<
>

La 'Generación Dorada' se despide

La Selección Argentina le ofreció una década de excelencia sin paralelo ni precedente alguno al básquetbol sudamericano entre el Mundial de Indianápolis de 2002 y los Juegos Olímpicos de 2012, pero la historia de la "Generación Dorada", conformada por cracks como Manu Ginóbili, Luis Scola, Carlos Delfino, Pepe Sánchez y Andrés Nocioni, entre otros, parece haber llegado a su fin.

Por primera vez en mucho tiempo, Argentina no es candidata a ocupar el podio del Mundial de este año, pues atraviesa un doloroso recambio generacional que se vuelve todavía más difícil ante la reciente crisis de la CABB.

Argentina hoy por hoy está varios escalones por debajo de Estados Unidos y de España, tal y como quedó evidenciado en la paliza sufrida a manos del conjunto español por 86-53 en el amistoso más reciente, y un escalón por debajo de selecciones como Francia, Serbia y posiblemente Puerto Rico y Brasil.

Un subcampeonato mundial, una medalla dorada olímpica, dos batacazos consecutivos contra Estados Unidos en 2002 y 2004, un cuarto puesto en el Mundial 2006, un bronce en los Juegos de 2008, un quinto puesto en el Mundial 2010 y, por último, un dignísimo cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de 2012 fueron sus logros durante 10 años que quedaron para la historia y forman parte de un pasado que nubla el presente.

Apenas cuatro de los 12 integrantes de aquella "Generación Dorada", que creó un nuevo estándar de excelencia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, jugarán en el Mundial de España este año. Manu hubiese sido el quinto, pero los San Antonio Spurs tenían otros planes para él.

De los sobrevivientes, desafortunadamente Scola ya no es el que supo ser el máximo anotador del Mundial 2010 promediando 27.1 puntos por partido, aunque su corazón, garra y amor por la camiseta siguen estando intactos. Mientras que Nocioni, Walter Herrmann y Leonardo Gutiérrez ya no son lo que eran hace 10 años con 34, 35 y 36 años de edad, respectivamente, en la actualidad.

El público argentino se malacostumbró porque la Selección Argentina de básquetbol no es como la de fútbol, no hay una constante fuente de recambio con Messis y Agüeros que esperan ser descubiertos en cada potrero, al menos no por el momento.

Tengamos en cuenta que la Liga Nacional fundada por León Najnudel no arrancó hasta 1985 y que la NBA no contó con un jugador argentino hasta la temporada 2000-01. Nadie se hubiera imaginado el impacto que esos dos sucesos tendrían eventualmente.

Hoy en día, el joven base Facundo Campazzo tiene 23 años y parece ser el abanderado de un nuevo proyecto que todavía no sabe bien qué es o para qué se perfila. El plantel mundialista actual de Argentina cuenta con la misma cantidad de integrantes de 34 años o más (cinco) que de 26 años o menos a pesar de las ausencias de Ginóbili y Delfino.

El equipo argentino de Atenas 2004 ya contaba con Ginóbili en los Spurs y con jugadores que eventualmente llegarían a la NBA como Scola, Delfino, Nocioni y Herrmann; mientras que Rubén Wolkowyski y Pepe Sánchez habían sido los pioneros argentinos que ya habían jugado en la mejor liga del planeta anteriormente.

El contraste10 años después es evidente, ya que a pesar de que el equipo actual cuenta con Scola y Pablo Prigioni en la NBA, Campazzo parece ser el único que tiene un futuro claro en la liga estadounidense con escala previa en el Real Madrid entre los jugadores más jóvenes. El pivot Matías Bortolín estuvo cerca de entrar al Draft más reciente a los 21 años, pero al final no lo hizo, mientras que Nicolás Laprovíttola se va desarrollando en el Flamengo de Brasil a los 24.

El exitismo es parte del ADN del deporte argentino, se llega a la final del Mundial, pero se critica a Messi por no meter un gol en ella. Sin embargo, la selección de básquetbol parece ser la excepción a la regla y todos parecen darse cuenta de que el agradecimiento, y no los reproches, son lo único que queda para despedirse de un ciclo irrepetible.

El conjunto albiceleste ha logrado formar parte de la esencia vital del deporte argentino junto a la selección de fútbol, Las Leonas (hockey sobre césped) y Los Pumas (rugby) durante los últimos 15 años, y ese reconocimiento vale tanto o más que cualquier medalla.

Este Mundial probablemente sea la despedida de los últimos sobrevivientes de la Generación Dorada , la que sobrepasó todas las expectativas una y otra vez durante una década, regalando alegrías y momentos inolvidables año tras año para un público que se enamoró de una selección que nutrió ese romance entre hinchas, jugadores y cuerpo técnico con creces.

Quién sabe, quizás Argentina todavía cuenta con la capacidad de ejecutar una epopeya más en España, un último capítulo mundialista lleno de gloria para darle un final épico a la historia que comenzó en Indianápolis y que eventualmente se convertirá en leyenda.