Gonzalo Aguirregomezcorta 10y

Mundial 2014: Un balance positivo

MADRID -- El domingo se puso el broche de oro a dos semanas de básquetbol a raudales con la final del Mundial de España 2014. Estados Unidos demostró que es una potencia imposible de desbancar y Serbia que es el mejor equipo de las selecciones terrenales. Ha habido de todo en esta cita mundialista, batacazos imprevistos, éxitos impredecibles, jugadores que dejaron actuaciones sorpresivas, decisiones cuestionables y 15 días que han dado para mucho. A continuación repasaremos lo que ha dado de sí el Mundial.

LO MEJOR

Todos los equipos han destacado el calor que han sentido de la gente a lo largo del torneo, especialmente la selección de EEUU, la que más seguimiento ha tenido por los fans y la que más contenta quedó con el trato del pueblo español. Mike Kryzewski tuvo palabras de elogio para la población y las utilizó en el primer minuto de su comparecencia de prensa justo después de haberse proclamado campeón del mundo para halagarles.

"Quiero dar las gracias a la gente de España, desde Gran Canaria a Bilbao, Barcelona y Madrid. No hubiéramos podido haber sido tratados mejor que de la manera en la que la gente de España nos ha tratado. Ha sido magnífico. Nos vamos como campeones del mundo pero con mucho amor por este país", afirmó coach K.

A pesar de que los estadounidenses estuvieron amparados por fuertes medidas de seguridad y el acceso a los jugadores fue casi imposible, tanto ellos como el cuerpo técnico han destacado el trato de los españoles, que han tenido un comportamiento ejemplar y en líneas generales han dado ambiente en los pabellones a los partidos de envergadura.

LO PEOR

El sistema de competición hilvanado por la FIBA y el episodio de Australia. Es prohibitivo jugar una primera fase con cinco partidos en seis días y lo que se consigue con este sistema es que las franquicias y los equipos de la NBA y otras ligas de peso se pienses dos veces el permitir que sus jugadores defiendan los colores de su país. El riesgo de lesión es alto y, aunque no se ha producido ninguna grave durante el Mundial, lo cierto es que los equipos que pasan a la fase final llegan muy cansados a los últimos partidos.

Francia fue sin duda la selección más perjudicada por un sistema que les obligó a jugar el partido de tercer y cuarto puesto 18 horas después de caer en semifinales, mientras que Lituania contó con 36 horas para preparar la cita. La diferencia es abismal cuando se habla de unos juegos de gran intensidad y, aunque finalmente alcanzaran la medalla de bronce, los galos tuvieron que pasar por encima de una falla organizativa que provocó con ambos equipos jugaran en desigualdad de condiciones y eso debería ser inadmisible.

Como inadmisible debería ser el hecho que equipos como Australia especulen con los resultados para su propio interés. No está demostrado que los 'aussies' perdieran deliberadamente contra Angola en la fase de grupos para evitar un posible enfrentamiento ante EEUU en la fase final, pero la jugada olió a chamusquina y la FIBA tuvo que intervenir para investigar el caso. Ese tipo de actuaciones deberían ser sancionadas con dureza porque desprestigian una competición de este calibre.

SORPRESAS

La mayor sorpresa del Mundial fue ver a Serbia en la final del torneo. Pocos pensaron que el equipo dirigido por Sasha Djordjevic fuera a alcanzar el éxito de una manera tan trabajada y bien construida. Finalizaron en la cuarta posición de su grupo con tres derrotas que por muy previsibles que fueran (España, Brasil y Francia), demostraban que lo tendrían complicado en las eliminatorias. Nada más lejos de la realidad, los balcánicos brillaron con garra, descaro y calidad, y la medalla de plata es un éxito merecido.

La victoria de Francia frente a España también fue una de las sorpresas del Mundial. Parecía difícil que los galos lograran imponerse a la selección anfitriona, que estaba mostrando un gran nivel de competición hasta la fecha, sin embargo, los pupilos de Vincet Collet pasaron por encima de la presión del graderío y las torres ibéricas para apear a una de las favoritas al podio. No sólo eso, sino que además lograron la medalla de bronce ante una Lituania que también apuntaba alto.

México también fue una de las sorpresas más agradables. Hacía 40 años que los norteamericanos no jugaban un Mundial, y su pase a los octavos de final fue un premio al trabajo del coach, Sergio Valdeolmillos y al esfuerzo de sus jugadores, que nunca se achantaron. Cayeron en segunda ronda frente a la campeona, EEUU, y se marcharon de España con la cabeza bien alta.

Senegal también fue una de las grandes sorpresas. No había vencido ningún encuentro en sus anteriores apariciones mundialistas, y en España lograron dos victorias clave para pasar a octavos.

DECEPCIONES

La mayor decepción del Mundial la protagonizó la selección anfitriona. Se esperaba mucho más de España en el torneo y quizás eso acabó pesando en la moral de los pupilos de Juan Orenga. Un mal partido después de seis juegos donde se exhibieron fue suficiente para que quedaran eliminados. Se esperó más de varios jugadores, de esa generación campeona del básket español, pero finalmente no cumplieron.

También se esperó más de Argentina y Brasil. Los dos equipos más fuertes de Latinoamérica se vieron las caras en octavos de final y fueron los verdes y amarillos los que lograron imponerse. Brasil no pudo contrarrestar el vendaval serbio en cuartos, mientras que Argentina demostró que el proceso de renovación está cerca.

Puerto Rico fue otra de las grandes decepciones. La baja de Carlos Arroyo en el segundo juego de la fase de grupos dejó cojo a un equipo que no logró pasar a la fase final, un avance que hubiera sido la mínima renta para haber dejado un buen sabor de boca.

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