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Florentino defiende su gestión

MADRID -- Conmigo o contra mí. Florentino Pérez defendió su gestión al frente del Real Madrid ante los socios compromisarios del club que esta mañana se congregaron en la Asamblea General Ordinaria del Club.

La rendición anual de cuentas de la directiva merengue llegó en un momento convulso para el equipo, y puesto a frenar lo que percibe como una campaña de desestabilización, Florentino Pérez atajó uno a uno los temas espinosos que prevalecen en el entorno, desde el rechazo a Iker Casillas por un sector de la grada, a la paralización del ambicioso proyecto de renovación del Estadio Santiago Bernabéu, con un claro mensaje: "tenemos que unirnos para protegernos de los demás".

"Estamos en un momento difícil para que el Madrid pueda competir con otros clubes donde sus propietarios tienen verdaderos imperios económicos", dijo el presidente del equipo que durante 10 años se ha mantenido como número uno en la lista de clubes deportivos más ricos del mundo elaborada por la revista Forbes, a modo de explicación ante la imposibilidad de expandirse a otras secciones deportivas.

Cuestionado ante los costos estratosféricos de los jugadores, así como primas y salarios de la directiva Pérez respondió con un dardo: "Si quiere los traemos baratitos y que ingresen la mitad", pues de acuerdo con las cuentas presentadas este domingo, el conjunto merengue reportó 174 millones de euros por ingresos comerciales, incluidos los porcentajes correspondientes a la institución de los derechos de imagen de sus grandes estrellas. Una cifra récord, de acuerdo al presidente, que supone un incremento del 7% con respecto al curso anterior.

Dejando de lado, por momentos, los temas administrativos, Pérez se refirió también al creciente descontento de la grada del Santiago Bernabéu, donde últimamente se han escuchado rechiflas a los jugadores al mínimo error, en particular, al capitán Iker Casillas. Para el presidente, es de suma importancia "respetar" el trabajo del arquero, y pidió una vez más, "unidad" ante lo que percibe como ataques externos.

"No debemos nunca traspasar un límite que en vez de hacernos más fuertes, nos hace más débiles. No caigamos en esa trampa. Tenemos que unirnos para protegernos de los demás, porque (los que pitan) o no son del Madrid, o quieren influir. Tenemos que blindarnos de algún medio (de comunicación) que va contra nosotros", señaló en referencia a los pocos medios locales con una postura crítica hacia el cuadro merengue.

Pero el momento más álgido llegó cuando tuvo que hacer frente a las dos cuestiones que mayor preocupación generan entre los socios: el proyecto de renovación del Estadio y las discrepancias entre la deuda reconocida y la real, destapada ayer a la Asociación por los Valores del Madridismo presidida por Carlos Mendoza, socio compromisario del Real madrid, quien entre otras cosas exige transparencia y elecciones "como las del Barcelona".

Fue a él a quien el presidente del club se dirigió directamente para poner de ejemplo como agente del caos, primero, y negar tajantemente que la deuda bruta del club sobrepase los 500 millones de euros.

"Uno en la vida juega el papel que quiere jugar; el suyo en el Madrid no lo entiendo. Está dando pábulo a gente que no nos quiere y que nos quiere desunir", dijo antes de señalar que Mendoza "de números, no sabe nada".

"Le recomiendo que reflexione y no juegue ese papel", continuó. "Hoy ha dicho lo de los 602 millones de deuda con la boca pequeña. Pregunte en la UEFA o el Ibex lo que es la deuda neta. Somos la admiración del mundo y se empeña en decir en un periódico que tenemos una deuda insoportable", recriminó el empresario madrileño luego de que Mendoza concediera una entrevista al diario catalán Mundo Deportivo asegurando que Florentino Pérez "sólo reconoce la deuda financiera neta" de 72 millones de euros – cifra a la que se aferró más de una vez cuando un socio directamente exigió transparencia.

Con mayor vehemencia defendió su intención de alquilar el nombre del Santiago Bernabéu a un patrocinador una vez finalizado el proyecto de renovación, si es que algún día llega a realizarse, pues se encuentra paralizado desde enero pasado por orden judicial debido a una demanda de Ecológicos en Acción por la permuta de terrenos que data de finales de los 90 donde actualmente se encuentra la Ciudad Deportiva Real Madrid.

"Me estoy matando por hacer el mejor estadio del mundo. He trabajado con el Ayuntamiento (de Madrid). Ha salido un grupo que ha presentado una demanda y les han dado la cautelar. No tiene nada que ver lo que dicen con el estadio ni la remodelación. Pero nos estamos peleando (al presentar un amparo legal).

"La única posibilidad que tenemos de hacer el estadio (nuevo) es con un patrocinador que una su nombre al nuestro entre 15 o 20 años y que podamos pagar los 400 o 500 millones que vale. Eso nos permitirá alimentar el mito. Al que le parezca mal, no es madridista", señaló.

Los socios se fueron en paz, y aunque no obtuvieron respuestas concretas a sus exigencias, votaron masivamente a favor de los presupuestos para el presente curso; al final del día, únicamente sostienen el 9% del capital del club. De los rumores sobre los negocios del empresario a costa del club, ni palabra; al menos en el interior del centro de convenciones IFEMA donde tuvo lugar la Asamblea.

En las inmediaciones del recinto, sin embargo, miembros del grupo de animación UltraSur, caído en desgracia y vetado del estadio, intentaban ingresar a la Asamblea para pedir la dimisión de Florentino Pérez. No lo lograron, aunque los efectivos de seguridad no pudieron impedir sus gritos de inconformidad: "el club no es tu negocio".