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La Academia de Auckland, cuna de cracks

AUCKLAND (Enviado especial)-- A las 5 de la mañana el mítico Eden Park se abre. Los primeros en llegar son Ant Strachan, Brad Anderson y Alex Ross. No son nombres reconocidos, pero son los responsables de una cuna de cracks: la academia de Auckland. Allí funciona el gimnasio, una parte fundamental de la estructura. Scrum te cuenta cómo se trabaja en la Unión más exitosa en juveniles del rugby de Nueva Zelanda.

En la Academia eligen entre 50 y 60 jugadores de la ciudad, y los entrenan. Buscan puesto por puesto, recorren los clubes para encontrar a los mejores. Y es gratis. Ninguno de los chicos neozelandeses paga para estar ahí. Van desde los 17 a los 20 años, por eso los horarios extraños para que puedan trabajar o estudiar.

El primer turno empieza a las 6 de la mañana. Los chicos van llegando de a uno, con tamaños de profesionales, toman sus rutinas y empiezan el trabajo. Los preparados físicos están bien cerca. Ya algunos de esos jugadores que están en el gimnasio del Eden Park estuvieron en el equipo de Auckland en la ITM Cup, e incluso algunos en los All Blacks 7´s.

"A nosotros nos dan jugadores, los volvemos atletas", cuenta Anderson, mientras mira y corrige a uno de los jóvenes proyectos. "Hoy los puestos que más complicados vemos acá en Auckland son el de medio scrum y apertura", confiesa Strachan, el gerente de alto rendimiento que jugó en los All Blacks desde 1992 a 1995, incluído el Mundial de Sudáfrica. "Los miramos y nos damos cuenta si pueden llegar al seleccionado o no", agrega.

Hay 15 personas a cargo de la academia, entre los que se encuentran preparadores físicos, entrenadores de destrezas, nutricionistas, fisioterapeutas. Hay tres planes que se ofrecen: desarrollo, progresivo y elite. Se trabaja también con mujeres y para el Seven.

De esa cuna de cracks salieron en el último tiempo Steven Luatua, Charles Piutau y Francis Sailii, todos con presente en Auckland Blues y los All Blacks. Pero desde 2010, el 85 por ciento de los graduados del programa jugaron ITM Cup o incluso Super Rugby. Y ya hay un apuntado para el futuro: "Blake Gibson tiene todo para estar en el seleccionado", apuntan sus entrenadores sobre este rubio tercera línea.

Un trabajo serio, desde chicos, asegura el futuro del mejor seleccionado del mundo. Auckland es un ejemplo.