MADRID -- Atlético de Madrid se llevó la Supercopa de España luego de vencer por 1-0 al Real Madrid en la vuelta disputada esta noche en el Vicente Calderón y dejar un marcador global de 2-1.
El encuentro, que dejó un saldo de un expulsado por bando, el técnico rojiblanco Diego Simeone y el mediocampista merengue Luka Modric, se resolvió en los primeros instantes gracias a un tanto de Mario Mandzukic.
El nuevo centro delantero del Atlético de Madrid se echó a la afición a la bolsa en 80 segundos. El croata aprovechó el caos de la defensa merengue para anotar el tanto que valía el título. Con apenas dos minutos jugados, el Real Madrid estaba obligado a anotar al menos dos.
Y debía hacerlo sin Cristiano Ronaldo, que se quedó en la banca durante la primera mitad luego de sufrir una sobrecarga muscular en la ida. Y sin Di María, en la grada y con un pie fuera del equipo.
El Atlético de Madrid lo intentó en todos los balones, hasta en los que Godín reventó desde la última línea. Madrid, desubicado al verse sorprendido, apenas podía exhibir detallitos de calidad. Pronto, el Atlético entendió que a quien había que anular era a Toni Kroos, que custodiado por Tiago y Gabi, difícilmente pudo tocar el balón.
La intensidad fue en aumento. Se trataba de un derby e inevitablemente el partido se desquició.
Mandzukic y Ramos, que ya traían pique en la ida, volvieron a chocar en la disputa de un balón desatando una sucesión de faltas de uno y otro lado. Pero no fue un hombre de campo el que perdió los estribos, sino Diego Simeone, técnico rojiblanco, quien fue expulsado por protestar. La situación empeoró cuando antes de abandonar el campo propinó un golpe en la nuca al cuarto árbitro.
El Calderón, donde manda el Cholo y nadie más, estalló en una ovación al técnico, sin tener en cuenta que perder al jefe dejó confundidos a los colchoneros, momento que el cuadro merengue aprovechó para intentar la remontada.
El Atlético se salvó varias veces por muy poco, pues constantemente llegaron los blancos al área de Miguel Ángel Moyá, sobre todo por la banda derecha. James Rodríguez tuvo hasta tres oportunidades de descontar y que no entraron por poco.
También en la otra puerta, el '9' croata tuvo un par de oportunidades antes de que Raúl García exigiera que Iker 'volara' para desviar el balón con una mano ante un disparo de larga distancia.
La segunda mitad inició con más intensidad, cuando el Balón de Oro hizo acto de presencia en sustitución de Toni Kroos. Con los cuatro goleadores en la cancha, Madrid se convirtió en una máquina al ataque. Pero el cuadro rojiblanco decidió no quedarse atrás y aprovechando la complicidad entre Antoine Griezmann y Mario Mandzukic, buscó el segundo de la noche.
La parte complementaria tuvo su dosis de polémica con una falta a Gareth Bale dentro del área que el árbitro decidió no pitar. Y también la innecesaria invasión de un aficionado que corrió hasta la banca para abrazar a James cuando acababa de ser sustituido por Isco.
En la cancha, mientras tanto, el partido se intensificó con oportunidades falladas de un lado y otro. La más clara, un tiro de Koke que pasó rozando el poste de Casillas.
A 10 del final, Germán Burgo envió a Raúl Jiménez al campo para intentar refrescar el ataque y abrir la defensa merengue. Envió, poco después, a Cristian Rodríguez por el goleador de la noche, que salió acompañado por un estruendoso aplauso del público. En tiempo de compensación, Raúl García salió ovacionado cuando dejó su puesto a Saúl.
El Calderón se impacientó, pues no veían llegar el final luego de que el árbitro añadió cuatro minutos de compensación. Pero para entonces Madrid, que acabó con 10 tras la expulsión de Luka Modric, ya había asimilado su dura realidad, pronto en la temporada se vieron obligados a desechar el sueño de emular al Barcelona de 2009 con un 'sextete'.
Para el Atlético es el segundo título de Supercopa en su historia, la reivindicación de un estilo de juego combativo y la confianza de empezar la temporada con el pie derecho.