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Xavi, incombustible para el Barcelona

BARCELONA -- Dos días después de que un programa de radio en Barcelona insinuase que el representante de Xavi Hernández tenía la intención de negociar con el Barça la marcha del jugador a final de año, Luis Enrique le dio el mando del equipo frente al Eibar. Y Xavi volvió a resultar trascendental.

"Ayuda en todo y supo leer el partido a la perfección llegando desde la segunda línea. Es un jugador básico para nosotros", resumió el entrenador asturiano, ignorando rumores y centrado en la permanencia del catalán en la plantilla. "Bendito problema es tenerle" convino. Y será un problema a tener en cuenta.

Porque Xavi, que sigue siendo fútbol en mayúsculas, da la sensación de haberse rebelado contra el papel secundario que muchos le auguraban al comienzo de la temporada y que pareció confirmarse cuando en los primeros partidos de Liga desapareció del plano en favor de Rakitic.

"Dar a Xavi por muerto solo puede hacerlo quien no le conozca", aseguró a ESPN una fuente del propio vestuario, para quien el papel del veterano capitán acabará siendo "fundamental" esta temporada. El jugador de Terrassa personaliza como nadie la filosofía del juego azulgrana, en que la posesión y la combinación son el centro de un todo que Luis Enrique, a su manera, toma en el ideario íntimo de su libreta.

El Barça del asturiano parte de la misma base que Guardiola pero introduce sus propios parámetros. Los extremos pierden protagonismo en favor de los laterales 'carrileros' y se juega más por dentro que por fuera. Pero en ese libreto la presencia del '6' y del '8' se antoja insustituible. Y en ello, la figura de un Xavi en plenitud permanece inalterable por fuerza.

Verse alejado del campo en el momento cumbre de la pasada temporada con Martino y apartado del césped por Del Bosque en los dos últimos partidos de España en el Mundial significó un golpe moral muy duro para el capitán. El mismo reconoció que sufrió en silencio aquella afrenta y que llegó a considerar su salida por entender que, quizá, se había perdido la confianza en él. Pero en paralelo creció la protesta íntima en su interior.

Xavi se rebeló contra esa nueva lógica y entendiendo en primera persona que Luis Enrique no se casaría con nadie, también comprendió que estaba, que está, en su mano recuperar los galones.

Ante el Eibar Xavi fue el elegido por el entrenador para liderar el fútbol de ataque del equipo y se destacó como una de las piezas fundamentales en la victoria final. Primero por ser quien abrió el marcador entrando desde la segunda línea en un juego de despiste que cogió desprevenida a la zaga rival y segundo, quizá menos vistoso pero igualmente trascendente, por ser quien le dio la pausa y el ritmo al Barcelona.

¿Fue un partido áspero y poco vistoso? Probablemente. Pero en una lectura más profunda del partido no debe pasarse por alto que el Barça, que tardó una hora en romper la muralla del Eibar, chocó de manera continuada ante un Irureta mayúsculo y que si bien es cierto que el equipo vasco tuvo dos excelentes ocasiones para marcar el 0-1, tambien es una verdad que los de Luis Enrique pudieron marcar hasta 3 goles antes del descanso. Y en esa otra realidad, el papel de Xavi fue principal.

"Xavi está contento en el Barça y el cuerpo técnico está contento con él. En enero no saldrá" sentenció el viernes Iván Corretja, representante del jugador catalán que admitió que hace dos semanas estuvo en Inglaterra, reunido con representantes del Manchester City "por temas que no tienen nada que ver con él".

Incombustible e inalterable, el jugador ha preferido mantener silencio en los últimos días. Su discurso se centra en el terreno de juego y si este sábado ofreció una nueva muestra de su compromiso con el fútbol del Barça, el futuro inmediato da a entender que Xavi seguirá siendo un pilar en el vestuario azulgrana.

¿Suplente en el Bernabéu? Es posible. Incluso, de entrada, se aventura lógico. "Pero 25 minutos de Xavi pueden dar para mucho. Y si son 25 minutos de rabia, mucho más" auguró un ex compañero para quien la historia del capitán en el Barça aún tiene varios capítulos por escribir.