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Historias mínimas

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Regreso cinco estrellas
Timea Bacsinszky fue una de las grandes apariciones de la semana. La suiza bajó a Maria Sharapova en Wuhan y alcanzó cuartos de final tras partir desde la qualy. La consecuencia: ascenso de 15 lugares y regreso al Top 50 después de tres años, a pocos puntos del 37° puesto que supo ocupar en 2010.

Pero entre aquella marca y este resurgir, hubo complicaciones físicas, altibajos de nivel y hasta una pausa que en su momento se pensó definitiva: "Empecé desde muy chica a competir en el circuito. Muy rápido empezaron a compararme con Hingis. Siendo tan joven, y sin la cabeza lista para hacerle frente, eso me trajo demasiada presión. En algún punto supongo que ya no pude lidiar con ello...".

2013 marcó el punto de ebullición: "Necesitaba reconstruirme de alguna manera. Al margen, estaba lesionada. Pero sobre todo me preguntaba: 'Bien, ¿cuál quiero que sea mi futuro? ¿Dónde puedo ser realmente feliz?' La vida es una sola...".

Con 23 años, Bacsinszky hacía a un lado el tenis: "A mí siempre me interesó todo lo que tiene que ver con hoteles, caterings y restaurantes. Entonces decidí probar con eso. Realmente sentía que era lo que quería hacer. Así entré a hacer una pasantía en un hotel cinco estrellas. Y me encantó, para ser honesta".

"No se me pasaba por la cabeza volver a jugar al tenis -siguió-. Hasta que un día recibí un mail de la WTA para avisarme que estaba en la lista para Roland Garros. Y era la primera vez en mi vida que tenía la posibilidad de elegir: o quiero jugar al tenis o quiero mantenerme al margen".

Timea decidió ir: "Hablé con mi jefe y le dije: 'Mañana no puedo venir, voy a jugar Roland Garros'. Me subí al auto, manejé cinco horas desde Lausana a París. Y en ese viaje me di cuenta de muchas cosas. Fue una experiencia reveladora. Después de eso llamé al que hoy es mi coach, le dije que quería volver a jugar".

Pero la verdadera prueba estuvo en el volver a empezar: "Fue difícil porque ya no tenía dinero para manejarme en el circuito y estaba obligada a tener buenos resultados. Incluso este año, en febrero fui a jugar un torneo de 15 mil dólares a Estonia. ¿Para qué? El torneo logré ganarlo, pero en la semana me iba a tres sets con chicas rankeadas 500. Es complicado, pero hay que mantener la humildad. Pasar todo eso me fue haciendo fuerte y poco a poco fui recuperando este lugar".

Calendario familiar
Muchos se preguntaban qué llevó a Carlos Berlocq a jugar un Challenger después de más de dos años aun con su buen ranking. Se podría pensar en una falta de confianza para jugar en la gira asiática para decidir jugar el Challenger de Porto Alegre. Pero esto suena errado teniendo en cuenta que en 2013 sumó tres victorias en Oriente alcanzando octavos de final en el ATP 500 de Tokio y en el Masters 1000 de Shanghai.

"No fui a Asia porque no estaba 100% seguro de que pudiera entrar en Beijing o Tokio. Por eso elegí Porto Alegre, cerca de casa. Ahora estaré 10 días en Argentina antes de ir a Europa", fue la explicación técnica a ESPNtenis.com, luego de un título en Brasil que le aseguró un colchón de puntos para su tranquilidad.

Pero hay algo más a tener cuenta. En su momento, se supo que luego de estar tres semanas en Estados Unidos, donde cerró la gira arribando a cuartos de final en el dobles del US Open, decidió volver a la Argentina para estar apenas 24 horas, antes de volver al Norte pero para jugar Copa Davis en Sunrise, a diferencia de Leonardo Mayer, su compañero en dupla, que fue directo a Florida. "Tomo en cuenta otras cosas a la hora de decidir en tema calendario porque tengo una familia, esposa y dos hijos. Se hace un poco difícil".

Esto se agudizó, claro, cuando nació su segundo hijo, en febrero: "Últimamente estoy analizando mucho qué jugar. Por un tema lógico no puedo viajar tantas semanas en el año. Si hubiese ido a Asia lo más probable era que siga directo a Europa y después mi familia vaya para allá como hice el año pasado. Este año voy tres semanas a Europa, pero sin mi familia".

El escándalo que no fue
Mientras se ponía en marcha la gira asiática en el calendario ATP, una estruendosa polémica estallaba en la región. Lejos de Shenzhen y Kuala Lumpur, el foco estaba en Incheon, Corea del Sur, donde hace ya 10 días se desarrolla la 17ª versión de los Juegos Asiáticos.

¿El punto de conflicto? La coincidencia de fechas entre las instancias finales del cuadro de singles en Incheon y el arranque de los torneos de Beijing y Tokio. Es que el tenis en los Juegos termina recién este martes 30 y, para aquellos anotados en ambas competencias, una eventual superposición potenciaba diversos escenarios: bajarse del ATP en cuestión o conseguir el aval de la organización para debutar a partir del miércoles.

La ATP fue más allá: "Multa de 100 mil dólares y hasta tres años sin jugar" para aquellos que no se presentaran en fecha. Así lo expuso el taiwanés Yen-Hsun Lu, originalmente anotado en Beijing y primer sembrado en Corea. "Puedo lidiar con la multa, no me importa. Pero la suspensión es inaceptable. Cuando nos lo comunicaron nos quedamos en shock", le reveló al Apple Daily de Hong Kong.

La misma advertencia provocó que el uzbeco Denis Istomin y el kazajo Andrey Golubev, entre otros, se bajaran del certamen de singles (ambos ya habían participado en el torneo por equipos).

El argumento oficial tiene base en el reglamento: "Ningún jugador que haya ingresado al cuadro de un torneo ATP puede participar en otro evento durante el mismo período, salvo que se trate de un lanzamiento previsto por la ATP". Pero lo que aquí sobresale es el cortocircuito entre las organizaciones y la persecución literal del código antes que la predisposición conciliatoria que, por ejemplo, mostró la WTA.

En medio de esas desprolijidades, la historia terminó con Istomin y Golubev en Tokio, Lu fuera de Beijing y en la final de los Juegos. ¿La posible suspensión? Sin efecto, según dio a conocer el propio jugador este mismo lunes. Pero ya con eco suficiente como para entorpecer otro enredo que se podría haber evitado.

Hablar en la cancha
Frases de Ernests Gulbis debe haber para editar un libro, a esta altura. Polémico, extrovertido, a veces autodestructivo. Podrá gustar o no su estilo, pero hay algo que no puede negársele: el hombre dice lo que piensa. "No puedo cambiar quién soy. Siempre trato de ser fiel conmigo mismo, no importa dónde esté. Y eso implica tener libertad para decir lo que quiera", reflexionó en diálogo con el diario malasio The Star.

Pero inevitablemente es distinto opinar desde el puesto 100 del ranking que hacerlo en la órbita de los 10 mejores, con pasado reciente en semifinales de un Grand Slam: "Hoy no tiene que importar qué salga de mi boca. Quiero que se me conozca por mi tenis, por los resultados".

De aquel Gulbis a este, hay un cambio estructural: "Hoy no solo me siento cómodo con mi juego. También disfruto de entrenarme. Gunther [Bresnik, su coach] tiene mucho que ver en eso".

Con las semifinales en Kuala Lumpur, el letón logró su mejor resultado desde Roland Garros. Y pese a estar algo lejos en la Carrera a Londres, se ilusiona con las Finales ATP. Sobre todo, para tener una revancha particular: "Me gustaría clasificar para volver a enfrentarme con Nadal. Nunca le pude ganar, pero realmente disfruto jugar contra él. De alguna manera, sus devoluciones son perfectas para mi juego".

El nuevo ícono de marketing
La continuidad de Maria Sharapova y la joven aparición de Eugenie Bouchard suman, dentro del circuito femenino, una nueva compañera en el área de la publicidad. Y también con rizos rubios, para no perder la costumbre, pero con algunas características distintas. Con más frescura, despreocupada por el dinero y apegada a las cuestiones sentimentales, Caroline Wozniacki se ganó su lugar en el mundo de los avisos.

La danesa primero, sin quererlo, captó la atención con su ruptura con Rory McIlroy. Luego, con su anuncio de que iba a ser parte de la maratón de Nueva York porque "tenía tiempo en noviembre", fecha en la que iba a celebrarse el casamiento. Y finalmente, para dar la puntada en el lugar exacto, los buenos resultados: ganó el título en Estambul, hizo una gran gira por Estados Unidos, con final incluida en el US Open, y en su inicio por Asia alcanzó el N°7 del mundo.

Sin embargo, a pesar de los flashes, Wozniacki mantiene su ritmo de vida. Y en Flushing Meadows lo dejó en claro al olvidarse el cheque del premio, según reportó The Wall Street Journal, y al ser parte de la semana de la moda en Nueva York, donde mostró al descubierto su fascinación por el diseñador Michael Kors y agradeció abiertamente -y lo llevó a cabo- la necesidad del cambio de look en el pelo sugerido por Anna Wintour, editora de la revista Vogue en Estados Unidos.

Hoy, vestida por Adidas, empresa a la que volvió desde Nike en épocas de juveniles por ser la primera que creyó en ella, y acompañada de cerca por Babolat y Rolex, Wozniacki le resta importancia al costado oneroso del deporte. "Ella es indiferente sobre sus finanzas. Ni siquiera controla sus cuentas bancarias", marcó su agente John Tobias, en declaraciones reproducidas por la misma publicación. "Tengo lo suficiente para comer y comprar lindos zapatos. Para mí se trata de la cancha y los trofeos. Yo no estoy motivada por el dinero", resaltó la danesa.

Wozniacki se rige por el corazón y sus gustos. Las propuestas de auspicios se empiezan a multiplicar, pero ella se encarga de señalar el camino. No le interesan contratos porque sí, sino que le busca un sentido en su ser. Y una empresa ya picó en punta, parece. De la mano del suizo Roger Federer, una marca líder del mercado le acercó a su locker en el US Open un chocolate como presente, sabiendo de su devoción por el producto. Efecto de inmediato. "Quiero un trato con algún chocolate", dijo al instante la danesa y, entre risas, agregó: "No hay necesidad de dinero".

No todo es tenis
Siete meses después, Bob y Mike Bryan volvieron a pisar una cancha de béisbol con raqueta en mano. Pero esta vez, con menos presiones. En febrero, los hermanos fueron parte del cruce de Copa Davis ante Gran Bretaña, en el estadio de los San Diego Padres. En esta ocasión, con el título N°100 todavía fresco, hicieron escala en Los Ángeles para ver el triunfo de los Dodgers ante los San Francisco Giants por 9-1, que les aseguró el título del Oeste.

"Nos gusta este deporte y es lindo pasar un momento con los jugadores. Es divertido y así cambiamos un poco de escenario", dijeron los hermanos, quienes lanzaron, con sus raquetas, pelotas de tenis al público. Además, aprovecharon para conocer a dos leyendas del básquetbol de la NBA, como Magic Johnson y Elgin Baylor.

N°1 real y virtual
Casado, próximo a ser padre y ubicado número uno en el ranking mundial, Novak Djokovic festejó la semana última, aun lejos de las canchas. Antes de aterrizar en Beijing, el hombre de Belgrado supo que fue elegido el mejor deportista del mundo por los ciudadanos de Serbia, según una encuesta online realizada por una firma suiza. La misma consulta dio como resultado que el Real Madrid es el mejor club del planeta, luego de haberse coronado por décima vez en la Champions League.

Ídolo absoluto en su tierra y ganador de la Copa Davis hace cuatro años, el actual campeón de Wimbledon agradeció el apoyo de su gente en un momento muy especial de su carrera y de su vida: "Saber que seré papá el mes próximo me hace muy feliz. Es un momento único y quiero disfrutarlo, porque es algo muy especial. Agradezco el aliento y el cariño de mis fanáticos. En mi país siempre me tratan muy bien y eso reconforta".

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