Bernardo Pilatti 9y

Ganó Manny, pensando en Floyd

Manny Pacquiao ganó, pero no consiguió noquear y se tuvo que contentar con una abrumadora victoria por decisión unánime. Chris Algieri perdió, pero consiguió llegar al final de la pelea en pie. Eso parece ser lo más destacado de una batalla demasiado desigual entre dos rivales diferentes en todo: estilo, calidad, físico y objetivos.

El resultado del combate entre Manny Pacquiao y Chris Algieri cumplió todos los vaticinios y tal vez, en el debe, haya quedado la certeza previa de que el filipino iba a ganar por KO. El estadounidense fue siete veces a la lona, pero logró sobrevivir y llegar a la distancia, algo que sorprendió pero no tanto. Su estilo elusivo, ayudado por su disciplina táctica y las ventajas físicas lo ayudaron en su gran objetivo: perder, sin ser humillado.

La batalla, cumplió un guion previsible. Pacquiao puso presión todo el tiempo, tratando de cortar el cuadrilátero y colando ganchos al cuerpo y rectas de izquierda largas al mentón de Algieri. El estadounidense se apegó al único plan posible, escapar por piernas hacia los laterales, mantener la distancia mediante el jab y buscar con algún contragolpe lastimar al filipino. Los golpes de poder fueron del campeón y las siete caídas son una constatación de esa potencia.

Y si bien el combate no fue atractivo, generó emociones y pensando en un posible duelo del filipino contra Floyd Mayweather en el 2015, dejó muchas novedades sobre Manny Pacquiao. Logró trabajar de manera adecuada contra un hombre de mayor tamaño y con ventajas en alcance, además de demostrar que aún tiene intactas sus cualidades para superar a un oponente tremendamente elusivo y escurridizo como Algieri.

Manny Pacquiao también ratificó de que aún mantiene el poder en sus puños, más allá que ello se suponía debía ocurrir en un combate con el peso pactado en 144 libras, o sea, donde mejor se siente Pacman. Pero no solo esa constatación nos dejó el filipino, también parece haber superado los efectos mentales que le provocó el terrorífico KO sufrido la última vez que enfrentó a Juan Manuel Márquez en diciembre del 2012, y cuyos efectos hasta pusieron en duda su continuidad en el boxeo.

Si el filipino necesitaba realizar una gran actuación y mostrar que mantiene su protagonismo, lo ha conseguido de manera independiente a la inferior calidad del rival enfrentado.

Chris Algieri, por su parte, también demostró su capacidad para respetar un plan de pelea y, porque no, su valentía, ya que por momentos hasta se animó a intercambiar y pudo conectar con algún golpe de respeto a Manny Pacquiao.

A mi juicio que haya sobrevivido los doce asaltos, es una enorme sorpresa. Era una pelea para terminar temprano, algo que hasta la esquina de Algieri lo temió y basó su estrategia en esa posibilidad. "La idea era llegar de pie al quinto asalto" reconoció Algieri al final del combate. Resultó hasta gracioso ver que a cada round superado, en la esquina del perdedor no había instrucciones y solo una voz de ánimo que siempre invocaba lo mismo: "¡Vamos, resiste, que faltan dos asaltos o falta un asalto para el quinto…!"

Es que en forma independiente a ese plan, se esperaba que Algieri luciera nervioso y aquejado por el terror escénico de quien jamás se vio encabezando una cartelera de tales dimensiones. Algo que fue fácil percibirlo. Bastaba ver que, entre asalto y asalto, su mirada inevitablemente se iba hacia las pantallas gigantes de la arena Macao cada vez que se descubría en las mismas. Como si no consiguiera creer que estaba enfrentando al segundo mejor boxeador del planeta.

El estadounidense, a su manera, entró a la gran historia del boxeo llegando en pie al final de la batalla y luego de superar siete caídas. Por si fuera poco, mantiene su títulos en 140 libras y seguramente le surgirán en breve, rivales atractivos para regresar a los primeros planos televisivos.

¿Y Manny Pacquiao? Su futuro empezó en Macao y el objetivo, sin duda, será enfrentar a Floyd Mayweather en el 2015. El lleno completo del Cotai Arena, Venetian Resort de Macao, el entusiasmo que despierta el filipino en cada una de sus presentaciones, sumado a las ventas que haya deparado el PPV, lo convierten en el único rival que pueda salvar los números en el contrato que ata a Floyd con Showtime y al que le restan dos peleas.

Las gestiones para cumplir con esa batalla ya comenzaron y mucho se hablará sobre la misma en las próximas semanas. Las dos mayores televisoras del mundo boxístico estarían de acuerdo, las grandes promotoras detrás de los dos rivales también, Manny Pacquiao quiere pelear y por más que Floyd Mayweather juegue a las escondidas sobre su deseo de enfrentar o no al filipino, sus necesidades económicas terminaran por inclinar la balanza. No tengo dudas que la pelea que todos queremos ver, la veremos en el 2015.

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