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Parte de la historia

DALLAS -- El mejor manager en la historia de los Vigilantes de Texas se fue.

Ni siquiera esperó a que la temporada terminara, cuando falta poco menos de un mes.

Ron Washington renunció el viernes con carácter de inmediato bajo el argumento de "razones personales".

Y muchas de las "razones personales", que según fuentes de los Vigilantes nada tienen que ver con problema de uso de sustancias o vicios, sino de salud, quizá fueron provocados por las decisiones más recientes de la organización.

Es un hecho, que la peor temporada en la historia de los Vigilantes es para enfermar a cualquiera, en especial si se recuerda que apenas hace poco tiempo era uno de los equipos élite de las Grandes Ligas y ahora se encaminan a una campaña de 100 derrotas.

Igual es para enfermar o agotar la paciencia del más tranquilo de los managers la salida de peloteros como C.J. Wilson, Josh Hamilton, Nelson Cruz, Mike Napoli, Ian Kinsler y, sobre todo, Michael Young.

Todos los que han estado cerca del clubhouse de los Vigilantes saben que Washington nunca perdonó al gerente general Jon Daniels que hubiera canjeado a Young antes de la temporada 2012.

Quizá tampoco fue del agrado de "Wash" que ni siquiera hubieran intentado retener de manera seria a Hamilton, Cruz o Napoli; ni tampoco la manera en que Kinsler salió de la organización.

Él común denominador entre todos ellos es que aseguran que nunca fueron avisados con anticipación, ni tuvieron mayor comunicación o hubieron intentos serios de negocios los contratos a largo plazo, que creían haber ganado después de llevar a los Vigilantes a alturas que antes ni siquiera nadie en el área Dallas-Fort Worth hubiera imaginado.

Es un hecho que la temporada 2014 es el reflejo de muchas situaciones adversas, que incluyen también la salida de Nolan Ryan, para dar el poder total a Daniels.

Tal vez Washington es el menos culpable en un equipo que ha utilizado cifras récords de jugadores, pítchers y novatos.

Pero también es un hecho que el hilo siempre se corta por lo más delgado y de seguir las cosas así, Washington hubiera salido tarde o temprano; por las buenas o por las malas.

Con Washington se va la época más brillante de una franquicia que antes del 2010 ni siquiera había ganado una serie de postemporada.

Un equipo que mientras estuvo unido y compacto, no necesitó de peloteros súper millonarios para competir. Todo era química en un clubhouse donde el manager era el líder absoluto.

Los peloteros siempre creyeron en Washington, porque el manager demostró lealtad en todo momentos.

A pesar de que no estuvo de acuerdo al 100 por ciento, Washington también fue un manager que siempre respeto al entonces debutante manager cuando Daniels fue nombrado en el puesto.

No estuvo de acuerdo por completo tampoco en algunas contrataciones, canjes o contrataciones. Y no sólo se trata de reemplazar a un Cruz con Shin-Soo Choo o dejar ir a su claro líder Young.

Se trató de muchas cosas que fueron mermando incluso la salud de Washington.

Ahora los Vigilantes tendrán que comenzar a buscar a su nuevo manager; el que sea capaz de levantar dentro y fuera del terreno de juego a un equipo que tendrá talento tan pronto como el próximo año, cuando salgan del hospital la veintena de lastimados.

Mientras tanto, Washington será parte de la historia deportiva y legendaria del área Dallas-Fort Worth, en el mismo pedestal o muy cercano al de personas como Tom Landry, Jimmy Johnson y Rick Carlisle.

Los personajes que trascendieron más allá de los campeonatos en el deporte de la región.