HOUSTON - Arian Foster, corredor de los Texans, está teniendo el mejor inicio de temporada en su carrera, promediando 109.4 yardas terrestres por juego.
Pero hace casi un año, ese futuro estaba lejos de ser algo seguro, y él piensa que los Texans quizá hayan pensado que la cirugía en la espalda a la que se sometió en noviembre tendría consecuencias funestas para su carrera.
"Siendo totalmente honestos, probablemente te dirán, 'Sabíamos que volverías fortalecido', pero quizá también probablemente pensaban, 'Quizá esto es el final'", confesó Foster.
Foster lidió con tres lesiones diferentes en la primera mitad de la temporada anterior -en la pantorrilla, el tendón de la corva y, la más crítica de todas, en la espalda, que puso fin a su temporada. Se sometió a cirugía en la espalda en noviembre, y se perdió el final del colapso de los Texans en 2013. Houston se fue 2-14, y el head coach Gary Kubiak fue despedido, lo que implicó que, cuando Foster volvió, tuvo que lidiar con un staff de coaches que no lo conocía.
"Saber que de nuevo tienes la mentalidad de novato, donde tienes que comprobarle tu valor a los coaches, a tus compañeros y a ti mismo, todo eso combinado, cuando me siento acorralado, es cuando mejor hago las cosas", dijo.
Foster ha acumulado 766 yardas en siete partidos, promediando 5.2 yardas por acarreo, con siete touchdowns por tierra. Él también tiene 24 recepciones para 166 yardas y dos touchdowns. En todos excepto uno de los juegos que ha disputado, Foster ha acumulado al menos 100 yardas por tierra. La excepción fue contra los Buffalo Bills, cuando Foster tuvo ocho acarreos para solamente ocho yardas, afectado por una molestia en el tendón de la corva que todavía no ha sanado por completo.
La semana anterior, contra los Tennessee Titans, Foster tuvo un acarreo de 34 yardas para touchdown, uno de los tres que consiguió en el encuentro. Al final, Duane Brown, tackle izquierdo y uno de sus amigos cercanos, dijo que ese era el Foster que recordaba.
Foster se ha sentido como la versión tradicional de él mismo durante varios meses.
"Tres meses después de que comencé a entrenar, por ahí de mayo o junio, sentí que tendría buen rendimiento para mi equipo", dijo Foster.
Él incluso piensa que la rehabilitación de sus lesiones quizá lo ayudó.
"Lo ven con muchos jugadores que vienen de una lesión", dijo. "A veces, están un poco más fuertes, porque enfatizan ciertos músculos que tienen desatendidos".