Fabio Dana 10y

Echale la culpa al árbitro

BUENOS AIRES -- Cuando se gana, se juega bien y se consiguen resultados el mérito es del equipo, del grupo, del gran trabajo del cuerpo técnico. Pero cuando se pierde, en general, la culpa es de uno solo: el árbitro. La autocrítica suele brillar por su ausencia y el de negro (ahora también de amarillo o verde) pasa a ser el responsable de todos los males del equipo.

Esta vez, es Racing el que encabeza el ranking de reclamos en la AFA. Tanto, que Luis Segura, vicepresidente en ejercicio de la presidencia tras la muerte de Julio Humberto Grondona, salió a responder: "Acá no hay una campaña en contra de nadie. Los jueces se equivocan porque son humanos, nada más".

Repasemos: la Academia viene de dos partidos polémicos donde, es cierto, fue perjudicado por los arbitrajes de Fernando Rapallini y Andrés Merlos. Pero a esta altura hablar de una "campaña" en contra es sin lugar a dudas una exageración, y busca despejar el verdadero eje del problema académico: el equipo no está bien y debe mejorar.

Rapallini fue parado luego del clásico contra Independiente, que Racing perdió 2 a 1: entre otros errores, no echó a Tula por un alevoso codazo y cobró una falta inexistente de Diego Milito, por supuesta plancha a Bellocq, que derivó en el primer gol del Rojo.

Luego llegó Lanús, y ahora fue Merlos quien volvió a quedar en el ojo de la tormenta. En este caso, hubo un penal no cobrado de González a Centurión, cuando Racing ganaba 1 a 0; enseguida el Granate lo empató y luego pasó a ganarlo. Además, se vio otro penal de Monteseirin a Lollo por un claro agarrón, más una mano dudosa, también de Monteseirin y en el área, tampoco sancionada.

En este contexto, Cocca pidió "imparcialidad" y exigió más "peso" en la AFA de los dirigentes. Lo cierto es que el DT parece superado en esta nueva etapa como técnico, dirigiendo a un grande. Nadie puede pensar que ahora, al frente de Racing, Cocca es más perjudicado que cuando dirigía a Defensa y Justicia en la B Nacional. ¿Acaso los de Varela tienen más peso en la AFA que la Academia? Pero como Defensa jugaba bien y ganaba, no tenía sentido hablar de los árbitros, ¿no?

Al DT se le juntaron varias piedras en el camino: declaraciones poco felices en la previa al clásico ("prefiero pelear el título que ganarle a Independiente"), crecieron los cuestionamientos por los jugadores que llegaron al club a través de su representante y el Cilindro se vistió de banderas en su contra durante el choque con Lanús. Todo, en medio de una gran interna.

Encima, ahora se viene Boca, y en La Bombonera...

Pero Racing no fue el único en cuestionar a los de negro. Walter Perazzo, DT de Olimpo, dijo luego de perder contra los Xeneizes: "Ceballos alentaba a los jugadores rivales. En los centros, les decía a los míos que venía el gol de Boca. Me duele la impotencia de los muchachos. Yo siempre mido las cosas que hablo, pero lo del juez fue muy pobre".

Diego Ceballos no tuvo un gran partido en Bahía Blanca, es cierto, pero resulta irrisorio que un árbitro, en este nivel, les diga a los jugadores semejantes barbaridades.
Ceballos, en definitiva, no fue determinante en el resultado. Es cierto que echó a dos jugadores del local (bien en los dos casos), pero también es cierto que no le dio un claro penal a Boca en el comienzo del partido, cuando Villanueva se "llevó puesto" a Carrizo, y que por el asistente Aumente le anuló a los de Arruabarrena una clara jugada de gol en el final del partido.

Resultado: tras el pitazo final, a Ceballos se le fueron encima los jugadores de Boca primero, y los de Olimpo después...

Como frutilla del postre de esta sexta fecha queda lo ocurrido en Rosario: Central jugó con San Lorenzo y el comentario del día fue que Carlos Maglio, el juez del partido, se encontró en la noche previa con Matías Lammens, presidente del Ciclón... ¡en un bar! Suspicacias a full. "Fue casual, pero Maglio no tendría que haber estado en un bar a la una de la mañana", criticó Miguel Scime, Director de Formación Arbitral. ¿Cómo dirigió Maglio? Bien, aunque el gol de Central, el equipo que supuestamente iba a "perjudicar", fue en posición adelantada...

Antes de la jornada que pasó, hubo de todo: quejas de Central por un penal de Chiarini no sancionado contra Niell en el Monumental (segunda fecha), reclamos de Boca por los seis minutos de descuento en el 1 a 1 contra los Canallas, por la Copa Sudamericana, enojo de Colón por el gol de Alario que Luis Alvarez anuló de manera inexplicable en el partido que, también por la Sudamericana, River le terminó ganando a los santafesinos por penales...

En el fútbol hay que aprender a convivir con el error: reproches para los que imparten justicia hubo y habrá siempre. Más en tiempos donde la tecnología, que ahora nos permite ver una misma jugada veinte veces, en cámara lenta y desde cinco ángulos distintos, juega en contra de quienes deben sancionar una falta en cuestión de segundos.

Los árbitros pueden equivocarse o acertar, pero las campañas de los equipos son buenas o malas en función de los planteos de los técnicos y de la tarea de los jugadores dentro del campo de juego. Esto es algo lógico, emparentado con el sentido común. De todos modos, cuando las cosas no se dan, siempre hay una opción: echarle la culpa al árbitro.

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