notables ausentes en relación al equipo de Ramón: Cavenaghi, Carbonero, Lanzini, Ledesma, Villalba, entre otros. Ayer, de hecho, la dupla de ataque fue formada por dos pibes del club: Boyé y Driussi, los dos de 18 años.

De todos modos, luego de un flojo primer tiempo, el millonario mejoró en el segundo, donde el equipo mostró algo más de lo que pretende el DT: manejo de pelota, búsqueda del arco rival y presión arriba dentro de un equipo corto en todas sus líneas.

La mejora coincidió con los ingresos de Teo Gutiérrez (hizo el gol) y Mora, la que se perfila como dupla titular. Ellos, con el aporte del debutante Pisculichi, pueden ser la llave para abrir las defensa rivales en este torneo. Habrá que darles continuidad.

En definitiva, el empate como visitante y ante el Lobo platense, el mismo que le peleó el título en el semestre pasado, no suena tan mal pensando en el futuro.

Gallardo, un entrenador que está dando los primeros pasos, necesitará trabajo para transmitir su mensaje, para armar al nuevo River. Un tiempo que Boca, su eterno rival, a esta altura ya no tiene.

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