Gustavo Goitía 10y

Por otra hazaña única

BUENOS AIRES -- Cuando se quiere, se puede. El dicho popular no siempre termina siendo el fiel reflejo de la realidad. Cuántas veces miles y miles de tenistas soñaron y lucharon por objetivos que nunca pudieron cumplir, aunque el caso de Roger Federer, se sabe, es diferente al de cualquier otro colega. El récordman concretó casi todas sus metas deportivas y hoy, con 33 años y siendo padre de cuatro hijos, mantiene su talento y su hambre de gloria intactos. El suizo viene de ganar, en Cincinnati, su título más importante en dos temporadas y afronta con mucha confianza un nuevo desafío en el US Open. Ante la ausencia del español Rafael Nadal, el helvético puede regresar al segundo puesto del ranking si logra su 18º Grand Slam e inclusive mira ilusionado la continuidad del circuito, esperando poder concretar otra hazaña y desplazar al serbio Novak Djokovic del Nº 1 del mundo.

El hombre con más coronas de Grand Slam en la historia (17) y semanas en la cima de la clasificación (302) está disfrutando de un 2014 inolvidable. Pensar que hace justo un año figuraba 7º y llegó a estar 8º hasta mediados de marzo pasado. Acaba de obtener su 80º título de ATP (tercera marca) y de superar los 300 triunfos en los Masters 1000 (otro récord con su sello indeleble) y para eso está buscando acortar los puntos en canchas rápidas, atacando más y buscando cerrar las jugadas en la red. Se nota la mano de Stefan Edberg, el nuevo entrenador a tiempo completo que Federer muy bien eligió. Forman una dupla de grandes caballeros y el aporte del sueco, ex líder mundial, es valioso porque le brinda tranquilidad y le insiste con ajustes a la hora de arriesgar más desde la base y la intención de poder definir más seguido adelante, lo que le permite evitar intercambios más extensos y le impone presión al rival de turno.

Cuando muchos ya daban por terminada la estadía de Federer en la elite, el suizo ratificó su estirpe de supercampeón, siempre apoyado en una propuesta agresiva, audaz, completa y muy vistosa. A eso le agrega mayor presencia ofensiva y eso lo transforma, como lo viene mostrando en la gira norteamericana, en cosa seria. Ya venía avisando con grandes actuaciones y de hecho jugó un Wimbledon muy positivo, siendo finalista y perdiendo con lo justo ante Djokovic, para así volver el serbio al trono mundial. Por eso, la recuperación del hombre de Basilea fue sensacional, con el único punto negativo en sus fallos en partidos importantes. De hecho, 2014 ya es su año con más finales perdidas, ya que cayó en cinco. Así y todo, una fue en un Grand Slam, en Londres, y tres en Masters 1000 (Indian Wells, Monte Carlo y Toronto). Pero qué momento atraviesa, al haber festejado en Dubai, Halle y Cincinnati, todos torneos donde en general le fue bárbaro.

Federer, ahora 3º, fue Nº 2 en el ranking por última vez en mayo del año pasado y ahora sabe que tiene una gran oportunidad de recuperar esa plaza. Claro que para eso necesita superar su principal batalla, la física y mental de tratar de imponerse en siete batallas al mejor de cinco sets. En el tenis, una cosa es jugar los campeonatos regulares del circuito ATP y otra, diferente por cierto, disputar los Grand Slam y la Copa Davis, con todo lo que implica eso, un desgaste extra, superior, en especial para alguien de 33 años. El último 'Major' que se adjudicó el helvético fue Wimbledon, en 2012, y el anterior a ese fue el Abierto de Australia de 2010. Ya pasaron años de su época dorada, por eso esta vez, ya con otra edad, su desafío es más difícil, pero para nada imposible.

La baja de Nadal por lesión lo hizo ceder 4.000 puntos, la mitad ya consumada y la restante se dará con la conclusión de la cita en Nueva York, ya que los Grand Slam otorgan 2.000 unidades para el campeón. Descontado el puntaje del US Open, queda con un poco más de 1.000 que Federer y defiende 2.000 hasta fin de temporada. Federer sólo defiende octavos de final y por eso si consigue el título desplazará al español del puesto de escolta. Así y todo, si fuera semifinalista o finalista sumará y se le acercará a su archirrival, continuando la lucha hasta fin de año y revalida casi 1.500 hasta noviembre. Por su parte, Djokovic, que le lleva más de 5.000 a Federer, revalida más de 5.000 de aquí al final, más puntos que el suizo y el español, incluyendo la final del US Open y cuatro títulos, los dos últimos Masters 1000 (Shanghai y París) y las Finales ATP de Londres. Por eso, la pelea está abierta y puede darse una auténtica guerra por el Nº 1.

Precisamente, Federer no figura en la cima desde principios de noviembre de 2012 y sería una hazaña memorable si vuelve a lo más alto, teniendo en cuenta sus 33 años y la caída sufrida hace un año, con más derrotas de lo habitual para él, con rendimientos muy bajos y hasta llamativos. Por eso fue que decidió incorporar a Edberg e inclusive viene de estrenar nuevo modelo de raqueta. Así, renovado en todo sentido, con fe y un plan de juego claro, llega a Nueva York y es señalado por muchos como el principal favorito. El gran contraste con su versión 2013 es que el suizo apenas sumó cuatro victorias sobre rivales Top 10 el año pasado y en esta temporada ya consiguió 12, el triple. Y las cuatro últimas se dieron en los dos certámenes previos, ya que superó al español David Ferrer en Toronto y Cincinnati y en el más reciente también eliminó al escocés Andy Murray y al canadiense Milos Raonic.

Mucha gente señala a Federer y Djokovic como candidatos a luchar por la corona en el Abierto de Estados Unidos y, de hecho, sólo podrán enfrentarse en la definición por ser los dos máximos cabezas de serie. El helvético supera 18-17 al serbio en el duelo personal y este año están 2-2, con triunfos de Roger en semifinales de Dubai y Monte Carlo y de 'Nole' en las finales de Indian Wells y Wimbledon. En el caso de verse las caras esta vez, el suizo buscará desquite en definiciones, en especial tras perder en La Catedral, su torneo preferido. Por eso quiere cortar la sequía en los 'Majors', aún consciente de lo duro que significa para él un torneo extenuante por el calor y las prolongadas batallas. Y el US Open también es muy especial para él, ya que fue campeón cinco veces, fueron consecutivas, y la última se remonta a 2008.

La enorme expectativa generada sobre Federer en este certamen se debe, también, a que acaba de lograr el récord de clasificarse por 13º año seguido para el torneo de 'Maestros' de la ATP, en el que ostenta la marca máxima de seis títulos. Su gran presente se refleja en un dato elocuente: es el jugador más ganador del año, con 49 victorias. Así, a esta altura del calendario, ya superó las 45 de todo 2013, un "año perdido", según lo calificó el propio helvético. El mismo que se ilusiona, junto con Stanislas Wawrinka, con poder conquistar por primera vez la mítica Copa Davis, siendo la cita neoyorquina la antesala de la semifinal en la que Suiza recibirá a Italia. Así llega Federer, feliz y motivado, sabiendo el respeto que volvió a imponer en sus rivales.

"Me siento muy bien. En Cincinnati les gané a tres Top 10 y estoy disfrutando en la cancha, siendo positivo", dijo Federer. De hecho, con su triplete de éxitos ante rivales ubicados en ese lote de la ATP se transformó en el jugador de mayor edad en lograr esa marca en 10 años, desde que lo hiciera el estadounidense Andre Agassi. Otra muestra de su grandeza. Por eso, Roger y sus millones y millones de fanáticos saben que se viene un tramo del año que casi siempre le resultó favorable y que tiene posibilidades de escalar más en esta recuperación histórica. El 2º puesto parece cercano y el Nº 1 no es inalcanzable. Si mantiene este nivel, no sólo seguirá en el podio, sino que contará con chances concretas de regresar inclusive a la cima. Por eso, si bien no siempre querer es poder, el suizo tiene potencial para hacer otro sueño realidad.

^ Al Inicio ^