Carlos Nava 9y

Con más retos en su regreso a 'casa'

DALLAS -- José Juan Barea está de regreso en el mismo lugar donde comenzó su camino.

El guardia puertorriqueño fue contratado por los Dallas Mavericks, a donde llegó en el 2006 como agente libre novato y donde jugó la mejor parte de su carrera que coronó con un campeonato en 2011.

Sin embargo, Barea sabe que ahora tiene mayores responsabilidades y retos, ya como un veterano establecido en la NBA.

"Me siento muy bien", dijo Barea. "De nuevo en casa, esta es mi segunda casa fuera de Puerto Rico. Aquí es donde me hice hombre, donde aprendí a ser profesional en la NBA, en el baloncesto".

El puertorriqueño, de 30 años y seis pies de altura, llegó a Dallas sin pena ni gloria de la Universidad NorthEastern, cuando el equipo era dirigido por Avery Johnson, quien contra todas las apuestas decidió dejarlo en el roster como novato.

Sus primeras dos temporadas bajo el mando de Johnson fueron complicadas, muy pocos minutos de juego y participación menos trascendente.

A la llegada del entrenador Rick Carlisle, Barea, de nuevo, desconocía si podría quedarse en el equipo.

Pero se quedó y pronto se volvió parte regular de la rotación de juego de los Mavericks y uno de los jugadores favoritos de la afición.

"Sí, fue todo un proceso", recordó. "Fue poco a poco. Fui de no estar en el equipo a hacer el equipo. De no jugar, a jugar un poquito, a jugar más, más y más... Así que todo fue una buena experiencia en esta ciudad".

Después de cinco temporadas, la última de campeonato, Barea dejó Dallas para irse a Minnesota en la agencia libre.

Fue una decisión económica y profesional fácil. Los Timberwolves le dieron contrato por cuatro temporadas y 18 millones de dólares, a diferencia de los Mavericks que sólo ofrecieron un año garantizado.

Pero dentro de la cancha y en su vida personal, la situación fue menos cómoda de lo que anticipó.

"Fue un sube y baja en todo lo profesional", dijo. "En mi vida fue un poco difícil, pero también me ayudó mucho a acumular experiencia para cuando uno está en los momentos difíciles y en los momentos buenos".

Barea reconoció que la peor parte en la duela fue jugar con un equipo poco contendiente.

"Fue bien difícil, es un cambio bien fuerte", agregó. "Cuando faltan 30 juegos ya estábamos eliminados de la postemporada. Mentalmente uno tiene que buscar formas de animarse para jugar esos partidos".

Su relación con los Timberwolves finalizó en buenos términos el pasado 27 de octubre; pasó las siguientes 48 horas en la lista de disponibles para el resto de los equipos de la liga.

"Para mí era la primera opción venir aquí", afirmó. "Yo siempre decía que, si me daban la oportunidad de nuevo, iba a venir rápido para acá. Aquí es donde más cómodo me siento, donde mejor juego. Me encanta la ciudad, el ambiente, el clima, así que es donde me siento cómodo".

El boricua reconoció que temió que algún otro equipo lo reclutara porque su prioridad era regresar al equipo de Dallas, conjunto que quería recuperarlo a toda costa.

"Es increíble tenerlo de vuelta", señaló el propietario de los Mavericks, Mark Cuban. "Sólo hay que ver la manera en que los aficionados respondieron el día que lo presentamos. Tiene impacto dentro y fuera de la cancha".

"En cuanto a baloncesto, sabemos que estemos con ventaja o atrás, J.J. puede hacer que las cosas sucedan", agregó. "Juega fácil, se divierte jugando baloncesto sencillo sin tener que mandar un montón de jugadas. Siempre será un jugador de impacto".

MÁS EXPECTATIVAS, MAYOR RESPONSABILIDAD

José Juan Barea sabe que las expectativas son mucho mayores ahora que antes, que la gente, dentro y fuera del equipo, espera más de un veterano de ocho temporadas en la NBA que de un novato que ni siquiera fue seleccionado en el draft.

El guardia movedor de bola está consciente de que tiene que mejorar su juego y tratar de mantenerse saludable, algo que fue complicado para establecerse con los Timberwolves las últimas tres temporadas.

"Tengo que prepararme duro para ayudar al equipo lo más posible", reconoció. "Cuando entro al juego debo darle mucha energía. Ya soy un jugador con más experiencia y ya sé lo que tengo que hacer y cuándo lo puedo hacer. Personalmente, tengo que mantenerme saludable todo el año. Ahora ya sé cuándo puedo ser más agresivo y puedo hacer algunos cosas".

Si acaso la gran diferencia es que su juego ha redituado en las duelas, a pesar de que en principio muchos creían que su menor estatura, comparada con la mayoría de los jugadores, imposibilitaría su desempeño en la NBA.

"Cuando voy a la cancha ya me tienen mucho respeto los oficiales, mis compañeros, los rivales", afirmó.

El entrenador Rick Carlisle coincidió en que es un jugador que conoce ya la NBA y, mejor aún, conoce el juego de los Mavericks.

Carlisle debutó a Barea en el segundo juego de esta temporada sin que hubiera practicado con el resto del equipo en la cancha, sólo un par de juntas y video.
Barea jugó 19 minutos en su primer partido, contra Utah, y luego 14 y 13, frente a New Orleans y Boston, de manera respectiva.

"Ha estado bien", dijo Carlisle. "Entiende cómo jugamos, aún está aprendiendo algunas cosas, pero estará mejor cada vez. J.J. conoce bien nuestro sistema y yo lo conozco bien a él. Llegó en perfectas condiciones físicas y en buen ritmo de juego, gracias a que jugó el Mundial de la FIBA con su país".

ANTICIPA BAREA A UNOS MAVERICKS CONTENDIENTES

Barea está convencido de que estos Mavericks tienen para competir por el título de la NBA.

Dijo que son similares a los que ganaron el campeonato de la temporada 2010-11, aunque más jóvenes.

También observa mayor profundidad en todas las posiciones, incluida la de guardia que juega saliendo desde la banca como movedor de bola, acompañado por otro de sus ex compañeros en la primera estancia en Dallas, el guardia tirador Devin Harris.

Dirk Nowitzki también reconoció estar motivado con el regreso de Barea, ya que además de considerarlo uno de sus amigos más cercanos, puede ayudar sobre la duela.

"Obviamente reemplaza su falta de estatura con juego duro e inteligente", mencionó Nowitzki. "Es buenísimo para el 'pick and roll'. Puede llegar a la línea y hacer que las cosas sucedan".

El alemán dijo que Barea tiene sólo tiene que mejorar en el cuidado de la bola y en decisiones más rápidas cuando llega al fondo de la duela.

"Pero pronto se adaptará a nuestro ritmo de juego de ambos lados de la cancha", indicó.

Los Mavericks arrancaron los primeros cuatro partidos de la temporada con la mejor ofensiva de la NBA, la única que ha sido capaz de anotar al menos 65 puntos en la primera mitad de los tres juegos antes de enfrentar el jueves a Portland.

En los cuatro partidos previos, Dallas anotó 100 puntos o más.

"J.J. puede traer un cambio de ritmo en la duela para esta ofensiva", indicó el centro de los Mavericks Tyson Chandler. "Es muy rápido y maneja bien el balón. Para la defensa es difícil enfrentar a J.J. Te lo digo por experiencia".

Barea dijo que la adaptación a estos nuevos Mavericks será aún más fácil porque conoce bien todo el entorno de la organización y la ciudad.

Ha vivido en hotel durante su primera semana en Dallas. A partir del sábado se muda a una casa que rentó, después de que vendió la suya cuando se fue a Minnesota.

Sus padres y su hijo Sebastián llegarán el fin de semana a visitarlo. Así que las cosas, aseguró, estarán mejor que nunca, otra vez como Maverick de Dallas.

"Aquí soy el mismo J.J., contento y disfrutándome", afirmó. "Me encanta mi vida, mi trabajo, así que pasándola bien".

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