Carlos Irusta 10y

Entre el respeto y la amenaza

LAS VEGAS – Finalmente, Floyd Mayweather agradeció a todos, volvió a decir que como campeón que es le daba la merecida revancha a Marcos Maidana; una vez más, los diferentes medios se acercaron al escenario en donde estaban los boxeadores. Apenas unos minutos antes, El Campeón del Pueblo había dicho algo parecido.

Entre los asistentes estaba El Chaqueño Palavecino, quien acompañará al ring a Maidana cantando un chamamé. Hacía apenas un rato habían llegado al MGM doña Olga, la mamá de Marcos; don Orlando, el padre de Maidana, el doctor Walter Quintero, su médico personal, y unos cuantos familiares más; en total se esperan 16 personas, incluyendo –claro- a Yoyo, su hijo.

Maidana, de elegante smoking, tuvo tiempo de agradecer a quien le diseña la ropa, Gustavo Arce. Y cuando llegó el momento de la clásica foto frente a frente, se quitó sus anteojos oscuros. Se dieron la mano con Floyd. Y apenas unos segundos después, El Chino se dio vuelta rápidamente y le dio la espalda a su futuro rival. Ni amenazas ni empujones, todo absolutamente profesional, ya que la venta de la pelea fue realizada a través de una gira por varias ciudades, hace unos meses.

Entre tanta amabilidad y cortesía, frente a más de doscientos asistentes –muchas cámaras, mucha televisión, muchos micrófonos- quedó la sensación de que puede ser la calma que precede a las tormentas. En la charla personal con Maidana nos quedó en claro que su actitud ganadora sigue intacta y que no ha venido "a pasear" como suele decirse.

La presencia de sus padres e hijo, como el haber estado con su hija recién nacida en el comienzo de la preparación, marcan a las claras que no solamente necesita de los suyos: que también quiere tenerlos cerca para demostrarles todo de lo que es capaz.

Se dice que Floyd ha estado distraído últimamente –se sabe que su vida privada no es, precisamente, un modelo de vida ejemplar, porque se mete en más problemas de los que debería- y eso podría conspirar en su contra. Los que creen conocerlo a fondo dicen que, por el contrario, está más mentalizado que nunca en ganarle a Maidana si es posible, antes del límite, para demostrar que es un gran campeón.

La rutina de Las Vegas, con sus horarios y ceremonias continuará igual, con la misma puntualidad de un reloj bien aceitado. Sin embargo, queda flotando en el ambiente la duda sobre lo que puede generar el choque de dos egos.

Uno, porque está ante la gran oportunidad de su vida de demostrar que puede llegar a la gloria grande, casi única. El otro, porque aunque "estoy ya cerca de los cuarenta", como él mismo dijo, debe demostrar que todavía puede y mucho. Nos hace acordar a Maravilla Martínez (quien llegará este jueves a Las Vegas) cuando comenzó a hacer referencias a su edad, como sabiendo que el Padre Tiempo amenaza. Tal vez lo piense Floyd, tal vez lo tenga como un estímulo más, el poder demostrarse y demostrar que puede, como siempre, con el mismo estilo y capacidad de siempre.

El fino estilo frente a la fuerza, el relámpago frente al trueno, el eterno choque del boxeo, una vez más expuesto en el ring. Sí, es posible que hayan sido muy respetuosos, que se hayan dado la mano, que no hayan existido amenazas… pero pasan los años y la melodía es la misma: pelear por la gloria, pase para lo que pase...

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