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Da gracias a los tropezones

NUEVA YORK -- Michael Pineda ha tenido muchos obstáculos en su breve carrera en Grandes Ligas, dentro y fuera del terreno, al igual que dentro y fuera de su control, pero el abridor dominicano afirma que esos tropezones son los que lo han hecho un mejor pelotero.

"La verdad es que nadie quiere aprender de esa manera", dijo Pineda sobre sus vicisitudes los últimos años. "Pero si uno tiene buenos amigos y buenos consejos y puede subir la cabeza y seguir adelante cuando uno regresa, regresa más maduro, con mente más fuerte y todo es mejor".

La carrera del derecho de 25 años ha estado plagada de lesiones, al igual que de varias malas decisiones, desde que tuvo una sólida temporada como novato en Grandes Ligas en 2011, finalizando con marca de 9-10 y efectividad de 3.74 cuando militaba con los Marineros de Seattle.

Pineda, quien era considerado uno de los mejores prospectos de Grandes Ligas, fue la piedra angular del canje por el cátcher venezolano Jesús Montero, pero luego le tomó más de dos años debutar en la rotación de los Yankees de Nueva York tras sufrir de una severa tendinitis y un desgarre de cartílago del hombro derecho que requirió cirugía.

El dominicano también fue arrestado y encausado por conducir en estado de ebriedad durante su rehabilitación en Tampa en agosto de 2012, cargos que no refutó, por lo cual recibió una multa de $500 dólares y un año en probatoria.

Después de ganarse un puesto en el equipo al deslumbrar en los pasados entrenamientos primaverales, todas las expectativas eran que Pineda se instalaría cómodamente en uno de los puestos designados en la rotación de abridores de los Yankees sin mayores inconvenientes, pero esa no fue la realidad.

En apenas su cuarta salida de la temporada, Pineda, que había acumulado una marca de 1-2 y una minúscula efectividad de 1.83 previo al partido, fue expulsado por posesión de resina de pino ante los Medias Rojas de Boston, lo que le acarreó una suspensión de 10 juegos por parte de Major League Baseball.

El dominicano después fue ingresado a la lista de inhabilitados tras ser diagnosticado con una distensión grado uno en el músculo redondo del hombro derecho mientras cumplía con su suspensión, sufriendo varios reveses durante su rehabilitación, perdiéndose casi tres de meses de la temporada en curso.

Su salida hace una semana contra los Orioles de Baltimore fue su primera apertura en Grandes Ligas desde aquel fatídico 23 de abril en Fenway Park.

Pero Pineda afirmó el apoyo que ha recibido de su familia, en particular de su madre, Daisy María Paulino, y el cuerpo de entrenadores de los Yankees lo han ayudado al tener que enfrentar un difícil proceso de rehabilitación, además de fuertes críticas.

"Siempre tengo a mi mamá que me desahogo con ella y es muy buena consejera", dijo el dominicano.

"He tenido buenos consejeros en todo el tiempo que pasé Tampa, el coach de picheo [Greg] Pav[lick] y el trainer Tim Lentych, que hicieron muy buen trabajo y siempre me han subido mi autoestima, y ellos siempre, a pesar de la operación, siempre me dieron ánimo y me dijeron que todo iba a estar bien y que si trabajaba duro tendría buenos resultados".

El corpulento lanzador también dio crédito a sus compañeros de equipo, destacando al jardinero puertorriqueño Carlos Beltrán por sus palabras de aliento, en particular después del humillante incidente en torno a su suspensión.

"Beltrán me dijo que tenía que estar tranquilo, que todos cometemos errores, pero que tengo que aprender de los errores y ser inteligente y que siguiera haciendo mi trabajo y que iba a estar bien", admitió.

"Esas personas tienen mucho tiempo en este juego, y cuando una persona [como Beltrán] se acerca y nos da buenos consejos uno se anima y les cree a ellos y eso nos ayuda a ser más fuerte".

El bullpen neoyorquino echó a perder la sólida salida de Pineda el pasado miércoles, después que lanzó cinco entradas completas y permitió sólo dos hits y una carrera limpia en la eventual derrota por marcador de 5-3 ante Baltimore.

Pineda registró un juego perfecto hasta el quinto inning, retirando a los primeros 12 Orioles que enfrentó antes de concederle un doblete a su compatriota, y líder jonronero en Grandes Ligas, Nelson Cruz.

Los Yankees decidieron ser conservadores con el lanzador al ser su primera apertura tras perderse 87 juegos por el tirón del músculo redondo del hombro derecho, y fue removido de la lomita tras cinco entradas, donde ponchó a cuatro bateadores y efectuó sólo 67 lanzamientos, permitiendo dos hits y una carrera.

El abridor se declaró listo para continuar en la diezmada rotación neoyorquina, que lo necesita más que nunca en su pelea por remontar la tabla, con los Yankees ubicándose a unos remotos ocho juegos y medio de los líderes del Este de la Americana, los Orioles, y cuatro juegos detrás de los Marineros por el segundo comodín.

"Para mí es un gran orgullo estar nuevamente con mi equipo y hay que seguir trabajando duro, cada percance que me ha pasado me da más fuerza y me hace una mejor persona y me siento mejor pitcher y aprecio más mi carrera", señaló Pineda. "Cuando te caes y te levantas aprendes de tus errores y no los vuelves a cometer".