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El próximo gran desafío de Raúl

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Él tenía apenas 17 años de edad y estaba durmiendo en el segundo piso del autobús que transcurría la ruta A2 rumbo a Zaragoza, donde Raúl González Blanco estaba a punto de debutar. Si el joven futbolista estaba nervioso en los momentos previos a jugar para el club más popular del planeta, él se ocupó de que no se notara.

¨Yo no podría haber hecho eso¨, admitió Jorge Valdano, el entrenador merengue en ese entonces que ya sabía que ese joven en particular era distinto.

Valdano le dijo que él estaba pensando en incluirlo como titular y quería saber lo que Raúl pensaba al respecto. ¨Si quieres ganar, ponme a jugar¨, le respondió el delantero.

Así que Valdano si terminó poniéndolo desde el arranque y dejando a una leyenda madrileña que definió a una generación entera como Emilio Butragueño sentado esperando en el banco de suplentes. Las cosas no le salieron bien ese día a Raúl, quien se perdió cuatro oportunidades claras de gol. En una de ellas él eludió al arquero rival y mando su remate por sobre el travesaño con el arco libre a dos metros de distancia. Otra chance desde dos metros de distancia tuvo el mismo resultado, mientras que su primera oportunidad había sido desperdiciada en el primer minuto del partido. Quizás él si estaba nervioso después de todo.

Aunque quizás no. El Real Madrid perdió ese choque por 3-2 y las críticas no tardaron en llegar: ¿La leyenda había sido sacada por él? Ángel Cappa, quien en ese entonces era ayudante de Valdano, se acercó a Raúl para reconfortarlo y decirle que él había hecho todo lo que pudo y que su deber ahora era concentrarse en el próximo partido.

¨Él me miró con una cara que decía ´¿para qué me está diciendo todo esto? Yo sé lo que tengo que hacer´ ¨, Cappa recordó esta semana. ¨Yo pensé: ´Soy tan estúpido´. Él estaba tan seguro sobre si mismo. Jamás hubo duda alguna¨.

Raúl volvió a ser titular a la semana siguiente y provocó un penal, dio un pase gol y metió su propio golazo. Así fue como todo comenzó. Dos décadas más tarde, él sigue vigente a los 37 años de edad. El capítulo más reciente de su carrera comenzó este jueves cuando el Cosmos de Nueva York anunció a Raúl como su flamante refuerzo.

En retrospectiva, su víctima en aquel segundo partido fue nada menos que el Atlético Madrid, el primer club profesional para el que él jugó. Su carrera había comenzado gracias a una licencia falsa en el club de su ciudad, San Cristóbal de los Ángeles, ya que él era (al menos oficialmente) demasiado joven para jugar.

Luego él aterrizó en el Atlético, campeones de España al nivel Cadete. Todos sabían que ellos eran un equipo especial y que Raúl era su gran figura al convertir 55 goles esa temporada. Jesús Gil, presidente del Aleti, fanfarroneó sobre su equipo, ¨sus chicos¨ y particularmente sobre su capitán Raúl, quien sonreía tímidamente a su lado.

Esa temporada el plantel profesional del Atlético ganó la Copa del Rey y el equipo Cadete los acompañó en la recepción que tuvo lugar en la catedral de la ciudad. Sin embargo, poco después Gil anunciaría que ya no había presupuesto suficiente para sostener a la cantera, así que Raúl se cruzó a la vereda de enfrente para jugar con el Real Madrid.

Seguro, su talento era indiscutible, pero lo que separaba a Raúl del resto era su certeza de goleador, su astucia y su inteligencia - esa competitividad suprema combinada con la seriedad y la ambición con la que jugaba. ¨Él era un jugador humano que se proponía alcanzar metas extraordinarias¨, dijo Cappa. Un ejemplo de ello se pudo ver sobre el final de su carrera en Madrid cuando él durmió en una carpa de oxigeno. Un ex compañero suyo lo describió como el jugador más ¨voraz¨, ¨ambicioso¨, e insaciable que jamás vio

Para cuando él se fue del Real Madrid, Raúl ya había jugado más partidos y anotado más goles que cualquier otro jugador de la historia de la Casa Blanca. Él se marchó con un legado de 323 goles en 741 partidos, seis títulos de liga y tres Copas de Europa. Él también había inflado las redes contrarias 44 veces con la selección española y varios lo consideraban el mejor jugador de la historia del Madrid junto a Alfredo Di Stéfano.

Valdano insiste con que el capitán de su club y de su país ¨es sinónimo del Real Madrid".

Él se explayó: "[Raúl] ha sido la cara visible del club durante el último cuarto de siglo. Cantidad sobre calidad, compromiso absoluto y dedicación por sobre todas las cosas. Un profesional absoluto día tras día durante toda su vida. Si escribieses una lista que describa a las cualidades de Raúl, esa sería la lista de valores del Real Madrid. Él es el Di Stéfano de nuestra época. Él es la gente, la encarnación del Madridismo".

Esa identificación debía llegar a su fin en algún momento, pero la identidad de Raúl nunca cambió; esa manera en la que él estimaba al fútbol de manera casi reverencial.

La responsabilidad de la capitanía en el Bernabeu era algo que él tomaba muy en serio y que se había convertido en un peso. Simplemente, él se había cansado de todo: Del ruido que lo rodeaba y de su significado cada vez más relevante, de las distracciones cada vez más evidentes y sobre todo de la política. Él estaría de acuerdo con el dicho de Juanma Lillo: "la guarnición se ha devorado al filete¨.

En vez de irse y enfilar derecho hacia el "pre-retiro", Raúl se fue al Schalke 04 de Alemania. Esa transición lo define como jugador tanto como todo el éxito que tuvo en España. Fútbol. Él quería volver a disfrutar su fútbol sin drama. Pero sin drama no quería decir sin interés; él quería hacer lo que él consideraba lo correcto, respetando al deporte.

Su entusiasmo regresó en Alemania y él estaba más relajado que en mucho tiempo fuera de la cancha. Él seguía tan determinado y serio como siempre dentro de ella.

Él se había marchado a Alemania justamente porque todavía deseaba competir, superarse a sí mismo y no dejarse caer en el conformismo de la comodidad. Él quería aprender y llegó a las semifinales de la Champions, yéndose del club con 40 goles en dos años y una despedida abrumadora. Las banderas de la gente decían, simplemente, ¨Gracias¨. Luego llegó Qatar y el Al Sadd y ahora el fútbol estadounidense con el Cosmos. Antes de ello, él jugó en el fútbol europeo por mucho más tiempo de lo que cualquiera anticipaba. Él había recobrado la confianza de aquellos que en realidad habían llegado a dudar de su capacidad.

Otros jamás dudaron de él y nunca se atreverían a hacerlo. Él era demasiado importante para eso. Los hinchas del Madrid han esperado su regreso desde el momento en que se fue. Ellos siguen esperando, pero este último acontecimiento es considerado por algunos como una señal de que su regreso está más cerca, no más lejos, que antes.

Se llegó a hablar sobre su asunción como director deportivo en el Bernabéu, pero a Raúl eso no lo seducía. Al menos por ahora.

Si él regresa, él quiere hacerlo de la manera apropiada: Con la capacidad y la experiencia necesaria para hacer el trabajo. Raúl prefiere tomar la posición en vez de que simplemente se la entreguen.

Esta es una oportunidad tal y como pudo haber tenido otras oportunidades en España, particularmente en Madrid. El poder político de Raúl es significativo, y su regreso al seno merengue hubiese sido popular para su presidente y bienvenido por sus hinchas. Sin embargo, este nuevo desafío le ofrece la posibilidad de aprender primero para luego ganarse ese rol verdaderamente, si este volviese a presentarse como posibilidad (o quizás para tomar otro rumbo si eso es lo que termina prefiriendo).

Por supuesto que el dinero tuvo su influencia, pero tanto Qatar como EE.UU. pueden ser vistos como parte de un proceso de aprendizaje, de un deseo de entender mejor al fútbol desde diferentes puntos de vista, ser testigo de diversos mercados emergentes y comprender su lugar en el deporte, y beneficiarse personalmente con otra experiencia de vida a la misma vez mientras deja la puerta abierta para un eventual regreso a Europa.

Raúl es un hombre con una mente inquisitiva y va a aprender a hablar en inglés. También es interesante que además de jugar su rol en Nueva York incluirá supervisar a las divisiones inferiores del club.

Eso es parte de la ambición de su decisión; la determinación de tener un impacto y de hacer algo que lo haga sentirse satisfecho. Para Raúl la satisfacción reside en poder competir, a él no le gustan las cosas que llegan fácilmente.

Después de todo, Raúl siempre ha sido así. "Todos aquellos que se quieran devorar al mundo entero tienen permiso para hacerlo", Valdano había dicho antes de su debut. Él sabía que Raúl estaba a la altura de las circunstancias en ese entonces.

Durante su primera práctica junto a leyendas como Michael Laudrup, Fernando Redondo, Fernando Hierro, Michel, Iván Zamorano y el resto del plantel, él perdió una pelota durante un "loco" pero se negó a ir al medio de la ronda ya que, según él, el que había pasado la pelota tenía la culpa. El joven de 17 años se estaba oponiendo a una estrella internacional y no estaba por ceder. Él podrá no ser tan talentoso como otros pero él se sobreponía a eso con su temperamento.

Cappa explicó: "Raúl fue una sorpresa para nosotros, pero no para él mismo. Raúl maneja mal la pelota, elude mal, no puede cabecear y remata mal".

Él pausa para poner énfasis: "...y luego el partido arranca, él maneja bien el balón, elude fenomenalmente bien, puede cabecear, anota goles de mil maneras distintas. De repente él es perfecto. Raúl es un competidor de nacimiento. Él es único...yo jamás vi a un jugador de 17 años así¨.

Cappa y Valdano habían llegado al Real Madrid provenientes del Tenerife durante el verano de 1994. Ellos habían comenzado a concretar partidos amistosos para las categorías menores y viendo jugar al Real Madrid B y C. Raúl se destacó. Es más, en un momento en particular Valdano había sido advertido sobre como el Atlético había reconstruido a su cantera y estaba buscando que Raúl regrese al conjunto colchonero. Valdano le dijo a Raúl que él estaría con la Primera del Madrid en el próximo par de años. Él estaba equivocado, Raúl debutó en Primera tres meses más tarde.

Ese día era el 29 de octubre de 1994. 20 años y un día después, Raúl se ha incorporado al Cosmos de Nueva York.