LONDRES -- El brasileño Gustavo Kuerten asegura que su país necesita una figura urgentemente, pero que a la larga, "el futuro está en la inversión y fomento de la iniciación del tenis". Además, habló de las diferencias en la elite actual y la falta de nuevos campeones.
"En Brasil estamos carentes de una gran figura y la necesitamos urgentemente. Tenemos a los jugadores que se destacan en dobles (Bruno Soares y Marcelo Melo) y sobrevivimos un poquito con Bellucci y la Copa Davis, donde hemos obtenido la mayor sorpresa de nuestro tenis en los últimos cuatro o cinco años (al ganarle a España en Sao Paulo)", recordó Kuerten.
"Pero a la larga, el futuro está en la inversión y fomento de la iniciación del tenis", dijo el tres veces ganador de Roland Garros. "No tenemos un desarrollo de la práctica del tenis. A los entrenadores no se les hace caso y para mí eso es lo peor", señaló Guga, quien fue Nº1 del mundo durante 43 semanas, entre 2000 y 2001.
"Tengo un objetivo de escalonamiento de escuelas iniciales de tenis en Brasil. Tenemos 17 y nuestro objetivo es llegar a las 150 o 200, y eso serviría para transformar el tenis", dijo Kuerten.
"Brasil es un país continental y las personas no se encuentran con facilidad. El conocimiento no corre y se disemina con naturalidad, hay que detallarlo todo. Culturalmente, el tenis desfavorece, a nosotros nos gusta algo más colectivo, estar en grupo, con diversión. El tenis es más solitario y está en conflicto con los deseos de los niños. Tiene un adversario en la esquina que es el fútbol, que reúne a millones de brasileños", recordó.
"Si no hay un gran empeño y, aparte de la federación, el único que tiene las condiciones, incluso financieras para desarrollar todo esto, soy yo, será complicado. Hoy en día es uno de nuestros desafíos. Hacemos una competición para tenistas en silla de ruedas de diez días, para juveniles, y de alguna forma hay una relación inicial con el tenis", agregó.
Kuerten cumplió el sueño de su vida en 2000, en Lisboa, cuando se convirtió en el único brasileño en ganar una exCopa Masters, título que unió a sus tres Roland Garros, en una carrera que se vio acortada por lesiones en las caderas.
Pasaron 14 años de aquel título obtenido, al ganarles a los estadounidenses Pete Sampras, en semifinales, y Andre Agassi, en la final, y Kuerten, de Florianópolois, lo recuerda a ese título logrado en Lisboa y dice que "valió más que un Grand Slam", ya que venció a Sampras, su ídolo, ante el que sentía auténtico pavor, y luego a Agassi, adquiriendo los puntos suficientes para sobrepasar al ruso Marat Safin para ser número uno al final de esa temporada.
"El Masters final le da la posibilidad al jugador de dar lo mejor. Lo único complicado es que se juega al final de la temporada, aunque en mi época era peor y algo devastador. A veces no aguantábamos y estábamos reventados de tantos partidos que habíamos jugado durante el año", admitió.
"La cabeza del tenista, cuando desarrolla ese sentimiento de campeón, no para. Mi vida era muy similar, comer, ir a la cancha y descansar. El tenis es simple pero no es fácil, no hay un misterio, pero es muy duro estar ahí como Nº1. Normalmente uno disfruta más de sus títulos después. Yo tenía la necesidad de abrazar a mi familia, a Larry (su entrenador) a mi entorno. El esfuerzo que hice en mi carrera fue mucho mayor al de los estadounidenses o europeos. Que un brasileño hiciera lo que hice yo, era impensado", dijo.
Además, Kuerten dijo verse impresionado, en su época, por Sampras. Y, consultado por los españoles, destacó a Rafael Nadal. "Hace cosas que ninguna persona puede hacer. Yo me pregunto siempre: ¿dónde habrá aparcado su nave espacial?. Ha ganado tantas veces Roland Garros, un torneo en el que hay que sudar y sudar. Y Rafa lo ha ganado enfermo, cansado, y de diez ha ganado nueve. ¿Qué se puede decir?. Lo puedes operar diez veces y lo gana", afirmó.
"Volvió y fue número uno del mundo el año pasado, quizás el hecho más imposible del tenis. Se lesionó y volvió para jugar contra los dos mejores de la historia, Djokovic y Federer, y fue capaz de recuperar el número uno en esas condiciones. Por eso no dudo nada de él y estoy con los ojos bien abiertos porque vienen buenas sorpresas", agregó el ídolo brasileño.
"Hay un gran hueco entre los mejores y los excelentes y no debería haber tanta diferencia. Este distanciamiento ya dura casi 10 años. Sería bueno ver más campeones, ¿Cuántos ganaron Grand Slam en los últimos diez años?, sin este año, son cuatro. Con este año, seis, y en este Masters o en los Masters 1000, es parecido. Esta falta de ánimo de ganar a los campeones hace que se convenzan de que no van a vencer al campeón de antemano. Veo que a los tres juegos se están dando ya la mano. Nosotros hacíamos lo que fuera, hablar con los aficionados, el entrenador, la raqueta... Hay que mostrar más lucha y habrá salida, y hoy no sucede eso", remató.