KANSAS CITY, Mo. - Existen muchos puntos donde podíamos empezar para evaluar la vergonzosa actuación que tuvieron los New England Patriots en su derrota por 41-14 ante los Kansas City Chiefs. Es para todos, desde el quarterback Tom Brady hasta la defensiva ampliamente superada.
Pero comenzaremos en la banca, con Bill Belichick y su equipo de coaches.
Esto es lo que dijo Belichick en su entrevista radiofónica con Sports Hub previa al juego: "Pienso que nuestros muchachos están listos para jugar. Ha sido una semana larga, pero siento que hemos mejorado en muchas áreas, así que ojalá y podamos ver eso en el juego".
Pero no lo vimos. En lugar de eso, presenciamos uno de los juegos más espantosos en la carrera de 15 años de Belichick como entrenador, con otro inicio lento y, eventualmente, un vestuario al final del juego donde algunos jugadores reconocieron que no saben en dónde se encuentran actualmente, a la ofensiva o defensiva.
Eso parece que es cierto también con el equipo de coaches, específicamente con la ofensiva.
Es una época donde hay crisis de identidad.
Los Patriots, bajo las órdenes del coordinador ofensivo Josh McDaniels, han presumido durante mucho tiempo de ser una ofensiva con un plan de juego que varía semana a semana, para explotar las debilidades del rival. La clave siempre ha sido tener al personal variado y con talento suficiente para conseguirlo, pero tras el juego del lunes, parece obvio que esas fuerzas no están alineadas actualmente.
Un ejemplo: los Patriots llegaron con la intención de lanzar el balón -probablemente creyendo que los linebackers y la profundidad del perímetro de los Chiefs eran áreas de vulnerabilidad--, como se evidenció cuando Brady estaba en formación escopeta en 17 de las 23 jugadas ofensivas en la primera mitad (incluyendo castigos). Fue una estrategia arriesgada debido a la atmósfera, en un escandaloso Arrowhead Stadium que impuso un récord con la exclamación más ruidosa de los aficionados en un escenario al aire libre, para un equipo que tenía activos a solamente tres receptores puros.
Al optar por esa ruta, los Patriots nunca se comprometieron verdaderamente al juego terrestre, ni tampoco le dieron a la línea ofensiva, que tenía como titulares a los novatos Bryan Stork (centro) y Cameron Fleming (guardia derecho) una oportunidad para establecerse físicamente y controlar la situación. Al medio tiempo, cuando el marcador estaba 17-0, ya era muy tarde para intentarlo.
Quizá no sea coincidencia que la actuación más consistente a la ofensiva de los Patriots esta temporada, en la Semana 2 contra Minnesota, se dio cuando el plan de juego lucía muy simple. Los Patriots llenaron el campo ese día con personal pesado, lograron ser efectivos con su juego aéreo y lograron ese balance deseado.
Pero el lunes por la noche, difícilmente tuvieron balance alguno -siete acarreos al medio tiempo, contra 15 intentos de pase. Al final del partido, cuando Brady fue sustituido en el cuarto periodo por el novato Jimmy Garoppolo, eran 16 acarreos contra 30 intentos de pase.
Considerando algunas de los problemas de Brady, de nuevo nos habla acerca de la crisis de identidad a la ofensiva, y nos lleva a la conclusión de que quizá los coaches se están superando en ideas entre ellos, basados en su personal.
El lunes, Brady completó solamente uno de siete pases de más de 10 yardas, y ha acertado el 32 por ciento de sus intentos -promedio más bajo de la liga. Es más, de acuerdo a Estadísticas e Información de ESPN, el porcentaje de pases errados de Brady (25.5) es el segundo más alto entre los quarterbacks que han iniciado cada juego esta temporada y es cuatro puntos porcentuales más alto del que ha tenido en cualquier temporada desde 2006, cuando ESPN comenzó a dar seguimiento a esa estadística.
Parte de eso es culpa de Brady, ya que su rating total de 11.6 el lunes fue el más bajo en un juego desde 2007. Pero también habla de los jugadores que lo rodean -desde la línea ofensiva hasta aquellos atrapando los pases-ya que nada está funcionando.
¿Cómo se inicia el proceso para volver al buen camino?
Brady habló al final del encuentro acerca de "descubrir qué es lo que hacemos bien de forma consistente", y luego partir de esa base. Obviamente eso inicia con el equipo de coaches identificando correctamente de qué se trata. Esta es una posición donde Andy Reid, entrenador en jefe de Kansas City y cuyo plan ofensivo mantuvo a los Patriots fuera de balance todo el encuentro, ha estado antes.
"Tengo todo el respeto hacia Bill Belichick. Sabemos la calidad que él tiene, que tienen su equipo de coaches, que tienen sus jugadores", dijo Reid. "A veces, en la NFL las cosas se inclinan hacia un solo lado, pero él de todas formas tiene un buen equipo. Pienso que lo comprobarán con el paso del tiempo".
Quizá lo harán, pero con una actuación tan espantosa como la del lunes, de todas formas deja una interrogante.
Belichick pensó que los Patriots estaban listos para jugar, pero ellos claramente no lo estaban, lo que habla aún más de la desconexión que existe entre la banca y el campo.