Paola Núñez | Corresponsal 10y

El duelo directo tendrá que esperar

MADRID -- Los goles tendrán que esperar. Y el enfrentamiento directo también. Raúl Jiménez y Chicharito Hernández disputaron su primer derby madrileño, pero no pudieron compartir la cancha. Uno entró casi al momento en que el otro salió.

Al minuto 60, el delantero del Atlético de Madrid, que inició el juego, abandonó la cancha para dejar su lugar a Antoine Griezmann. En ese momento, Javier Hernández se preparaba para realizar su debut como jugador del Real Madrid. Un minuto después, el tapatío hizo su entrada en la cancha del Bernabéu para suplir a Karim Benzema en un intento de Carlo Ancelotti por romper el empate 1-1 en ese momento.

El destino quiso que el jugador mexicano entrara al rescate cuando el equipo ya estaba roto. La afición, ávida de goles, lo recibió con una ovación, pero poco pudo hacer en la media hora del encuentro que disputó. Ni un solo tiro a gol. En el momento en que hizo entró a la cancha, hacía rato que el Atlético de Madrid había tomado la medida a los blancos.

Chicharito, un delantero distinto a Karim Benzema y que hasta hoy tenía en sus debuts un talismán al haber marcado en sus primeros partidos con Chivas y Manchester United, entró con intensidad a buscar el gol. No lo consiguió. De hecho, apenas tocó el balón, pero sí vio la tarjeta amarilla a los cuatro minutos por una dura entrada sobre Ghilherme Siqueira.

El mexicano intentó acoplarse al sistema merengue --por entonces ya partido-- y se movió por el centro de la cancha, donde el trabajo de presión de Benzema suele ser clave para el Madrid. Pero el mexicano apenas logró hilar tres pases cortos y fallar otros tres, uno en el área de Moyà.

Tras el segundo gol del Atlético de Madrid, el Chicharito, como el resto del Real Madrid, se disolvió en la nada. Aún así, el técnico merengue Carlo Ancelotti mantiene las esperanzas en que Javier Hernández se convierta en el revulsivo infalible que tanto desea.

"Ha intentado hacer algo, ha entrado en un momento que no era fácil, el equipo ya no tenía intensidad y ritmo. No era fácil, pero tiene que seguir trabajando porque va a ser muy útil esta temporada", dijo el técnico merengue tras el encuentro.

Jiménez, por su parte, jugó decorosamente durante una hora, aunque todavía se le nota un poco rígido e inseguro, lo natural, de acuerdo con el jugador y su técnico Diego Simeone, dada su corta estancia en España. Todavía le cuesta soltarse con el balón, como admitió después, pues según indicó "el ritmo en Europa es muy diferente, es más rápido".

Apenas se atrevió a probar suerte de cara a la portería en una ocasión desde fuera del área y tuvo pocas oportunidades con el balón en los pies. Si bien trabajó en la presión, no pudo cortar un solo pase del rival o recuperar el balón. No fue su mejor noche, aunque al menos logró salir con la victoria y con el convencimiento de que lo hará mejor cuando complete su adaptación.

Jiménez se volvió a cruzar con el Chicharito cuando el árbitro silbó el final del encuentro en que el Atlético salió vencedor por 2-1, cuando se acercó a darle la mano.

"Tuve la oportunidad al final del partido de despedirme y desearle todo el éxito del mundo. Ojalá cada uno en su equipo lo haga de la mejor manera", comentó Jiménez al abandonar el estadio.

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