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Capturan a peloteros tratando de huir

Cuando ya se daba por hecho que el intermedista José Miguel Fernández y el receptor Lázaro Herrera se incorporarían a la extensa lista de cubanos que buscan una oportunidad en el béisbol profesional, sus pretensiones han sido pospuestas dado que fueron capturados intentado escapar de la Isla.

Ambos, que son primos y defendían a la provincia de Matanzas en la presente Serie Nacional, estaban en poder de las autoridades desde el 25 de octubre, fecha en que supuestamente se frustró la salida por Holguín, provincia ubicada en la región nororiental del país.

Su captura desmiente los rumores de que ambos se encontraban ya en República Dominicana o en México.

El diario El Nuevo Herald accedió a una fuente cercana a los jugadores que afirmó: "esta es una historia repetida desde Aroldis Chapman hasta Yasiel Puig o Jorge Soler. Los sorprenden una y otra vez, y no les queda otra alternativa que seguir intentando la fuga. Si es cierto que están detenidos, qué futuro les espera allá''.

Fugarse de Cuba se ha vuelto una constante dado el férreo monopolio que ejerce el gobierno sobre los atletas desde que se proscribiera el profesionalismo en 1961.

Muchos de los que hoy sobresalen en las Mayores tuvieron que arriesgar en más de una ocasión sus vidas para cumplir su sueño. Uno de los casos más sonados fue el de Yasiel Puig, cuya historia pretende llevarla al cine el realizador Brett Ratner, según reportó la edición digital de The Hollywood Reporter.

El sitio oficial OnCuba reconoció que el escapar es algo común, pero en esta oportunidad "el caso cobró especial atención porque, según trascendió, las casas que por rendimiento deportivo les otorgaran tanto a Fernández como a Herrera, en Boca de Camarioca y Matanzas, respectivamente, habían sido ocupadas por el Estado, y las familias de los peloteros desalojadas".

Sobre el tema del desalojo todavía existen demasiadas interrogantes. Varias fuentes afirman que amenazaron a los familiares para que se marcharan y otras tantas aseguran que no existió tal situación.

Desde septiembre de 2013 las autoridades cubanas permitieron que varios beisbolistas se desempeñaran en ligas profesionales. Los iniciadores fueron Michel Enríquez, Alfredo Despaigne y Yordanis Samón, quienes jugaron en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB).

En el año en curso la experiencia se extendió a la Nippon Professional Baseball (NPH). En la tierra del sol naciente jugaron Yuliesky Gourriel, Frederich Cepeda, Despaigne y Héctor Mendoza.

A la cabeza de esas reformas se encuentra el doctor Tony Castro, hijo del ex presidente cubano Fidel Castro, quien ha sabido utilizar su apellido como salvoconducto para abrir puertas que estuvieron herméticamente cerradas para otros que abogaron mucho antes por los cambios.

Un especialista cubano en el tema, que prefirió el anonimato, apuntó que "los cambios han llegado demasiado tarde. La actual es una generación que se mira en el espejo de aquellos que brillaron y se quedaron... y no les gusta lo que ven".

Otro analista de reconocido prestigio en la Isla --que tampoco accedió a publicar su nombre-- agregó que es imposible competir con los salarios que pagan las Grandes Ligas. "La sangría continuará. La experiencia de Japón y otras ligas es loable, pero no va a detenerla", remarcó.

José Miguel Fernández, de 26 años, es el más conocido, toda vez que participó en el III Clásico Mundial (2013), la Serie del Caribe (2014) --como refuerzo de Villa Clara-- y estaba considerado por Bleacher Report como el sexto prospecto de todo el béisbol internacional.

"Tiene un swing zurdo recto y una coordinación entre su vista y sus manos que le permiten hacer mucho contacto. Pone sus manos muy abajo y tiene un inusual golpe con la punta de su pie, movimiento en el que apunta su tobillo derecho en dirección al lanzador, pero esto funciona para él como un mecanismo para tomar el tiempo", valoró el medio especializado.

El zurdo, que se desempeña en segunda base, debutó en la temporada 2007-08. Al tener más de 23 años y más de cinco temporadas tiene el derecho de pasar directamente a ser agente libre sin restricciones.

Lázaro Herrera es un pelotero promedio. En la pasada temporada bateó para .272 en la fase clasificatoria. Sin embargo, sus números se dispararon en la fase de postemporada donde bateó para .381.

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