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Los Cowboys tuvieron una noche casi perfecta frente a los Saints

ARLINGTON -- La ofensiva de los Dallas Cowboys tuvo una noche casi perfecta este domingo en la victoria sobre los New Orleans Saints.

El mariscal de campo Tony Romo lanzó tres pases de touchdown, sin intercepción para un índice total de pasador de 137.4 puntos.

El corredor DeMarco Murray hilvanó su cuarto partido de 100 o más yardas terrestres con 149 y no perdió ningún balón; el receptor Terrell Williams anotó dos veces y Jason Witten atrapó los cinco pases que le enviaron.

El entrenador en jefe Jason Garrett y el coordinador ofensivo Bill Callahan, así como el coordinador Scott Linehan, sostuvieron un plan de juego equilibrado por completo, con 29 pases y 35 acarreos; algo que en los años más recientes era prácticamente imposible siquiera de pensar.

Y el tiempo de posesión fue de casi 10 minutos a favor de los Cowboys que en la primera mitad ya ganaban 21-0, camino al primer triunfo en los últimos tres enfrentamientos contra New Orleans.

"Era importante para nosotros ver qué clase de equipo vamos a ser contra un gran rival", declaró Romo. "Es agradable competir bien contra un equipo que nos había dado fuerte en años recientes".

"Es un hecho que vamos a ser un equipo difícil para todos si podemos seguir corriendo el balón", agregó. "También tenemos algunos muchachos por afuera que son explosivos y pueden atrapar el balón. Somos una unidad completa".

Sin embargo, este domingo la noche fue para la defensiva de Dallas. Sí esa misma unidad que ha sido vapuleada y humillada casi por costumbre en los tiempos más recientes.

La misma defensiva que permitió casi 450 yardas totales a los Rams en St. Louis la semana pasada frente a un mariscal de campo de tercer equipo.

Este domingo por la noche, la defensiva de los Cowboys logró la primera blanqueada en los primeros 30 minutos de juego a la explosiva ofensiva de los Saints desde octubre del 2011.

Esa misma defensiva, que jugó casi completa por vez primera en la campaña, recuperó y entregó a su ofensiva tres balones de los Saints, incluidas dos intercepciones.

Sumó su primer partido del año con al menos par de capturas y presionó buena parte del juego al estelar mariscal de campo de New Orleans, Drew Brees, quien apenas hace unos cuantos meses los había humillado con 625 yardas totales y 40 primeros intentos.

Tal vez más importante, la defensiva de los Cowboys impuso un respeto que había perdido, recuperó la autoconfianza y enseñó que puede competir.

La ofensiva de los Saints hacía tiempo que no sufría tanto para mover el balón en una primera mitad como en esta ocasión.

Cierto que en la segunda mitad, por momentos Brees y compañía parecieron regresar al partido. De hecho anotaron dos touchdowns muy explosivos entre el tercero y cuarto periodos con series de 25 segundos y 1:38 minutos.

Pero los Cowboys fueron capaces de apretar y hacer jugadas a la defensiva en momentos trascendentes.

"Ellos nos retaron de muy diversas maneras esta noche", expresó Garrett. "Tienen buena gente y mucha habilidad en su equipo en todas las áreas ofensivas con un gran ala cerrada y encuentran la manera de repartir el balón".

"Creo que Rod [Marinelli, coordinador defensivo] hizo buen trabajo maximizando el talento de nuestros muchachos y tratando de sacarlos de ritmo".

"Creo que nuestra secundaria jugó bien, en especial en coberturas hombre a hombre", agregó. "Es un reto, todos sabemos quiénes son ellos a la ofensiva".

El esquinero Orlando Scandrick, quien fue promovido a la titularidad para este juego, luego de faltar a los dos primeros de la temporada suspendido por consumo de sustancias prohibidas, de nuevo enseñó que es el líder no sólo del perímetro, sino de toda la unidad defensiva completa.

Scandrick sumó siete tacleadas, más que ningún otro jugador de los Cowboys, de las que seis fueron en solitario, defendió dos pases y no recibió ninguno de touchdown.

Además, hizo jugadas que rara vez se reflejan en las estadísticas como cubrir casi a la perfección al jugador más peligroso de New Orleans, Jimmy Graham, casi todo el partido.

Presionó también al mariscal de campo en maniobras de carga; aguantó el dolor para terminar un juego con evidentes molestias en un tobillo, sabiendo que no había nadie que pudiera reemplazarlo.

Los Cowboys llegaron sólo con cuatro esquineros activos al partido y Morris Claiborne, recién removido de la titularidad, salió lastimado desde el primer cuarto.

"Claramente hoy ganó el mejor equipo", reconoció el entrenador en jefe de los Saints, Sean Payton. "Mostraron que tienen jugadores de ambos lados del balón que pueden hacer el trabajo. Y nosotros fuimos incapaces de superarlos casi en ninguna área".

El tercer esquinero Sterling Moore tuvo otro buen partido y aguantó en situaciones de níquel cuando tuvieron que meter a cinco defensivos secundarios.

Fue un juego redondo para los Cowboys que están empatados con la mejor marca de la NFL y que están 3-1 por vez primera desde el 2008.

El próximo domingo enfrentarán a unos también sorprendentes vecinos estatales, los Houston Texans, ante los que, según Garrett, será importante mantener el ritmo frente a otro de los conjuntos que en este momento están en la punta de la NFL.

"Somos un buen equipo y confiamos en todos", indicó Romo. "Creo que somos más fuertes mentalmente y eso puede hacer diferencia. Ahora parece que somos capaces de cerrar juegos, que antes no podíamos".

"La próxima semana viene otro gran reto y estoy convencido de que estaremos listos para recibirlos".