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Messi: sigan al líder total

Partido de máxima exigencia, respuesta absoluta. Luis Enrique instauró desde el primer día en el vestuario del Barça la entrega sin reservas y su equipo le mostró en Villarreal la mejor imagen en ese sentido. Sufrió el Barça porque el rival le apretó y hasta tuvo mala fortuna, pero encontró el premio de buscar la victoria sin guardarse nada. Y elevando a Messi a la categoría de líder total. Espiritual y, también, futbolístico.

Leo ofreció una clase maestra en liderazgo. Más allá de jugar mejor o peor (no fue desde luego su mejor actuación), la Pulga acogió el papel protagonista. Lo que comenzó a mostrar frente al Elche lo confirmó en El Madrigal. Le acompañaron Pedro y Munir (después Neymar y Sandro) en el ataque, pero mientras todo el mundo tenía unas órdenes bien definidas, Messi, en ataque, volvió a ser un espíritu libre.

"Leo puede darnos tanto que jugará de lo que él quiera", aseveró Luis Enrique tras la victoria sobre el Elche. Y el argentino se ha tomado al pie de la letra la libertad de movimientos con que le ha obsequiado su entrenador. Pero, más aún, ha recuperado la intensidad que tanto se le notó a faltar el curso pasado.

Si ante el Elche rozó la amonestación en una jugada en banda, yendo a recuperar con ansia, en Villarreal repitió, con un empujón, se diría que casi exagerado, para frenar la salida con el balón del equipo rival. Es el Messi total, aquel a quien todos buscan con la mirada cuando conducen el balón para saber qué opina, si quiere el balón, si se aleja, se desmarca o se ofrece. Y todos saben seguirle.

Leo intervino en 68 ocasiones durante los 90 minutos, perdió seis balones, recuperó cuatro e hizo dos faltas. Lo mejor es que regaló la asistencia de la victoria a Sandro y llegó a rematar cinco veces a puerta, dos de ellas al palo. Números que mostraron el papel de la Pulga.

El Barça ganó su segundo partido liguero y, como en el estreno, se apoyó para hacerlo en su gran estrella, quien nunca bajó la guardia y con sus ganas empujó a todos sus compañeros. Así, cuando el partido se dirigía hacia un final decepcionante, con el 0-0 inamovible, Messi convino dar el giro definitivo. Tomó el balón en el área, escorado a la derecha, recortó y la lanzó suave entre las piernas del meta local.

¿Le acompañó la suerte? Probablemente, pero le acompañó la fortuna que merece quien la ha buscado sin descanso, como le abrazó a Sandro, el joven canterano que tomó el relevo de Munir a la hora de marcar.

Luis Enrique admitió que están todavía en camino. "Hay que mejorar muchas cosas", afirmó el entrenador azulgrana. Pero es un consuelo, es una suerte, buscar esa excelencia a través de las victorias. Y nada mejor que hacerlo siguiendo las directrices del líder.

Porque en el Barça, todos siguen al líder. Y éste se llama Messi. Leo Messi.