Emilio Leloir y Delfina Moyano 9y

El arte de volar

BUENOS AIRES -- Desde el principio de los tiempos, el hombre soñó con volar. La simple observación de las aves surcando el cielo despertaba tal ambición. Pero no fue hasta recién comenzado el siglo IX -cuando a prueba y error y con básicos conocimientos de aerodinámica- que los primeros aeroplanos lograron volar con éxito y así el hombre poder navegar ese vasto océano de aire llamado cielo.

Casi en paralelo a tales avances y principalmente en el campo de la aviación militar, se desarrolló un dispositivo de seguridad llamado "paracaídas". Su función básica era la de retrasar la caída, para el improbable caso de que un experimentado piloto, por motivo de mal función de su aeroplano, tuviese que abandonar el mismo.

Con el paso de los años, fueron muchos los avances técnicos y aplicaciones exclusivos al área militar donde el paracaídas mantuvo un papel relevante, siendo el lanzamiento de tropas aerotransportadas o material bélico su principal utilidad.

Fue a finales de los años sesenta que el paracaidismo, como actividad deportiva, comenzó a desarrollar diversas disciplinas tanto en caída libre como en la performance del vuelo de velamen. De la mano de verdaderos pioneros que predecían en este un inmenso potencial recreativo, el deporte fue evolucionando en todos sus aspectos año tras año.

Paracaidismo al presente

En Argentina son varios los lugares donde se puede iniciar la práctica del paracaidismo. Las "Drop Zones" de más relevancia por su cercanía a Buenos Aires son SkyDive Chascomús y Lobos, Paracaidismo Rosario, Paracaidismo Alta Gracia y el AeroAtelier de Red Bull en La Cumbre, Córdoba, entre otras con mayor o menor actividad deportiva.

La forma más fácil de disfrutar de la caída libre sin contar con conocimiento alguno, es la de acercarse a cualquiera de estas drop zones para realizar un "bautismo". El mismo consiste en lanzarse desde un avión a una altura de aproximadamente 10000 pies de altura, sujeto mediante un arnés a un instructor que será el encargado de controlar la caída, activar el paracaídas a la altura indicada y pilotar el mismo hasta un suave aterrizaje en tierra.

Parecerá una locura, pero son varios los que luego de haber experimentado esta fascinante actividad se anotan para realizar el curso de paracaidistas y de esta manera disfrutar del aire por si mismos.

¿Pero que significa iniciar un curso de paracaidismo?

Para adentrarnos en el tema visitamos la escuela de paracaidismo de Skydive Chascomús donde mes a mes sus instructores licencian nuevos paracaidistas iniciándolos en el arte de volar.

¿Y en qué consiste? Se preguntarán... El curso apunta a brindar al alumno los conocimientos básicos para que logre llegar de forma segura a tierra. En pocas palabras, que por sus propios medios realice una buena salida del avión, mantenga una posición estable en caída libre, sea consciente del uso del altímetro para que al momento indicado abra su paracaídas para luego navegar el mismo y aterrizarlo de forma segura y precisa. De acuerdo a su progresión y habilidades, tras un promedio de 17 saltos, el alumno estará listo para "rendir exámen" y así obtener su licencia que le permitirá saltar en cualquier Drop Zone del mundo. Si bien se trata de un deporte extremo, al que como tal, hay que tenerle un respeto sagrado, increíblemente son cada vez más los que se acercan a las dropzones alrededor del mundo con la inquietud de experimentar lo que es volar.

De la Caída Libre al vuelo humano

Hasta aquí los conceptos básicos, pero eso no es todo amigos. Mantenerse estable en caída libre no 'es' volar, ese es apenas el primer paso de una largo camino, que como mencionamos anteriormente, nunca se termina de recorrer. Para entender mejor, imaginemos que alguien nos empuja a una piscina por primera vez sin saber nadar... Estaríamos en problemas. Ahora imaginen esa situación en el aire, donde las partículas están mucho más dispersas entre sí que en el agua... Nuestro problema se multiplica exponencialmente. A medida que uno se va habituando a un fluido tan liviano aprende a desplazarse con mayor precisión, logrando configurar el cuerpo hasta que funcione como un ala. Comprender que el aire que pasa a través del cuerpo por efecto de la velocidad que se alcanza en la caída, es la herramienta que permite manejarlo a piacere, logrando así velocidades verticales de más de 300 km/h o desplazamientos horizontales de varios kilómetros. Saber volar en serio consiste en afinar los sentidos y agudizar la percepción al máximo. Al igual que un avión, activar el piloto interno y sentir como deflacta el aire a través nuestro, percibiendo hasta el más mínimo movimiento de un dedo del pie nos ayudará a tener una mejor performance aerodinámica.

Las disciplinas de vuelo con más seguidores entre los paracaidistas deportivos son el vuelo de "head down", vuelos en ángulo u "Atmonauti" donde luego de un lanzamiento coordinado entre varios paracaidistas, los mismos navegan en bloque surcando el cielo o realizando rotaciones y figuras tal cual una escuadrilla de exhibición aérea.

¿Dos deportes en uno?

No solo se trata de aprender a volar configurando nuestro cuerpo para lograr desplazamientos y navegar por el cielo. También debemos ser pilotos de nuestro velamen, los cuales a través del tiempo han evolucionado hasta llegar a ser mini parapentes. Existen de diversas performances y modelos de acuerdo a las habilidades del piloto. Los del tipo standard de hoy día, logran aperturas formidables y excelente maniobrabilidad para conducirlos hacia donde deseemos, logrando incluso avanzar a contraviento.

Al presente, existen varias disciplinas que se practican en vuelo de velamen. Entre las que cuentan con más seguidores, está el paracaidismo de precisión, que apunta a lograr un aterrizaje en un punto determinado. El vuelo en formación, en el cual varios paracaidistas pilotean su velamen para unirse y lograr figuras aéreas como diamantes o exigentes maniobras como los "downplanes" y por último la más practicada en la actualidad: La disciplina de "swoop" o aterrizaje de alta performance.

Básicamente consiste en imprimir mediante un giro pilotado la máxima velocidad posible al sistema de velamen para lograr un desplazamiento horizontal recorriendo la máxima distancia posible hasta que el velamen quede sin energía, posándonos sobre la tierra.

¿Cómo sigue?

Son varias las disciplinas derivadas y ligadas al paracaidismo que hoy día se practican, siendo el salto base y el vuelo de proximidad, las más espectaculares y vistosas. Pero dicen que lo bueno cuesta caro, y es por eso que debo recalcar que lo 'espectacular' y 'vistoso' está íntimamente ligado al factor riesgo.

La evolución en materiales y equipos ha abierto la puerta a un mundo nuevo. La posibilidad de lograr mayores relaciones de planeo mediante el uso de wingsuits, que permiten sobrevolar la pendiente de una montaña copiando su terreno, hacen tangible la sorprendente velocidad y precisión que logra desarrollar un cuerpo humano en vuelo.

Apuntando a la perfección

El entrenamiento en túneles de viento permite adaptar nuestro cuerpo al aire para volar en cualquier posición y así obtener la memoria muscular necesaria para luego replicar los movimientos aprendidos en el aire.

Si luego de leer estas breves palabras estás considerando adentrarte en el mundo del paracaidismo, no creas que estás loco. Después de todo, la mayoría de estos 'locos del aire' comenzaron con un salto de bautismo y a hoy reflejan su sueño de volar en cada salto.

Para los interesados:

SkyDive Chascomús
Aeroclub de Chascomus. Ruta 20, Chascomus, Buenos Aires.
+54 9 11 4993-8448
paracaidismochascomus@gmail.com
Sitio web »

Paracaidismo Lobos
Aeroclub Fortin Lobos, Lobos, Buenos Aires
Ruta 205 km 105.500
+54 9 11 3058-9842
paracaidismolobos@yahoo.com.ar

AeroAtelier Red Bull
Aeroclub La Cumbre, ruta 38, km.67
5178 La Cumbre, Cordoba
+54 3548 45-2544
hangar3@aeroatelier.com

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