Carlos A. Nava 10y

Joe Cortez: No hay nada imposible

LAS VEGAS -- Para Joe Cortez, nada es imposible y menos cuando se trata de los hispanos.

Cortez logró una brillante carrera como boxeador amateur, que después trasladó al profesionalismo, antes de convertirse en uno de los más legendarios réferis de boxeo.

Y más importante que sus casi 200 peleas de campeonato mundial dirigidas, la principal proeza de Cortez fue conseguir el respeto y credibilidad de todos aquellos involucrados en el boxeo.

"El boxeo me ha dado mucho más de lo que yo imaginé", dijo Cortez en su casa de Las Vegas. "Para mí pasó de ser un pasatiempo, un deporte, a mi vida entera. En realidad, nunca voy a alejarme del boxeo".

"Para mí el boxeo es como un sueño de vida", agregó. "El boxeo me subió a las nubes. Yo nunca pensé que iba a llegar a este nivel".

Nacido en Nueva York de ascendencia puertorriqueña, Cortez dejó una marca como boxeador amateur de 43-2; ganó seis veces el torneo de los Guantes de Oro, antes de dar el salto al profesionalismo.

"El gran Gaspar 'Indio' Ortega fue el que me empezó a mí en el boxeo", mencionó. "Yo lo quise casi como un padre. Yo lo llamo siempre, cada semana. Si no fuera por Gaspar 'Indio' Ortega, de Tijuana, quién sabe dónde yo estaría hoy".

En el pugilismo de paga, Cortez sólo peleó 19 veces, de las que ganó 18. Decidió retirarse en 1971, al comenzar a sumar lesiones y falta de oportunidades por un título mundial.

"Mi última pelea fue en Puerto Rico", dijo. "Después de que me retiré del boxeo, a los siete años después regresé como árbitro".
En 1976, comenzó a ser réferi en peleas amateur y un año más tarde ya estaba de vuelta en el profesionalismo, pero como el tercero arriba del cuadrilatero.

"La Comisión de Nueva York me llamó y me dijo que no perdiera mi tiempo como amateur", añadió. "Me dijeron que querían darme licencia para que fuera árbitro profesional".

Cinco años después de su comienzo en el profesionalismo, Cortez dirigió su primera pelea de campeonato mundial, Aaron Pryor contra Miguel Montilla, por el cetro súper ligero de la Asociación Mundial de Boxeo.

"No era difícil para mí (ser réferi)", dijo. "Quizá porque me gustaba bailar mucho y tenía buen movimiento de mis piernas. Durante mis últimos 30 años tuve la oportunidad de arbitrear a los mejores en el boxeo".

Entre las principales peleas dirigidas, Cortez recordó las de Mike Tyson; Roberto "Mano de Piedra" Durán, Evander Holyfield; Óscar de la Hoya, Félix Trinidad, Juan Manuel López y Juan Manuel Márquez, entre otros.

Una de las noches más especiales de su carrera como réferi fue la pelea entre Julio César Chávez contra Greg Haugen frente a 132 mil 274 aficionados congredos en el estadio Azteca de la Ciudad de México, en febrero de 1993.

También recordó la pelea entre Óscar de la Hoya contra Julio César Chávez, en 1996.

"Joe es uno de los principales réferis que han existido", consideró De la Hoya. "Fue un gran réferi y es una gran personal. Sencillo, humilde, tranquilo. Un caballero".

"Arriba del ring era justo y te trataba con mucho respeto", añadió. "Ha sido uno de los mejores de todos los tiempos. Un orgullo latino e hispano".

En dos ocasiones en su vida residió en su querido Puerto Rico, como él mismo llama a la Isla del Encanto.

"Cuando fui exaltado al Salón de la Fama tenía 34 años en el boxeo como profesional. Y le dije a mi esposa que a los 35 años me iba a retirar; yo sabía que no iba a durar para siempre".

"Cuando llegué al Salón de la Fama me di cuenta que era el momento. Es lo más grande estar en el Salón de la Fama, fui el primer latino en entrar como árbitro".

En la actualidad, vive en Las Vegas, donde es uno de los personajes más populares dentro y fuera del ámbito boxístico.

Igual se saluda de abrazo con cualquier boxeador desconocido, que con los aficionados que siguen cualquier paso que da.

Es un habitual visitante de los gimnasios de cualquier nivel o clase social y en su propia casa tiene instalado un cuadrilatero de boxeo, donde aún se mantiene en forma, además de que utiliza también para instruir el deporte de los puños.

"Yo estoy ayudando a los muchachos jóvenes", dijo. "Me gusta ayudar a los árbitros. Siempre estoy involucrado, tratando de ayudar. Ahora tengo mucho tiempo libre".

Su casa, bien puede ser considerada un Salón de la Fama. El interior luce recuerdos y adornos de sus mejores momentos en el pugilismo, ya sea como boxeador o como árbitro.

También están los recuerdos de encuentros con diversas personalidades del deporte, política, farándula o ciencia, y de las varias películas en las que ha participado, incluyendo Rocky.

"Yo siempre he sido bien honesto con mi trabajo", afirmó. "Siempre he sido muy profesional en el ring y afuera del ring".

Cortez dijo que había decidido retirarse después de que fue inducido al Salón de la Fama del Boxeo, en el 2011.

Su última pelea como réferi fue la de Saúl "Canelo" Álvarez contra Josesito López, en septiembre del 2012.

"Siempre traté a los boxeadores como si fueran hijos míos", dijo. "Uno tiene que tener un buen corazón para ser un buen árbitro. Uno debe tener ese cariño para los boxeadores".

"Uno tiene que tratarlos como hijos para que no reciban castigo. Ser bien profesional con ellos, bien firme pero justo".

Cortez dijo que aún le falta trabajo por hacer en el boxeo. El principal, instruir a jóvenes y adultos en las reglas del boxeo, así como desarrollar mejores réferis y jueces.

"Todavía me falta hacer un poco más", añadió. "Quiero estar algún día arriba del ring y decir que represento a todos los árbitros y a algunos campeones mundiales, que diga que son como mis hijos y que los ayudé a llegar a otro nivel".

Desde el retiro, Cortez es uno de los principales analistas de ESPN.

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