BARCELONA.- "Está claro que me gustaría tener más puntos, pero la situación es la que es y solo nos queda trabajar más para mejorar y empezar a sumar... Porque lo necesitamos". Con el semblante serio y la decepción en la mirada, Carlos Vela acogió la derrota de la Real Sociedad en el campo del Espanyol, una derrota que no ocultó su trascendencia en el juego de un equipo cada vez más abrazado a las urgencias.
Vela es el faro de la Real. No podría discutirse a la vista del partido de este domingo en Barcelona, donde se bastó para poner de los nervios a la defensa del Espanyol hasta el punto de provocar hasta tres de las amonestaciones con que el árbitro Melero López castigó a los jugadores periquitos.
De entrada apareció asociándose con Canales, quien sin disimulo ninguno buscaba sus desmarques o sus arranques para dar lustre al juego de ataque donostiarra. Pero a la vista de la poca trascendencia del centrocampista en el juego, el Bombardero de Cancún entendió que debería multiplicarse para no marcharse de vacío de Barcelona.
Por mucho que la Real Sociedad llevó el peso del partido, el juego apenas ofreció motivos para el optimismo porque solo se adivinaron dos opciones en los esquemas de Arrasate: ir arriba de cualquier manera o, en caso de ser posible, buscar a Vela. Y ahí estuvo él siempre, presente en la batalla.
Dispuesto a pelearse con el mundo si hiciera falta, el azteca provocó faltas cerca del área periquita, dribló, buscó paredes o, incluso, bajo a sacar el balón desde atrás mostrando una imagen física muy mejorada.
Pero las lagunas del equipo como colectivo le condenaron a la derrota. "Ahora es cuando debemos estar más unidos para salir adelante" convino al acabar el partido, admitiendo a la pregunta de los periodistas que la actualidad de la Real no es, para nada, la más optimista.
Su "nos necesitamos más que nunca" con que se despidió fue una señal de alarma y un grito de ayuda a la hinchada y al entorno donostiarra porque en esta cuarta temporada que cumple en el club comprende la dificultad del momento. Cinco puntos en siete partidos, con una sola victoria, es motivo suficiente como preocuparse.