DALLAS -- Los Houston Texans siguen dolidos un par de días después de la derrota del domingo ante los Cowboys.
Desde que terminó el partido, la mayoría de los jugadores coincidió en que duele más cuando se recuperaron, empataron y al final cayeron en tiempo extra.
Pero también están conscientes de que deben dejar ese juego atrás y concentrarse en el siguiente, porque en par de días enfrentan su primer juego divisional de la temporada.
Se medirán contra los Indianápolis Colts el jueves por la noche, en un partido que al final puede ser trascendente en sus aspiraciones de postemporada.
"Tenemos que arreglar las cosas que se pueden arreglar, pronto", mencionó el entrenador en jefe, Bill O'Brien. "Estos juegos se resuelven en cinco, seis, siete jugadas. Y si seguimos cometiendo los mismos errores, no vamos a ganar".
"Se trata de los entrenadores y los jugadores", agregó. "Tenemos que mejorar pronto, porque apenas vamos a jugar nuestro primer partido divisional. Muy importante y tenemos que estar listos".
El principal problema de los Texans, algo que ya parece crónico, es la incapacidad del mariscal de campo para generar jugadas bajo presión o cuando el ataque por carrera no funciona.
De hecho, la temporada pasada, el problema de mariscal de campo, entonces Matt Schaub, terminó con la carrera de Gary Kubiak como entrenador en jefe de los Texans, al grado que hasta partió el vestidor.
Esta temporada, las cosas han cambiado poco con Ryan Fitzpatrick, un quarterback poco explosivo, que por momentos luce temeroso de intentar las jugadas grandes y que siempre ha sido más un "chofer de camión", como solía decir el entrenador Bill Parcells, que un armador de jugadas.
Fitzpatrick guió a una ofensiva en Dallas que apenas generó 86 yardas totales en la primera mitad y que en todo el partido apenas completó 154 yardas, sin touchdown ni intercepción.
Ha pasado para seis intercepciones en los últimos tres partidos. Y así será difícil aspirar al triunfo contra los Colts esta semana.
Los Texans tienen una defensiva física, de las mejores de la NFL. Pero es un hecho que Indianápolis, con Andrew Luck al frente, va a mover el balón, va a generar puntos y cometerá pocos errores en situaciones clave. Luck es el quarterback con más yardas por pase en la NFL, 1617; suma 14 touchdowns y seis intercepciones para un índice de efectividad de 100 puntos.
La ofensiva de Houston tendrá que producir casi en cualquier posesión para competir este jueves contra el equipo que más yardas totales y puntos tienen en la NFL.
Requerirán un ataque abierto y contundente. Por tierra, todos en la liga saben que Houston con Arien Foster puede correr. Pero será insuficiente si siguen sin pasar el balón de la manera correcta.
"Tengo que hacer mejor trabajo tratando de hacer llegar el balón a los muchachos que pueden hacer jugadas", reconoció Fitzpatrick después del juego contra los Cowboys. "Es frustrante la manera en que estamos regalando balones. Este juego es de momentos y estamos desperdiciando demasiados. No estoy jugando lo suficientemente bien para ganar".
SE QUEJA FOSTER DE PARTIDOS EN JUEVES
Arien Foster, por cierto, se quejó de los partidos de Jueves por la Noche, que aseguró ponen en peligro a los jugadores.
El corredor de los Texans sólo justifica esta modalidad relativamente nueva de partido en jueves en el afán de la liga de generar rating y ganancias en su propio canal de televisión.
Los Texans enlistaron en su primer reporte oficial de práctica a 22 jugadores con alguna molestia física.
"Aquí no tomamos la salud, ni ninguna molestia física de manera ligera", dijo el entrenador O'Brien el lunes en conferencia de prensa. "Veremos al final quiénes están disponibles para jugar contra los Colts".