Miguel Simón 10y

El partido que estamos esperando

"El balance es sólo aprobado y no muy bueno porque no pudimos ganarle al menos a uno de los dos europeos que había en la zona. El rendimiento que mostramos en la primera fase igualmente nos permite ir con expectativas al cruce de octavos".

Con un tono que combinaba desencanto y realidad, con la habitual serenidad para el análisis, ya a media luz, en un pasillo contiguo a la sala de conferencias del Pabellón San Pablo, que merece, como sede mundialista, la misma calificacion que entregaba Julio Lamas, quedaba resumida la vida deportiva del equipo argentino en Andalucía. Y es difícil no compartir el pensamiento del entrenador albiceleste.

Argentina obtuvo los triunfos señalados por la lógica previa y exhibió casi todos los puntos fuertes y débiles sobre los cuales se podia especular en la antesala del Mundial 2014.

Es cierto que en un grupo parejo y que empezó a enloquecerse desde el mismo arranque, cuando Filipinas exigió a Croacia hasta un suplementario, los triunfos ante asiáticos y africanos terminaron siendo de mayor calibre que lo imaginado tras el sorteo. Especialmente el logrado contra Senegal, minimizando a un conjunto intenso y atlético que llegó entonadísimo. En esa cuarta fecha, clave para la clasificación, la defensa alcanzó su mejor versión y el resultado quedó registrado en el libro de récords nacionales, ya que los 46 puntos recibidos constituyeron la marca más baja desde los 33 que Egipto le anoto a los campeones del mundo de 1950.

El objetivo esencial, viajar a Madrid evitando un choque con el Dream Team español, se consiguió con claridad. Si bien una victoria frente a Grecia lo hubiera dejado en la cima, el tercer puesto trajo bonus consuelo: un dia más de descanso (para la base de este plantel el regenerativo es tan importante como la acción) y, en caso de una gloriosa velada dominical, no transitar la ruta de los poderosos locales hasta semifinales, en un certamen, que, para asegurarse que el encuentro del par de actores principales quedara reservado para la escena final, se dividió en dos campeonatos de doce, con superior nivel en el lado inferior del cuadro.

"En lo defensivo podemos subir un punto más y en lo ofensivo mostramos algunos altibajos, pero en una línea de progreso. Es un equipo que trata de adaptarse a lo que se le presenta. Así como se acostumbro a defender sin Oberto ahora lo hace a atacar sin Ginóbili. Creo que mentalmente estamos fuertes y competitivos".

Lamas mezclaba balance y deseo de cara a la segunda fase.

Todavía necesita aceitar el doble comando titular. Prigioni no parecio ubicarse siempre en zona de confort y Campazzo se empecinó en confirmar en cada arranque todo aquello que lo condujo al Real Madrid, pero sin dosificarlo, ni intercalar alguna pausa. En un ambito internacional en el que los bases tiran y pasan -mucho mas de lo que penetran-, Facundo, a pesar de su aplaudida naturaleza, dio vuelta esos patrones sin tanto éxito ofensivo.

"No se si el partido de Tecnópolis sirve de parámetro. Ellos se encuentran mucho mejor y nosotros un poco mejor. Si Brasil es el favorito es más un juego para los periodistas. Somos un equipo sin deudas pendientes que hará lo posible para ganar".

Si bien hay supremacia en la historia cercana, especialmente en los cotejos pesados de eliminacion, el tecnico argentino sabe que, esta vez, por el armado de uno y otro, la racha corre mas peligro que nunca en los ultimos tiempos.

La Argentina se moverá en una delgada línea, con poco margen, ante un rival que acentuará el déficit para contraatacar y obtener segundos tiros. Dependerá, en un duelo donde debera cuidar todos los detalles, de un trabajo colectivo compacto e inteligente, y que a la inspiracion del enorme Scola, Nocioni, de tremendo repertorio defensivo, pueda agregar mayor regularidad en ataque.

Dicen que un clasico es un partido aparte, que no cuenta lo anterior, lo que viene pasando en el torneo. Al seleccionado argentino, mas allá del aprobado de Sevilla, le conviene que ese lugar común sea cierto.

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