EAST RUTHERFORD, N.J. -- Geno Smith iba a ser un hombre diferente esta temporada, o por lo menos ser como el quarterback que terminó la temporada pasada pareciendo como que algún día podría ganar partidos para los New York Jets. Partidos grandes también.
Nunca iba a ser como Peyton Manning; de eso estábamos seguros. Pero Eli Manning, el quarterback vecino, el tipo que encontró la forma de sobrevivir en el mercado más volátil del mundo sin el beneficio del talento de su hermano mayor, quizás era posible.
Si, quizás Geno Smith podría convertirse en algo así.
Smith aparentaba pensar que eso era posible. En el verano, respondió a una encuenta de ESPN.com de ejecutivos y entrenadores que lo ranquaron últimos entre todos los quarterbacks de este manera: "Si soy el #32, para esta época el año que viene, o el próximo año, yo espero estar entre los primeros cinco".
Fue una declaración extraordinaria para un mariscal que estaba ranqueado por debajo de personalidades como Chad Henne y Ryan Fitzpatrick, pero se trata de unos Jets que todavía viven de las extraordinarias declaraciones de su quarterback de hace casi medio siglo. El problema es que no Joe Willie Namath está garantizando cosas en estos días. De hecho, durante la derrota de los Jets por 27-19 ante los Chicago Bears el lunes, Namath, en Twitter, hizo la pregunta más pertinente de la noche.
"¿De cuantas maneras puede un equipo derrotarse a si mismo?"
Mirando un itinerario que incluye a Mathew Stafford, Phillip Rivers, Manning y Tom Brady, los Jets necesitaban ganarle en casa a los Bears de Jay Cutler. Aún con la velocidad que posee en su brazo, a Cutler se le puede sacar de sus casillas y las defensas de Rex Ryan son famosas mundialmente -- solo pregúntele a Rex -- por sacar a mariscales de sus casillas.
Smith nunca le dio a la defensa la oportunidad de llegarle a Cutler antes de que un tono de pánico ya se sentía en el equipo local. De hecho, en la segunda jugada, Smith flotó un screen hacia Chris Johnson que fue interceptado y llevado hacia la meta enemigo para un touchdown de 45 yardas de Ryan Mundy.
A solo 32 segundos de haber comenzado el partido, ya los Bears tenían una ventaja de 7-0. Pronto, Cutler estaba convirtiendo la ventaja en 14-0 luego de que Jalen Saunders no pudiera manera una pateada de despeje, y así las cosas siguieron.
Los Jets lograron convertir el encuentro en un partido con la oportunidad de bajar la ventaja a 24-20 a mediados del tercer cuarto. Pero todo ese esfuerzo de jugar en desventaja provocó que Smith perdiera su sentir en 1ro y 10 desde la yarda 18 de Chicago.
Se movió hacia la izquierda y vio a David Nelson marcado de cerca por el esquinero Kyle Fuller unas siete yardas dentro del endzone. En vez de botar la bola y darse otra oportunidad en el segundo o tercer down, Smith pasó la bola en contra de su movimiento, resultando en una flotadora que acabó en las manos de Fuller.
Tanto como aceptó responsabilidad total por su primera intercepción en su conferencia de prensa después del partido, Smith quería compartir la culpa con Nelson por la segunda. Esa no es una buena idea para un profesional que desea ser un mariscal de franquicia y aspira a ser conocido como uno de los mejores cinco en el deporte.
Smith tuvo cierto nivel de éxito moviendo la bola contra Chicago, una noción que es evidenciada por sus 316 yardas pasando. Pero no podía terminar los avancez, ocupando al pateador Nick Folk más que los vendedores de cerveza en el estadio.
Smith estuvo similar a un lanzador que logra los primeros dos strikes con relativa facilidad, pero que no puede conseguir el ponche. Sus receptores sí dejaron par de pases caer, y Eric Decker se fue del partido con una lesión en la corva, y el coordinador ofensivo, Marty Mornhinweg, le hizo daño con una brutal jugada de acarreo del quarterback en 3ero y gol.
Pero toda la noche estuvo claro que Smith era su peor enemigo. Abajo por ocho puntos faltando poco más de tres minutos, Smith comenzó el último drive con pase, bajo presión, que hubera sido su tercera intercepción si no fuera por el hecho que a Jon Bostic se le cayó la bola.
Al final, tras mover su equipo hasta cerca del end zone, Smith envió un pase errático en el tercer down y otro pase fuera de la marca que Jeremy Kerley atrapó fuera del end zone.
En el camino fuera del terreno, el mariscal de reemplazo, Michael Vick, fue visto lanzando besos hacia los fanáticos del estadio MetLife. Y porque Smith no tuvo una suficientemente buena temporada como novato, no se puede dar el lujo de tener una segunda mala temporada, razón por la cual obviamente a Ryan se le preguntó si Vick debería estar calentando en el bullpen.
"Creo que vamos a tener que mirar el vídeo", dijo Ryan. "Me siento bien con este equipo de football, y me siento bien con Geno Smith"
Cuando se le recordó más tarde que había descartado la idea de que Vick fuera una alternativa viable para Smith, Ryan le dijo a los reporteros, "Nunca voy a decir que no por eso lo he aprendido de ustedes".
No, Ryan no debe reemplazar a Smith con Vick -- por lo menos no por el momento. Pero los Jets no pueden seguir con irse de 6-1 dentro de la yarda 20, como hicieron contra los Bears.
"Eso fue completamente terrible", dijo Smith.
Al menos concedió el obligado "el cambio comienza conmigo". Luciendo cansado al contestar preguntas de la prensa, Ryan al menos despertó para salir en defensa de su hombre.
"Gente, este no es el mismo quarterback que era al comienzo del año. No me importa lo que la gente diga", dijo.
Sin duda Geno Smith es mejor que esa alma perdida. Pero el lunes en la noche probó solo que está más cerca de convertirse en el suplente de Vick que en uno de los mejores cinco quarterbacks de la NFL.