Salvador Rodríguez 10y

'Payasito', los sueños de un campeón

MÉXICO -- A Alejandro Hernández los sueños lo llevaron a las calles Álvaro Obregón y Valladolid en la Ciudad de México. Alejado de los reflectores, en un puesto de dulces, el ahora campeón del mundo pudo consolidar las bases para su futuro y el de su familia.

El 'Payasito' heredó de su padre el mote, su pasión por el deporte de los puños y también la entereza para salir adelante a través del comercio.

Instalado en un puesto de dulces a las afueras de la Secretaría de Transportes y Vialidad en la colonia Roma, el monarca Interino de peso Gallo de la Organización Mundial de Boxeo se olvida de su status deportivo y colabora en las actividades del que, pese a sus éxitos, sigue siendo un sustento notable para su esposa e hijas.

"Siempre me enseñaron a trabajar desde pequeño, y es de lo que gracias a Dios nos hemos mantenido hasta ahorita. No voy a mentir, hubo un momento en que yo, más chico, me daba pena vender, que mis papás vendieran. Pero como vas creciendo, vas madurando, como dice mi mamá y mi papá, hasta que te ganas un peso aprendes a valorar las cosas", expresó el púgil capitalino.

Aunque la mayoría de las veces pasa desapercibido por los transeúntes que visitan su puesto, Alejandro sabe que las oportunidades de ser un peleador que toque las estrellas con las manos llegarán y no habrá espacio para desaprovecharlas, aun cuando hasta ahora le ha invertido mucho al boxeo.

"No gano mucho, pero gano para la escuela de mis hijas, para comida, para gastillos que tengamos y yo creo que con eso estamos muy contentos. Hemos podido hacer unas cosillas ahí y pues ya lo del box es muy aparte, es con lo que a veces nos hemos podido dar un gustito. Mi sostén es mi puesto y el boxeo hasta ahorita ha sido un gusto, y lo hago con mucho gusto y mucha hambre todavía.

"Creo que el boxeo te empieza a pagar hasta que eres campeón del mundo, antes no, es muy difícil que el boxeo te pague porque normalmente siempre son gastos.

"Todos nosotros tenemos gastos, no importa a qué nos dediquemos, si nos dedicamos al boxeo o no, pero todos tenemos gastos de comer, pasajes, cualquier cosa, un doctor, una enfermedad y obviamente en el boxeo no puedes estar peleando cada ocho días, cada tercer día. En el boxeo peleas cada tres meses por muy seguidas las peleas que tengas, estás hablando de que haces cuatro peleas al año, tú no puedes comer cada cuatro meses", expresó el monarca interino de las 118 libras.

Mientras llega la gloria deportiva, las jornadas no son distintas para Alejandro ni para su familia, pues se debe dividir entre el deporte y su trabajo.

"Mi jornada es en la mañana la corrida, el gimnasio, y en la tarde venir a trabajar, estar aquí. Llegan los proveedores y hay que guardar, acomodar, limpiar, ya más tarde hay que recoger y de eso me encargo yo. Paso como cinco o seis horas, siete, cuando no entreno estoy todo el día aquí, me la paso todo el día desde la mañana hasta que recojo", explicó.

Por lo pronto, el mexicano no se conforma con el interinato que posee y mantiene el sueño de ser el campeón absoluto que hoy tiene el japonés Tomoki Kameda, a quien retará en noviembre próximo en Chicago.

"Mi sueño sigue intacto, a pesar de que ya gané el Campeonato Mundial Interino mi sueño sigue intacto, quiero ser campeón del mundo, quiero ser algo y alguien dentro del boxeo. Los momentos difíciles que pasé en vez de darme para abajo me dieron para arriba.

"Me tomé un tiempo como de descanso, de pensar bien las cosas y me sirvió bastante, maduré, reflexioné muchas cosas, me di cuenta de muchos errores que estaba cometiendo y ahora trato de ya no cometerlos. He tratado de mejorar", concluyó el peleador promovido por All Star Boxing, Producciones Deportivas y RB Producciones.

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