Francia hizo historia y terminó un Mundial en el podio por primera vez, un logro merecido que fue la recompensa a un largo y arduo camino que comenzó con la obtención del título en el Eurobasket 2013, continuó con el batacazo contra España en cuartos de final y culminó con una nueva victoria contra Lituania por 95-93, la misma selección a la que derrotó para salir campeón el año pasado. Un final redondo.
Repasemos las tres cosas buenas y las tres malas que nos dejó un partido por el bronce que tuvo sabor a final.
3 Cosas Buenas
Nicolas Batum y Boris Diaw: líderes de la revolución
Francia podría haber hecho las valijas mentalmente tras perder una semifinal emocionalmente brutal contra Serbia y contar con apenas un puñado de horas de descanso, pero sus dos referentes no permitieron que eso sucediera y fueron vitales para que el conjunto galo convierta un déficit de siete puntos en un triunfo por dos con un parcial de 31-22 en el último cuarto.
Batum fue el máximo anotador del partido por segunda noche consecutiva, se despachó con 27 puntos, promedió 31 unidades en los últimos dos partidos y selló el partido con los tiros libres definitivos.
Diaw, por su parte, fue el corazón de Les Bleus una vez más y anotó 10 de sus 15 puntos en los últimos 10 minutos del encuentro. Vital.
Jonas Valanciunas domina
Si estás leyendo esto desde Toronto, tienes razones de sobra para entusiasmarte, ya que Jonas Valanciunas fue el mejor jugador de Lituania y hubiese sido la figura del partido si su país se quedaba con la victoria.
El pivot lituano no solo dominó la zona pintada con 25 puntos y nueve rebotes, sino que volvió a demostrar el progreso de sus fintas y movimientos en el poste bajo para anotar con facilidad.
Esta es una gran señal para los Toronto Raptors, que lo esperan con los brazos abiertos para el comienzo de su pretemporada.
La hinchada lituana
El público lituano dijo presente en Madrid y le puso color a la noche flameando su bandera y alentando a su selección con fervor durante los 40 minutos.
Los más de 2500 kilómetros de distancia entre Lituania y España no importaron, ya que en este caso la pasión no tuvo fronteras.
3 Cosas Malas
El calendario de la FIBA
A ver si entiendo bien, ¿Lituania contó con 48 horas de descanso y Francia con apenas 21 entre partidos a pesar de que ambas selecciones disputaron una semifinal anteriormente?
El partido por el tercer puesto no será una final, pero tampoco merece ser tratado como algo que debe ser sacado del camino casi como si fuese un estorbo previo al encuentro más importante y perjudicando a uno de los dos equipos con un detalle no menor.
Eso fue algo patético, el denominador común de una indiferencia organizacional que se burló de la integridad deportiva y del derecho de ambos equipos para llegar a su compromiso en igualdad de condiciones.
La defensa de Lituania
Francia hizo lo que quiso durante gran parte del encuentro y abusó de la defensa lituana al encestar un 56 por ciento de sus intentos, un porcentaje que fue todavía más elevado tras los primeros 10 minutos (63%).
Las flaquezas defensivas de Lituania volvieron a verse expuestas en el último cuarto cuando Les Bleus anotó 31 puntos, un deja vu poco feliz para los lituanos que seguramente recuerdan al parcial francés de 31-12 que también había sellado su suerte en la final del Eurobasket 2013.
Las faltas de Francia sobre el final
Es entendible que Vincent Collet haya querido evitar el triple del rival con la falta intencional, pero Collet la empleó con demasiada frecuencia y demasiado tiempo en el reloj. Ese tipo de faltas deberían ser empleadas con seis segundos o menos por jugar.
O sea, está bien, Lituania había encestado siete de sus 17 triples, pero al poner a los lituanos en la línea de tiros libres con tanta frecuencia Francia extendió el partido y mantuvo a su rival con vida innecesariamente.
Esa estrategia no terminó dañando a Francia, pero el entrenador galo le debería tener un poco más de fe a su defensa para así quizás no sufrir tanto a futuro en partidos cerrados como el de este sábado.