<
>

Meligeni: Argentina-Brasil, la serie de Copa Davis que nunca quiso jugar

SAN PABLO -- Cuando vi que Brasil y Argentina se van a enfrentar en la Copa Davis me invadieron varias sensaciones. Muchos recuerdos me vinieron de golpe.

Todos saben que nací en Argentina y me vine a Brasil por opción y corazón. Pocos saben o quieren saber, incluso después de haber cambiado el pasaporte y dejado atrás mi país de nacimiento y los pedidos de mi familia, que todavía tengo mucho cariño por Argentina.

Cada vez que hay un enfrentamiento entre las dos naciones quedo atormentado por enlaces y preguntas de todo tipo. Para quién hinchar, quién es mejor, qué pienso de la rivalidad...

Estos enlaces muchas veces me dan tristeza por ver que tanta gente estúpida quiere fomentar el odio y una ira que no debería existir. Somos países parecidos, como hermanos, y con muchas características parecidas. Es cierto que tenemos diferencias, pero nada hace que una divertida rivalidad gire hacia más que una broma.

Creo que después de tanto tiempo no es preciso probar nada para aquellos que son inteligentes, que no usan el sensacionalismo como un arma o que tratan de arrancar mi imagen poniendo algún tipo de duda. Soy brasileño y punto final.

Pero la idea de escribir esto es para contarles un miedo que me acompañó en toda mi carrera. Por tener esa rivalidad, esa ira, esa bronca, moría de miedo de tener que enfrentar a Argentina en una Copa Davis. Tenía mucho miedo de ser maltratado en el país dónde nací. Y tenía aún más miedo de perderlos y ser mal tratado aquí.

Conozco como pocos las hinchadas y el patriotismo argentino. En un ingreso a la Argentina, mostré mi pasaporte brasileño y el policía me pidió el documento argentino. Dije con sinceridad que era brasileño y que no tenía (ni tengo) ningún documento argentino. Él, irritado, respondió rápidamente: "Sr. Meligeni, usted nunca va a dejar de ser argentino. La próxima vez quiero que entre con documentos argentinos". Nunca acaté esa orden.

Con sólo imaginar un público con 10.000 personas gritando tonterías como traidor, vendido o cualquier otra palabra que podría atacarme me tenía preocupado. Y, honestamente, siempre hinché contra uno en el enfrentamiento de los dos países.

Al final, nunca he tenido este desafío, placer o locura de enfrentarme a una dura hinchada hermana. Hubiera sido una experiencia única e indescriptible.

Dicho esto, ahora que no juego, veo con alegría este enfrentamiento. Me parece un juego increíble y durísimo para los dos. Lógicamente que si juega Del Potro serán los favoritos. Sin la fiera, todo puede suceder.

Pienso mucho en ir y asistir a ese enfrentamiento. Si en cancha no tuve ese desafío, creo que debería tener esta experiencia desde afuera.