Gonzalo Aguirregomezcorta 9y

Spurs y los peligros del éxito

LOS ÁNGELES -- La primera práctica de San Antonio Spurs al inicio de la temporada 2013-14 fue un atentado a la moral de los jugadores. Todos quedaron atónitos cuando Gregg Popovich les puso el vídeo del último partido de las Finales que perdieron ante Miami Heat. No daban crédito a que, el primer día de trabajo, el patriarca, el arquitecto e ideólogo de una filosofía de juego con sello propio les hiciera pasar por el mal trago de rememorar un recuerdo demoledor, de revivir un hecho que querían dejar guardado en el último rincón del sótano de sus memorias.

Pop utilizó sin complejo alguno la teoría del impacto, del choque abrupto y la cruda realidad. Y vaya si les sirvió. La construcción de los Spurs de la campaña pasada fue una obra de ingeniería nacida del fracaso, siguió la estela inconfundible de sus creadores y ejecutores, pero floreció sobre la tierra del desencanto. Aquel vídeo mostró verdades como el error de Tim Duncan en los últimos segundos del partido. Una canasta suya hubiera validado el triple anterior de Kawhi Leonard y empatado la cita. No pudo pudo ser y LeBron James sentenció.

La campaña pasada, los Spurs comenzaron a recorrer el camino al título de la NBA a partir de un sabor amargo. Sin embargo, ¿cómo se construye una temporada tras el éxito? ¿De qué manera se alienta a los jugadores a que reciclen las sensaciones de una campaña en la que se erigieron como el mejor equipo de la competición? El desahogo tras el anillo de 2014 fue tal que el hambre de éxitos podría correr peligro.

"No dejo que eso me preocupe porque sé que es verdad", afirmó Popovich a ESPNDeportes.com. "Algunos de los chicos siguen disfrutando del campeonato todavía y creo que eso es completamente comprensible y lógico como seres humanos. Luchar contra eso es una pérdida de tiempo. Se irá resolviendo solo mientras vayamos avanzando".

El coach de los Spurs se mostró reflexivo mientras pronunciaba esas palabras antes de vencer a Los Angeles Clippers en el último minuto de partido. Consciente de que el punto de partida es diferente al del año pasado, sus esperanzas siguen intactas y prefiere dejarse llevar por la corriente en lugar de luchar contra ella. Cuánta claridad muestra en su discurso y qué sabias son las premisas que lanza al mar de dudas que le atormentan.

"Este año construyo el equipo desde su deseo de jugar. Desde su propio carácter. Es un grupo muy profesional y ellos más que nadie quieren repetir. Harán el mejor trabajo que puedan. Seguiremos adelante lo consigan o no", destacó.

Con un balance de 3-3 y derrotas punzantes como la que sufrieron ante Nueva Orleans Pelicans (cayeron en el último suspiro con una canasta de Anthony Davis), y rivales directos como Houston Rockets y Phoenix Suns, a los Spurs les está costando agarrar el ritmo de la campaña pasada. Frente a los Clippers dieron una lección de cómo levantar un partido y cerrarlo sin flaquear. A pesar de ello, se nota cierta oxidación en su circulación de balón y algunos errores achacables a la falta de ritmo y a la levedad de haber cumplido una misión -el anillo- que les quitó varias libras de decepción y presión de sus cuerpos.

"Sí es un poco más difícil. El desafío de volver a vivirlo, de jugar tres finales seguidas sería increíble y de tratar de mantener ese hambre a pesar de ese éxito. Es fácil hacerlo después del fracaso ahora tenemos que lograr estar unidos y jugar de la mejor manera después de un gran momento como el del año pasado. Pero sí, es más difícil pero un lindo desafío", argumentó Manu Ginóbili.

Boston Celtics, Los Angeles Lakers, Chicago Bulls, Detroit Pistons, Miami Heat y Houston Rockets han logrado vencer dos anillos consecutivos -como mínimo el caso de los Celtics, Lakers y Bulls-. Los Spurs buscan engrosar la lista de afortunados. El equipo es prácticamente el mismo que el de las dos Finales consecutivas a las que han llegado, los roles son idénticos y la filosofía no ha cambiado un ápice. Sólo hace falta que la edad de jugadores clave como el propio Ginóbili y Duncan no haga estragos, que la salud acompañe, y que el equipo al completo sea capaz de calcar el estado de ánimo y convicción con el que compitieron la campaña pasada.

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