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Las claves de la doble sorpresa

NUEVA YORK (Enviado especial) -- Sorpresa gigante y por duplicado. Contrariamente a lo que se esperaba, los finalistas del US Open 2014 son Kei Nishikori y Marin Cilic, los verdugos de Novak Djokovic y Roger Federer, respectivamente. Así, el japonés y el croata avanzaron por primera vez a una definición de Grand Slam. Y, como si fuera poco, se concretó la primera definición de un 'Major' entre dos jugadores ubicados fuera del top 10 desde Roland Garros 2002, cuando Albert Costa se coronó contra Juan Carlos Ferrero. Aquí, un repaso de las claves de ambas semifinales masculinas en Nueva York.

Nishikori-Djokovic
El japonés tuvo mayor fortaleza mental que el serbio, en especial en los momentos decisivos. Concretó cinco de sus siete posibilidades de quiebre (71%) frente a sólo cuatro de 13 del número uno del mundo (31%). Pese a perder fácil el segundo set, no dudó, siguió firme buscando la iniciativa ante un Djokovic en un nivel más bajo y con menor intensidad de lo que había mostrado en este torneo. En el tercer parcial ganó un juego clave de 10 minutos, para ponerse 3-2, sin ceder ante el gran favorito y apoyado por el público, que lo eligió como predilecto. Y supo imponerse en el tie-break del tercero, donde el serbio cometió algunos errores inusuales.

Nishikori soportó el desgaste físico que traía, ya que venía de dos maratones, sumando 10 sets y más de ocho horas de juego con sus victorias de octavos de final ante Milos Raonic y en cuartos contra Stan Wawrinka. Tuvo resistencia y no careció de reacción para desplegar su tenis tan veloz. En muchos intercambios largos desde la base logró imponerse, pese a ese "lastre", que se creyó que podía jugarle en contra a él y a favor a Djokovic. Por el contrario, al serbio se lo notó cansado, como agobiado por el calor en más de un pasaje, quizá también sorprendido por el largo aliento del nipón.

El ganador también se impuso en el juego, ya que buscó imponer su ritmo con devoluciones precisas y con disparos paralelos, buscando sorprender al N° 1, en especial con el revés de dos manos hacia la derecha del serbio. Y también lo consiguió con saques abiertos para no dejarlo pegar cómodo y bien afirmado en el centro. Potenciado Nishikori por su fuerza psicológica, volcó en su juego la audacia y determinación suficientes para destrozar toda ilusión de Djokovic, quien estuvo errático, sin consistencia ni equilibrio, con la única excepción del segundo set. Eso llamó mucha la atención, la falta de solidez del actual rey del circuito y en especial en instantes definitorios, como la muerte súbita del tercer set.

Cilic-Federer
El croata tuvo mucha decisión y firmeza en el rubro mental para no caerse ni en los momentos en los que pudo verse vulnerable, como la rotura que sufrió en el comienzo del tercer set. Para disipar cualquier duda, logró un quiebre enseguida y se recompuso. Por eso, mentalmente se lo vio ganador, sin dudar, sacando impecable y con la determinación para no dejar agrandar al suizo, que se vio frágil y sorprendió a todos, ya que venía en gran nivel tras su título en Cincinnati, a pesar del susto del partido previo, cuando levantó dos match-points ante Gael Monfils. Otra muestra: conectó dos aces en el juego en el que definió la semifinal. En la vereda de enfrente, Federer no pudo recomponerse y sacar la cabeza para sufrir una inesperada caída en sets corridos.

Cilic pegó casi siempre primero, es decir, tuvo potencia y claridad a la hora de jugar con su derecha. Con ese golpe trató de controlar a Federer sobre su revés y lo atacó con terribles tiros sobre el drive del helvético, que así se vio sorprendido y quedó desprotegido de ese lado. El ganador se llevó el 87% de los puntos con el primer saque, contra el 71% de su adversario. Así, el croata subió la efectividad que arrastraba en ese ítem en el certamen y el perdedor la bajó. Además, Cilic logró 15 tiros ganadores más (43 frente a 28). Por eso, el que pegó primero, pegó dos veces y fue el que marcó la tendencia en el desarrollo.

El otro punto que marcó la diferencia entre uno y otro estuvo en la precisión, ya que Cilic no es un jugador que se caracteriza por arriesgar y meter tiros con profundidad a gran velocidad y de manera constante. Por el contrario, Federer no le encontró la vuelta, atrapado por su rival sobre su revés y cometiendo más fallas de la cuenta cuando pegó su terrible drive. El croata lo dejó parado varias veces siendo punzante y con "latigazos" sobre su derecha. Así, el helvético vio que, si se abría y se recostaba mucho sobre su revés, a la vez desprotegía demasiado su lado fuerte. Eso le generó más dudas, mientras que vio que Cilic jamás aflojó en la decisión de tirar ni en la puntería. El vencedor se vio físicamente entero y al suizo quizá le pasó factura la durísima victoria previa en cinco sets, pero el punto fundamental es que se vio superado en el juego.