Carlos Irusta 9y

Abregú: "Hay que ganar o ganar"

ATLANTIC CITY – En el Boardwalk corre un viento fuerte, ligeramente salado y bastante frio, que viene del mar. Y el canto de las gaviotas le pone una cuota de tono nostalgioso y otoñal a la ciudad. Pero todo esto prácticamente no existe para Luis Carlos "El Potro" Abregú, el boxeador tucumano que se convirtió en salteño por resolución propia. Su vida transcurre, en los últimos días, en los alfombrados pasillos del Caesars Palace, en donde espera su pelea del sábado con el invicto Sadam Ali.

"Sé que va a ser la pelea más importante de vida, hay que ganar o ganar", afirma Abregú, quien a los 30 años, suma 36 peleas ganadas, con 24 antes del límite, y una sola derrota, frente a Tim Bradley, por puntos, en julio de 2010.

"A mi rival lo conozco mucho, y como tiene menos experiencia que yo y hasta ahora no sufrió, veremos cómo reacciona", afirma, refiriéndose a Sadam Ali, un hijo de Brooklyn, Nueva York, con sangre yemenita: a los 26 años y con un gran y abundoso pasado como amateur (fue el primer norteamericano de origen yemenita en pelear en un Juego Olímpico, el de 2008 en Beijing), va invicto como profesional. Suma 20 peleas, todas ganas, 12 por KO, o sea el 60% de su campaña.
Abregú tuvo serios problemas con la mano derecha y si algo lo tranquiliza es que, esos problemas, hoy son parte del pasado. "Tuve dos operaciones y en mi última pelea, cuando le gané a Prada en Salta (se refiere a Jean Carlos, 4 de abril de este año, nocaut técnico en 8 vueltas) me molestó un poco, pero después pasó y aquí estoy, sintiéndome muy bien, lleno de confianza y con muchas ganas".

Luis Carlos Abregú está conducido por Pablo Martínez, quien, a los 52, afirma que "nos conocemos desde que Carlos tenía apenas unas cinco peleas como amateur, así que eso lo dice todo, nunca nos hemos separado, hemos trabajado mucho juntos y ahora, que llegamos a esta noche, sabemos que se juegan todo, porque hay que ganar o ganar..."

La noche del sábado será muy especial, ya que en el combate de fondo, esa leyenda viviente llamada Bernard Hopkins, se enfrentará con el invicto campeón mundial medio pesado WBO Sergey Kovalev.

Hopkins, a los 49, suma 65 peleas con 55 ganadas, 32 por nocaut, 6 perdidas y 2 empatadas. "The Alien" es toda una leyenda. ¿Podrá con la juventud y la fortaleza de su rival, que parece tener un martillo en cada mano? El tema lo dejaremos para la nota próxima. En este momento, Kovalev con sus 25 peleas ganadas, 23 de ellas por nocaut en 26 combates (uno sin decisión) parece, por decirlo con cautela, un rival formidable, sobre todo porque a los 31 es 18 más joven que su rival, por lo cual tiene, técnicamente, edad para ser su hijo.

"El tema es que Hopkins tiene esa tremenda experiencia y un gran estado físico", afirma Abregú. "Yo sé que para la mayoría el rival es peligroso, me dicen que pega muy fuerte. Y bueno, puede ser, pero la verdad es que yo nunca dejaría de jugarle una ficha a Hopkins, que siempre termina haciéndoles una trenza a los rivales".

Abregú lleva un mes y medio en los Estados Unidos concentrado para esta pelea. Sabe que es a todo o nada. Ligado con Top Rank, "El Potro" sabe que habrá muchos ojos mirándolo. Sobre todo porque su nombre ya sonó para una eventual pelea con Manny Pacquiao, y de llevarse una victoria, sería muy importante.

"Lo que pasa es que Sadam Ali y Abregú ya hicieron guantes varias veces, hasta solíamos ir a su gimnasio de Brooklyn", afirma Pablo Martínez. "El tema es que por esa misma razón, habrá que tener precauciones, porque Alí sabe que El Potro pega de verdad y al principio no va a dar batalla. Es muy veloz, pero no sabemos qué puede pasar cuando Abregú le haga sentir la mano".

Algo similar le ocurrió a Thomas Dulorme, cuando subió como favorito frente al argentino hasta que éste, de a poco, le tomó el tiempo y la distancia hasta ganarle por nocaut en 7 asaltos el 27 de octubre de 2012. Abregú ha sufrido en algunas peleas, incluyendo visitas al suelo, pero es de los que, hasta ahora, no solamente se levantan: termina ganado sus combates antes del límite.

Entrenado por Héctor Roca, un panameño con el que trabaja hace ya varios años, Abregú contó con el apoyo de Marcelo Crudelle, un venezolano hijo de argentino que lleva muchos años en los Estados Unidos, y que fue parte del entorno de Sergio "Maravilla" Martínez en la preparación física. Crudelle lo acompañó durante su estada en Los Ángeles y Carson y estará en el equipo el sábado, junto con el cura heridas Elmo Serrano, del ya legendario Gleason's de Brooklyn, Nueva York.

"No hay excusas –dice Abregú- porque llego muy bien preparado. Hice sesiones de sparring muy fuertes, la mano derecha me respondió, con el peso estoy bien, sin problemas. Esta es una prueba muy dura, porque Alí debe ser el favorito, porque viene invicto, pero esto ya me pasó con Dulorme y terminaron levantándome la mano a mí... Creo que el sábado pasará lo mismo. Y tiene que ser asi, porque es una pelea en la que hay que ganar... o ganar".

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