Phil Lythell 9y

Una gran promesa

Ya sea que se trate de jugadores estrella, entrenadores innovadores o equipos que todo lo conquistan, hay un deseo continuo entre los observadores de fútbol de hacer comparaciones con los planteles de antaño. El debate en cuanto a dónde se posicionan Lionel Messi y Cristiano Ronaldo en el panteón de los grandes ha mirado constantemente hacia los últimos años, mientras que hubo discusiones frecuentes sobre dónde debería ubicarse el Barcelona de Pep Guardiola (2008-12) entre otros grandes equipos de la historia como el AC Milan de Arrigo Sacchi (1987-1991), el Ajax de Rinus Michels (1970-1973) y la encarnación de la selección nacional de Brasil de 1970.

Si bien no está en esas alturas todavía, la racha invicta del Chelsea en todas las competiciones y su posición en la cima de la Premier League ya ha dado lugar a que lo nombren en la misma categoría que un par de magníficos equipos ingleses de hace una década. Las comparaciones con los "Invencibles" del Arsenal de 2003-04 se han producido porque el Chelsea todavía tiene que emerger en el lado perjudicado de la tabla de anotaciones. Tal vez, los Blues terminen emulando a sus vecinos de Londres, pero con sólo una cuarta parte de la temporada transcurrida, la comparación es demasiado prematura. Si la columna sigue vacía en abril mientras que la campaña entra en sus etapas finales, entonces tal vez la posibilidad pueda elevarse legítimamente.

El otro equipo que ha quedado en el centro además de estos Blues es el equipo original del Chelsea, el de José Mourinho, que arrasó con todo a su paso en el país entre 2004 y 2006. En este caso ciertamente hay similitudes.

La primera visión familiar es la de una columna vertebral sólida: un atributo que todos los equipos exitosos necesitan y sobre la que Mourinho basa su filosofía. Los ingredientes fundamentales: un portero confiado y formidable; un líder dominante en el centro de la defensa; un punto de apoyo el centro del campo disciplinado; y un delantero centro capaz de alterar físicamente la defensa de la oposición. En el equipo FC Porto de Mourinho, que todo lo conquistó, llenando esas posiciones estaban Vitor Baia, Jorge Costa, Costinha y Derlei. En el triple campeón del Inter de Milán, Mourinho tenía a Julio César, Lucio, Esteban Cambiasso y Diego Milito. En el equipo que batió todos los records del Real Madrid, Mourinho contó con Iker Casillas, Sergio Ramos, Xabi Alonso y Karim Benzema.

El equipo del Chelsea de 2004-05 tenía a Petr Cech, John Terry, Claude Makelele y Didier Drogba en esas posiciones; los titulares de 2014-15 se parecen mucho a ese cuarteto.

Thibaut Courtois es tan imperturbable ahora como Cech lo fue en ese momento: joven, confiado y una presencia que calma la defensa frente a él. Terry podría tener unos pocos kilómetros más por recorrer en estos días, pero su riqueza en cuanto a experiencia y falta de compromisos internacionales significan que, haciendo un juego inteligente, parece poco diferente al joven que llevó al Chelsea hacia títulos consecutivos. Así como Makelele fue alabado a lo largo de toda Inglaterra por el equilibrio que proporciona al equipo, ahora Nemanja Matic está recibiendo los mismos aplausos por la manera en la que se ha estado encargando de los ataques de la oposición y ha hecho que su propio equipo vuelva a ocupar la delantera. En el frente, Drogba aún está disponible, pero su lugar en el equipo titular ha sido tomado por Diego Costa, que es tan resistente como el gran marfileño.

Suma un mediocampista ofensivo preeminente (Frank Lampard/Cesc Fábregas) junto con un auténtico jugador con ritmo e invención en los flancos (Arjen Robben y Damien Duff/Eden Hazard y Willian) y algunos observadores casuales podría percibir que la última versión de los Blues es simplemente un clon de la original. Pero mientras que los equipos son, sin duda, similares, también hay diferencias claras.

En los años intermedios, el sistema del entrenador ha cambiado, evolucionando desde su privilegiado 4-3-3 al moderno y omnipresente 4-2-3-1. Los sistemas no están escritos en piedra y pueden ser fluidos, incluso dentro del mismo juego, con facilidad transformándose en el otro en la dirección de las líneas laterales, aunque la configuración fundamental sin duda ha cambiado. El enfoque del fútbol también ha cambiado: un juego de posesión marcado por ataques rápidos es una faceta importante del plantel actual, mientras que sus predecesores exponían un enfoque más poderoso y físico.

Como resultado, el personal de Mourinho también era muy diferente a pesar de tener rasgos familiares. Mientras que Makelele tenía una excelente conciencia posicional y utilizaba su cuerpo para apagar a los oponentes, Matic puede recurrir a un marco telescópico y una capacidad de cubrir grandes distancias rápidamente con el fin de romper los ataques. El serbio también es mucho más progresista en la posesión; su capacidad para llevar la pelota y su distribución agregan mayor incisión, mientras que él ya tiene más goles a su nombre que el francés. (Esto no quiere decir que Matic sea más importante para el actual equipo de lo que Makelele lo fue para el suyo, sólo que Matic ofrece diferentes atributos).

Drogba fue siempre una presencia formidable para el Chelsea en la delantera, a pesar de que no tenía ni de lejos el impacto inmediato de cara al gol del que ostenta Diego Costa. Por supuesto, los goles finalmente fluyeron para Drogba, pero también fue muy importante como compañero del anotador Lampard, con quien Drogba tuvo una sociedad mutuamente provechosa. Costa, por el contrario, ya tiene diez goles en su haber y un entendimiento con Fábregas que ha dado sus frutos de inmediato. Mientras que Drogba convirtió grandes e importantes goles, Costa parece ser un gran goleador, pero donde su talento se une definitivamente está en su capacidad para pulverizar los defensores centrales oponentes -- algo que atrae la admiración significativa del entrenador.

Se puede hacer una comparación similar entre Lampard y Fábregas. Ambos son capaces de marcar goles y crear oportunidades para otros, aunque difieren en cuanto a lo que es su activo más fuerte. Los números monstruosamente prolíficos de Lampard significaban que siempre era un factor importante en la ecuación de gol. Fábregas, por el contrario, está jugando en una posición más profunda que el inglés, y con tantas opciones de ataque frente a él, su asombrosa habilidad para jugar el pase perfecto se ha convertido en su principal arma.

Por fuera, los roles no son tan diferentes, ya que Hazard imita la magia de Robben, si no los remates letales del holandés o su reticencia a pasar la pelota. En el otro flanco, Willian cubre una función similarmente diligente a la que cumplían Duff y Joe Cole, con la misma tendencia a causar problemas en el último tercio.

Con la misma mentalidad ganadora de su DT y un conjunto comparable de habilidades, sería intrigante ver qué sucedería si estos dos equipos pudieran enfrentarse en sus mejores momentos. Ambos tienen/tenían hambre de éxito; ambos tienen/tenían una buena combinación de potencia y clase; ambos son/eran respetados.

Pero aunque resulte tentador hacer comparaciones y especular sobre cuál es el mejor equipo, eso sólo debería hacerse si este conjunto del Chelsea puede igualar los logros del primer conjunto de Mourinho y cerrar la campaña como campeón de la Premier League. El plantel 2014-15 podría acabar eclipsando a sus ilustres predecesores, pero por ahora siguen bajo su sombra.

^ Al Inicio ^