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El tenis después del abismo: los casos de Cilic y Troicki

BUENOS AIRES -- Año de revancha. Tengan razón o no, esta temporada les dio la oportunidad de resarcirse en el circuito. Marin Cilic y Viktor Troicki, sancionados -según ellos de manera injusta- por doping en 2013, acumulan más éxitos que caídas desde su vuelta al circuito. Para ellos, el tenis después del abismo.

"No merecí el trato que tuve ni las falsas acusaciones. Y sigo pensando que no fue casual. Que alguien quiso destruir mi carrera. Pero lamentablemente nadie lo responderá nunca", marcaba Marin Cilic, en el periódico croata Jutarnji List, a pocos días de su vuelta a las canchas en París tras cuatro meses de suspensión.

Desde su retorno, todo en ascenso. El balcánico despegó en febrero, con dos títulos (Zagreb y Delray Beach) y una final (Rotterdam), pero sus mayores impactos se dieron en las grandes citas. Avisó en Wimbledon con su arribo a cuartos de final y dio el golpe final en Nueva York con la conquista del US Open, su primer título de Grand Slam. Hoy su marca en el año es de 48-16, está N°9 del mundo y en el quinto lugar de cara a las Finales ATP.

"Afortunadamente tuve mucha ayuda de parte de los jugadores. Dodig, Karlovic e Ivanisevic [su coach] les escribieron a la ITF sobre mi persona, mi carácter. Su apoyo fue crucial. También le estoy muy agradecido a Djokovic. Hizo cosas increíbles por mí. Se comprometió, puso en juego su imagen, se enfrentó a la ITF y a la ATP", señaló. "Fue muy difícil. Aprendí muchas cosas de todo esto, pero de la peor manera", resumió Cilic, sobre su vivencia.

Como marcó el croata, Djokovic siguió muy de cerca la cuestión del doping el año pasado y en varias ocasiones hizo uso de su voz, potenciada por su calidad de jugador de elite. La gran razón de las pronunciaciones del serbio contó con nombre y apellido: Viktor Troicki. Su amigo y compatriota fue el otro sancionado en 2013, con una pena inicial de 18 meses que luego fue rebajada a 12.

Su ausencia de casi una temporada en el circuito, en definitiva, lo terminó dejando en el puesto 847° en el ránking. Y el trabajo desde cero comenzó en Gstaad, gracias a una invitación. Su regreso, de lujo: triunfo en sets corridos ante Dominic Thiem, Top 50. "Fue muy emotivo y extraño para mí", explicó Troicki tras su reinicio de carrera. "El año pasado fue el más difícil de mi vida. Tengo muchas ganas de demostrar lo injusta que fue la decisión", señaló.

Desde su vuelta, el serbio, instalado hoy en cuartos de final del ATP de Shenzhen, fue parte del ATP de Gstaad -sumó dos triunfos- y de cinco Challenger -títulos en Como y Banja Luka-. Entre clasificaciones y cuadros, suma 29 éxitos y cuatro derrotas. Entre sus victorias, ocho fueron ante Top 100, una de ellas esta semana ante David Ferrer (5°). Todo en dos meses. Mientras, ya escaló hasta el N°150 y de ganar el certamen chino quedará al límite del N°100, lo que le aseguraría un lugar en el cuadro principal del Abierto de Australia, uno de sus grandes objetivos en estos meses.

Los casos de Cilic y Troicki, puntualmente, pueden ser tomados como ejemplos de cómo regresar a la actividad tras una sanción, siempre sin hacer un juicio de valor sobre la justicia -o injusticia- de la pena. Volvieron en plenitud, finos mentalmente y con rápidos resultados. Pero, obviamente, no todos los procesos son iguales. Unos necesitaron más tiempo, otros no pudieron regresar a su mejor versión y hasta algunos, incluso, decidieron colgar la raqueta.

El argentino Guillermo Coria fue otro que tuvo un recorrido similar a los balcánicos, aunque cuando apenas tenía 19 años. Fue sancionado por siete meses por un producto de vitaminas contaminado con esteroides en 2001, año en el que había ganado su primer título en Viña del Mar y había jugado la final en Mallorca y las semifinales en Monte Carlo. Por su inactividad y por caer, en uno de sus primeros torneos en su vuelta, en la primera ronda del M1000 del Principado en 2002 salió disparado al N°198. Y ahí, la remontada, en octubre fue nuevamente Top 50; y en mayo, con 21 años y a 15 meses de su vuelta, se metió por primera vez en el Top 10.

Richard Gasquet, por ejemplo, tardó bastante en volver a codearse con los mejores. El francés fue suspendido en mayo de 2009 por 75 días y, en medio de pedidos de una extensión de su pena a un año, logró ser absuelto en diciembre. No obstante, su tenis se demoró un poco más en llegar a pesar de estar fuera de las canchas por tan poco tiempo. Recién en marzo de 2011 volvió al Top 20 (posición que tuvo en junio 2009, durante su sanción) y en noviembre de 2012 tocó el N°10. Con el 9° como mejor escalón desde su retorno, aún no ha logrado superar el N°7 que alcanzó en 2007.

En tanto, Martina Hingis, a pesar de su posterior retorno como doblista, fue una de las que decidió dejar de jugar al tenis a raíz de un controversial caso de doping en 2007. Otro caso con cuestión de fondo fue el del argentino Mariano Puerta, reincidente y dando positivo en Roland Garros 2005, donde fue finalista. Siguió jugando durante toda la temporada, incluso disputando el Masters de fin de año. La sanción de ocho años se hizo efectiva desde 2006, pero luego, tras una apelación, se redujo a 19 meses. Continuó actuando en el circuito, pero nunca más en torneos ATP. Tras un año y medio de acción en Challenger, decidió ponerle fin a su carrera.

Aún con más polémica, y también con retiro de por medio, fue el caso de Petr Korda. En el mejor momento de su carrera, tras ganar el Abierto de Australia, llegar al N°2 y coquetear con su arribo a la cima del ranking de la ATP, el checo dio positivo con nandrolona en Wimbledon 1998, aunque la cuestión tuvo matices más que especiales: el anuncio del doping se hizo recién a fin de año, como pena se le quitaron los puntos y el dinero conseguido en Londres pero se le permitió seguir jugando. En unos meses, ITF se dio cuenta de su error, pero ya no pudo apelar sobre su sentencia. No obstante, en septiembre de 1999, en una temporada en la que sumó 6 victorias y 12 derrotas, fue sancionado por doce meses. A fines de 2000 volvió a jugar un partido, en el Challenger de Praga. La derrota marcó su adiós en singles.

Hubo más casos de doping en el tenis, cada uno con sus tonalidades. Y otros tantos, tal vez, que no salieron a la luz en su momento. El libro de Andre Agassi abrió un capítulo de dudas bastante complicado. Marin Cilic y Viktor Troicki, dos casos que se sumaron a la lista. Con culpa o injusticia, su nombre permanecerá entre los sancionados. Ellos, al menos, encontraron el camino de regreso al tenis después del abismo.