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Baltimore Ravens habrían ocultado evidencia en el caso de Ray Rice

BRISTOL -- El escándalo de siete meses que amenaza el futuro de Roger Goodell como comisionado de la NFL comenzó con una inesperada llamada telefónica en las primeras hora de la madrugada de un sábado en el mes de febrero.

Apenas unas horas después que el corredor Ray Rice dejara inconsciente a su entonces novia con un golpe de su mano izquierda en el Revel Hotel Casino en Atlantic City, New Jersey, el director de seguridad de los Baltimore Ravens, Darren Sanders, se puso en contacto con un oficial de policía de Atlantic City. Mientras veía el video de vigilancia --la toma dentro del elevador en el que Rice golpea a su prometida-- el oficial, quien le dijo a Sanders que era un aficionado a los Ravens, describió en detalle a Sanders lo que estaba viendo.

Sanders rápidamente describió el video a los ejecutivos del equipo en Baltimore, iniciando sin saber una odisea de siete meses que se ha convertido en la mayor crisis que ha enfrentado un comisionado de la NFL en 95 años de historia.

"Outside the Lines" entrevistó a más de 20 fuentes en los últimos 11 días --oficiales del equipo, oficiales y ex oficiales de la liga, representantes de la Asociación de Jugadores de la NFL (NFLPA por sus siglas en inglés), asesores y amigos de Rice-- y descubrió un patrón de desinformación y desorientación empleado por los Ravens y la NFL desde esa noche de febrero.

Después del incidente del 15 de febrero en el elevador del casino, ejecutivos de los Ravens --en especial el propietario Steve Bisciotti, el presidente Dick Cass y el gerente general Ozzie Newsome-- iniciaron intensas campañas públicas y privadas buscando el perdón para Rice desde varios frentes: desde el sistema judicial en el condado de Atlantic, donde Rice enfrentaba cargos de agresión, hasta el comisionado Goodell, quien al final decidiría el número de partidos que Rice sería suspendido, incluso dentro de su propio equipo, donde algunos señalaron inmediatamente después del incidente que Rice debía ser cortado.

Los Ravens también consultaron frecuentemente con el abogado defensor de Rice en Philadelphia, Michael J. Diamondstein, quien a principios de abril había obtenido una copia del interior del elevador y le informó a Cass: "Es horrible". Cass no le solicitó una copia del video a Diamondstein en cambio comenzó a instar al equipo legal de Rice a que consiguiera que el jugador fuera aceptado en un programa de intervención previo al juicio después de enterarse de algunos de los beneficios del programa. Entre ellos: evitaría que el video del interior del elevador se hiciera público.

Por su parte, la NFL --que en otros casos de disciplina a jugadores ha podido obtener información que había sido restringida por órdenes de la corte-- asumió una postura inusualmente pasiva cuando se trató de reunir evidencia, exponiéndose a las críticas generalizadas, acusaciones de una postura inconsistente en el castigo del jugador y dudas sobre si Goodell le dio a Rice --el rostro de la franquicia de los Ravens-- un leve castigo como favor a su buen amigo Bisciotti. Cuatro fuentes dijeron que los ejecutivos de los Ravens, incluyendo a Bisciotti, Cass y Newsome, instaron a Goodell y otros ejecutivos de la liga a darle a Rice una suspensión de no más de dos partidos, y eso es lo que hizo Goodell el 24 de julio.

La mayoría de las fuentes hablaron con "Outside the Lines" con la condición del anonimato, citando la recién lanzada y autodenominada investigación independiente de la NFL por parte de Robert S. Mueller III, ex director del FBI, que está siendo supervisado por John Mara, el propietario de los New York Giants, y Art Rooney II, co propietario de los Pittsburgh Steelers. Mara y Rooney son amigos muy cercanos de Goodell. Las entrevistas, vistas en conjunto, pintan un cuadro de una liga y una franquicia cuyas acciones --e inacción-- combinadas para ocultar --o ignorar-- la violencia gráfica de la agresión de Rice. Cuando las pruebas surgieron, la NFL y los Ravens rápidamente cambiaron su postura y simultáneamente intentaron poner la culpa sobre Rice y su supuesta falta de veracidad con Goodell acerca de lo que había sucedido dentro del elevador.

Greg Aiello, portavoz de la NFL, no respondió ninguna pregunta escrita enviada a Goodell y la liga por "Outside the Lines". "El Sr. Mueller se encuentra en el proceso de realizar su investigación sobre la búsqueda y manejo de la evidencia en el incidente de violencia doméstica de Ray Rice", expresó Aiello. "Su reporte se hará público". No quiso hacer más comentarios. Los Ravens respondieron a varias preguntas y rechazaron los informes de "Outside the Lines", señalando que no habían sabido desde el principio que Rice había dejado inconsciente a Janay "con un golpe". En cuanto a Cass y su relación con Diamondstein, los Ravens señalaron que Cass dejó en claro que "Ray y su abogado deben proceder con base en su evaluación de lo que es mejor para los intereses de Ray". El equipo indicó que Sanders no estaba disponible, argumentando que se encontraba de viaje.

Los Rice, a través de sus amigos, no quisieron hacer comentarios, así como Diamondstein.

Uno de los aspectos más confusos sobre el escándalo de Rice se centra alrededor de preguntas difíciles de responder: ¿Por qué Roger Goodell, el firme líder de la NFL quien por ocho años como comisionado ha estado tan comprometido con la disciplina de los jugadores, no se guió por su brújula de moralidad cuando se enteró --verbal o visualmente-- del ataque de Rice? Y ¿Por qué su industria multimillonaria, con su gran red de ex agentes del FBI y oficiales de la policía, fallaron en la más básica de las tácticas de investigación: obtener un video de vigilancia del interior del elevador, como Goodell ha afirmado. El público, los patrocinadores de la liga y los medios han estado tratando de encontrarle sentido a los motivos del comisionado durante una investigación de la liga muy distinta a las demás.

Fuentes de la liga han dicho a la prensa que Goodell está trabajando día y noche para lidiar con las consecuencias del caso por maltrato infantil de Adrian Peterson y otras crisis de violencia doméstica que se han vuelto públicas desde que creció el escándalo de Rice. Señalan que el comisionado está comprometido en aplicar iniciativas contra la violencia doméstica que tendrán un gran impacto más allá de la liga.

Los propietarios multimillonarios de la NFL, que le pagan a Goodell más de 44 millones de dólares al año, han apoyado al comisionado mientras atraviesa la peor crisis en la historia de la NFL, mientras algunos de los patrocinadores de la liga, en especial Anheuser-Busch, están inquietos por el tema. El propietario de los Carolina Panthers, Jerry Richardson, está pidiendo a los propietarios firmar una petición de apoyo para Goodell, al menos tres aparentemente lo han hecho. Por su parte, Goodell le ha dicho a sus amigos que nunca renunciaría, y dijo que confía que su puesto no está en peligro.

Cuando se le preguntó la semana pasada si creía que su cargo estaba en juego, Goodell respondió, "No, estoy acostumbrado a la crítica. Estoy acostumbrado a eso. Todos los días tengo que ganármelo. Todos los días tengo que hacer un mejor trabajo. Y esa es mi responsabilidad con el juego, con la NFL y con lo que veo como sociedad. La gente espera mucho de la NFL. Lo aceptamos. Esa es nuestra oportunidad para marcar la diferencia, no sólo en la NFL, sino en la sociedad en general. Tenemos esa capacidad. Tenemos la influencia. Y tenemos que hacerlo. Todos los días, eso es lo que vamos a intentar hacer".

En su conferencia de prensa de este viernes en New York, Goodell reconoció de nuevo que cometió errores en el manejo del caso Rice y se disculpó: "Vamos a poner nuestra casa en orden primero. Los mismos errores no pueden repetirse nunca".

Información de John Barr, Paula Lavigne y Wright Thompson fue utilizada en la redacción de esta nota.