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Rosario, ciudad espectacular

La gente banca a Newell's Fotobaires.com

BUENOS AIRES-- No tengo la menor duda en afirmar que los rosarinos son los más apasionados en materia de fútbol y Rosario es la ciudad más linda de Argentina. Por esos avatares de la vida, tuve que ir unos días a esa ciudad encantadora.

Viajé a Rosario para disfrutar del evento cultural más importante del país: El Festival Internacional de Poesía de Rosario. A cargo de dos grandes como Daniel García Helder, Martín Pietro y la bella Virginia Russo.

¡Qué manera de disfrutar de la ciudad, de la lectura de los grandes poetas y de los jóvenes escritores que comienzan a dar sus primeras puntadas en el mundo de los libros.

¡Fascinante! Me sorprendió, un poco con dolor, deberé decirlo, que no pude escuchar a todos los poetas porque el río y los bares me encandilaron la vida.

Muchos chicos de Newell´s Olds Boys en las calles. ¿Rosario es más de Newell´s? Me parece que sí, porque solo veo los colores de esa camiseta. Rosario, parece latir al ritmo de los de Newell´s.

En esos días en Rosario, me invitaron a conocer las islas del otro lado del río y alquilamos una lancha-flete que nos dejó del otro lado del Río Paraná. Todo me hacía recordar a Juan José Saer.

¿De qué cuadro sería Saer? ¿De Rosario o de Newell´s? No lo sé.

Nos tiramos en la playa y tomamos mate con facturas y disfrutamos del sol imponente. Había un camino de árboles frutales y de paraísos, lapachos y palo borrachos. ¿Quién había plantado árboles tan lindos?

Con Facu y con María comenzamos a hablar de fútbol, mientras mirábamos como los grandes barcos pasaban rumbo a Corrientes. ¡Emotivo! Estar frente al mar tomando mate es una experiencia inolvidable. Uno se encuentra con la paz olvidada, con la humanidad tantas veces rechazada por la locura del trabajo...

Rosario era la cuna de la tranquilidad y la belleza. La naturaleza se mezclaba de forma rotunda con la ciudad. Yo enamorado.

Sin embargo, cada tanto bajaba del cielo y me instalaba en la tierra futbolera. ¿Quién era mejor? Prefería mirar el río, leer a Saer, pensar en los ensayos del gran Helder o en la poesía de Taborda. Todo era mejor que pensar en Rosario Central y el imparable Newell´s Olds Boys.

De pronto, vimos que un barco gigante, rojo, de esos que cargan contenedores de cereales que llevan a China o a Tailandia. Se detuvo y a quinientos metros de nosotros y comenzaron a hacernos seña.

¿Tendrían algún problema? Nada de eso, señores.

La tripulación de más de cien hombres, bajaron botes y comenzaron a desplegar una bandera de Newell´s encima del río. La bandera tapó todo el río por varios kilómetros.

Me emocioné y sentí ganas de llorar. La gente se juntaba en las barandas del otro lado y aplaudían. No era para menos.

El fútbol aparece en los momentos más inesperados.