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Ginóbili ilusiona en San Antonio

¨Manuuuu, Manuuu¨, la gente de San Antonio había llegado a una decisión tan unánime como indiscutible con una merecida ovación para Manu Ginóbili que resonaba por cada rincón del AT&T Center durante el ultimo cuarto de la agónica victoria de los Spurs - de los campeones de la NBA - por 101-100 en el partido inaugural de la temporada 2014-15.

Manu fue la gran figura del debut de su equipo con 20 puntos y seis asistencias, exprimiéndole todo el jugo a sus 28 minutos en cancha y dejando atrás a una pretemporada de pesadilla que lo había visto acertar apenas ocho de sus 41 tiros de campo y dos de sus 17 triples. Ese era un 19 por ciento de efectividad.

¨No me tenía la confianza necesaria a mi mismo, soy consciente de que estoy detrás de mis compañeros¨, admitió un Ginóbili brutalmente honesto después de derrotar a Dirk Nowitzki y compañía por décima vez consecutiva en la temporada regular y vencerlos por  4-3 en la serie de la primera ronda de los playoffs más recientes.

La gente empezaba a hablar, los murmullos de aquellos que seguramente no tocaron una pelota de básquet en su vida se empezaban a escuchar...¿Acaso este es el final de Manu? ¿Será este el principio del último capítulo del escolta argentino a los 37 años?

Lo que esa gente no sabía es que Manu es un guerrero incansable que nunca va a bajar los brazos no por él, sino que por sus compañeros, por su entrenador Gregg Popovich, quien deposita su confianza ciega en él y le agradece que se sacrifique por el bien del equipo como sexto hombre cuando jugadores que no poseen la mitad de su talento se revelarían ante la ofensa de no ser titular.

Manu lo hace por su familia, por sus compatriotas que tienen un motivo para sentirse orgullosos de ser argentinos al verlo jugar y por los hinchas de los Spurs que lo adoran desde que él llegó a San Antonio en el 2002.

Así fue como Ginóbili dejó a una pretemporada para el olvido atrás y comenzó a escribir una nueva historia desde los instantes previos al partido, recibiendo el cuarto anillo de campeón de la NBA de su carrera para luego recobrar su esencia de crack.

¨(El debut) fue especial. En realidad creo que eso te ayuda. A veces uno no juega con tanta precisión al ser el primer partido de la temporada, pero tu debes arrastrar al éxito de la campaña anterior a la actual, pero todo esto te emociona y te hace querer salir a la cancha para hacer muchas cosas: Sacrificarte, saltar, correr y ganar¨, expresó un Manu eufórico.

En general los jugadores que atraviesan bajones de rendimiento similares a los del veterano de Bahía Blanca son conservadores y esperan a que se les ilumine la lamparita nuevamente, pero Manu hizo todo lo contrario y fue agresivo tomando las riendas del asunto y solucionando su crisis de confianza por su propia cuenta.

Así fue como Manu anotó 14 de sus 20 puntos en la segunda mitad y habilitó a Tony Parker y Danny Green para que ambos encesten triples clave en esa misma etapa.

En el triple de Parker, Ginóbili arrastró las marcas al penetrar hacia el aro y vio a su viejo amigo solito en la esquina para que el base francés le devuelva la ventaja a San Antonio, 67-65 después de que los Mavericks habían retomado la ventaja tras la remontada de los Spurs en el tercer cuarto.

Manu no será titular, pero si siempre termina los partidos como parte del quinteto que está dentro de la cancha cuando las papas queman en los últimos cinco minutos. Así fue como con 3:34 por jugar en el último cuarto Manu bajó un rebote, generó la jugada y asistió a Green para que San Antonio se aleje en el marcador por 96-89.

Esa misma agresividad también metió a Ginóbili en problemas con tres faltas en los primeros dos cuartos, pero Popovich fue muy astuto al dejarlo descansar durante los primeros seis minutos y medio del tercer cuarto. A partir de allí las faltas dejaron de ser un problema.

Un partido no es una temporada, Manu Ginóbili y los Spurs arrancaron su defensa de la corona con una victoria pero saben que este es apenas el comienzo de un arduo recorrido que los pondrá a prueba tanto física como mentalmente en la Conferencia Oeste.

Eso sí, que no les quepa duda alguna, el número 20 de San Antonio dirá presente cuando haga falta y parecerá un pibe de 37 años dentro de la cancha, desplegando su estirpe de ganador de mil batallas.

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