Guillermo Celis 9y

Balance a mitad de camino

Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": la única liga invernal que se da el lujo de marcar la mitad de la temporada repartiendo puntos, y que a su vez le permite a sus equipos volver a comenzar de cero para tener las mismas posibilidades de clasificar aun ya a mitad de noviembre, es la Liga Mexicana del Pacífico, que esta semana repartió unidades entre sus ocho equipos, para comenzar todos parejos nuevamente al arranque de las series de fin de semana.

Solamente dos juegos y medio separaron a los cinco primeros equipos y aunque Naranjeros y Mayos han estado muy por debajo del nivel de los seis restantes, la ventaja de contar con una segunda vuelta explosiva hace que las fanaticadas de Hermosillo y Navojoa mantengan las esperanzas de jugar pelota en enero.

Los Yaquis de Ciudad Obregón, que todavía tratan de olvidar que viven la era "Post Eddie Díaz", se apoderaron del primer lugar apenas seis días antes de que terminara la primera mitad y ganando su serie final en casa ante Venados pudieron defender los 8 puntos. La escuadra de Enrique "Ché" Reyes lució sólida en todas sus líneas: segundos en bateo colectivo con .269, dos milésimas debajo de los Charros, y terceros en ERA (3.47). Los Yaquis batallaban por mantenerse arriba de .500 al finalizar octubre, pero los movimientos que ha hecho el equipo resultaron claves.

Alejandro Martínez llegó de Mazatlán para reforzar la rotación abridora, el estadounidense Jay Jackson para hacer lo propino en el bullpen y Luis Borges de Navojoa para darle estabilidad a la defensiva. Si a eso sumamos la gran campaña de Carlos Valencia, quien comparte el liderato de cuadrangulares (10) con Japhet Amador y es segundo en remolcadas con 30, a dos del mismo Amador, el resultado es un equipo consistente en todas sus líneas.

En Guadalajara, el regreso del Beisbol no ha podido ser mejor. Los Charros se quedaron con la segunda posición y solo a medio juego de Ciudad Obregón.

Heredaron un equipo competitivo que el año pasado alcanzó la primera ronda de la postemporada en Guasave, por lo que acertadamente se mantuvo la base, pero aprovechando muy bien las facilidades de su nuevo estadio en Jalisco: un paraíso para los bateadores. De esta forma, todo lo que Juan Navarrete tiene que hacer, es "soltar a sus fieras" ofensivas encabezadas por Japhet Amador (.280, 10 HRS, 32 RBI, .907 OPS), pero con aportes importantes de José Manuel Rodríguez, Jesús López, Marquez Smith y el propio Leo Heras, de quien ya todos sabemos que es un extraordinario defensivo, pero cuyos 7 HRS y 22 RBI lo hacen un bateador completo y el complemento ideal a la fila de artilleros cuya principal fortaleza, insisto, es aprovechar las virtudes de su parque: 23 de sus 36 HRS han sido en el Estadio Panamericano.

El tercer lugar del standing presentó un triple empate entre Aguilas, Tomateros y Cañeros, pero por criterio de desempate de "Run AVG", Mexicali se quedó con los 6 puntos. Los Aguilas de Juan Gabriel Castro tuvieron un arranque lento e incluso compartían el último lugar del standing con Culiacán el 28 de octubre. Pero tras ganar solo 8 juegos en el primer mes de temporada consiguieron 11 en noviembre, habiendo perdido solo 4 series en la primera vuelta. No presentan una ofensiva tan explosiva como la de Jalisco (26 HRS por 36 de los Charros), pero tienen en sus filas a quienes terminaron como los dos mejores bateadores de la primera mitad: Walter Ibarra (.357) y Gil Velázquez (.343) y por si esto fuera poco, su rotación abridora, con Edgar Osuna (3-1, 2.92), Marco Duarte (0-2, 2.33), Juan Omar Espinoza (1-0, 2.29), Javier Solano (4-0, 2.31) y la reciente incorporación de Horacio Ramírez, ha sido sinónimo de consistencia.

Los Tomateros de Culiacán celebraron con bombos y platillos el regreso de Benjamín Gil, uno de los íconos de la organización aunque ahora en el puesto de manager, pero muy pronto comenzaron los problemas, especialmente con una rotación que tuvo toda clase de dificultades. Los guindas han tenido que utilizar 10 abridores diferentes en apenas la mitad de la temporada, situación que se da por las fallas, entre otros, de Alfredo Aceves (2-4, 7.20 ERA), quien iría primero al bullpen y luego con destino a Hermosillo, o de Rodrigo López, quien sin haber tenido actividad en el verano, no pudo encontrar el ritmo (5.29 de efectividad en 4 aperturas).

Para colmo, quien estaba llamado a anclar esa rotación, el veterano Francisco Campos, se lesionó tras la apertura en el Día Inaugural en Mazatlán (4.1 IP, 5 H, 2 R, 2 ER, 5 SO) y no ha podido volver a la acción, mientras Salvador Valdez ha sido muy inconsistente con solo dos aperturas de calidad entre sus 5 salidas, y 4.00 ERA. De los problemas, se han sacado cosas positivas, como la actuación de Marco Camarena que a sus 24 años ha recibido la oportunidad de incorporarse a la rotación y tiene marca de 2-0, 2.25 ERA en 8 juegos (6 como abridor). Como es tradicional en la ofensiva guinda, muchos extranjeros, pero la bujía ha sido el bajacaliforniano Issmael Salas (.298 y 16 carreras anotadas), que ya desde el verano comenzó a dar buenas notas en Veracruz.

En Los Mochis, el bateo extranjero no ha acabado de cuajar. Sandy Madera (.263, 2 HRS y 12 RBI) no ha estado a la altura de quien ganara el título de bateo en verano con Puebla (.403) y Brian Burgamy (.254, 1 HR, 7 RBI) también se ha quedado muy corto en relación al temporadón pasado en el invierno mexicano. El 1-2-3 de su rotación con Tomás Solís (3-2, 2.43), Luis Niebla (1-2, 3.25) y Jonathan Castellanos (1-3, 5.18) ha "cumplido" a secas, pero el movimiento de haber tenido que sacar del bullpen a Oscar Verdugo para incorporarlo a la rotación, habla por si solo.

El manager Juan Francisco Rodríguez y su directiva han apuntalado la ofensiva con la llegada del cubano Joan Pedroso (.317, 3 HRS, 8 RBI en 12 juegos), pero urge que despierten los bateadores extranjeros importantes del equipo.

En Mazatlán el panorama cambió de forma radical. Unos Venados que cerraron la acción del 1o. de noviembre en el primer lugar del standing, se encontraron en el séptimo apenas 9 días más tarde. Una de las principales causas de esa caída estrepistosa, fue la forma en que su rotación de abridores se vino abajo.

José Contreras, que venía de un gran verano con Tijuana, apenas pudo ganar una de sus ocho aperturas antes de abandonar al equipo por motivos "personales". Sergio Espinoza tuvo apenas dos salidas y se fué, Alejandro Martínez no pudo ganar una sola de sus aperturas y su primera victoria de la campaña llegó precisamente cuando ya era parte de los Yaquis y frente a Mazatlán, Walter Silva (3-3, 2.77 en 8 aperturas) también ha venido a menos, pues consiguió esas tres victorias pero después de eso no ha podido ganar y Amilcar Gaxiola como lo que se salva en esa rotación, no solo por su marca de 6-1 y su 2.30 ERA en 8 inicios, sino porque dió una de las mejores notas de la primera mitad de la temporada con su juego sin hit ni carrera ante los Naranjeros de Hermosillo.

La ofensiva mazatleca necesita reforzarse. Sobre la recta final de la primera vuelta trajeron a Douglas Clark, que en sus primeros juegos está demostrando que ya no es el mismo de sus épocas brillantes con los Yaquis, así que el peso ofensivo sigue recayendo en Jesús Castillo y Heber Gómez, que en realidad necesitan de ese apoyo, sobre todo de un bat de poder en ese line up.

Sin lugar a dudas la mayor decepción de la primera mitad son los Naranjeros de Hermosillo. Los campeones de la liga y de la Serie del Caribe tuvieron que darle las gracias a su manager Matías Carrillo, pero Lino Rivera no ha sido la solución al frente de los de la capital de Sonora. Su problema principal ha sido la falta de bateo oportuno. Un equipo que conecta hits, que se pone en base, pero que espera por el batazo que traiga esos corredores a la registradora.

Por si eso fuera poco, el bullpen tampoco se ha comportado a la altura y han perdido varios juegos por la mala actuación de sus relevistas. Hermosillo terminó con la peor efectividad colectiva de la primera vuelta. Diez abridores diferentes demuestran la desesperación de no poder encontrar una formula para establecer una rotación y, por como van las cosas, se ve nublado el panorama para los todavía campeones del circuito.

Finalmente los Mayos de Navojoa. Un equipo que comenzó la temporada con 5 derrotas en forma consecutiva, pero con la esperanza de contar con la llegada del manager Lorenzo Bundy, que venía de hacer otro milagro la temporada anterior en la que se llevó la distinción como Manager del Año, pero que aún a esas alturas del calendario cumplía con sus compromisos con los Dodgers en las Grandes Ligas.

La llegada de Bundy al equipo les trajo tres series ganadas en forma consecutiva, pero no pudieron tomar consistencia, tampoco han tenido buenos resultados en juegos cerrados (4-4 en encuentros definidos por una carrera) y terminaron la primera mitad con 6 derrotas en forma consecutiva. Ellos más que nadie pueden ser los beneficiados por el sistema de competencia que les permite comenzar de cero la segunda mitad. No solo porque esos duelos cerrados que se han perdido (16 derrotas por diferencia de tres carreras o menos), pueden cambiarse en victorias en cualquier momento, sino porque ya cuentan con John Lindsey, que debutó para la última serie de la primera vuelta y que seguramente le dará una nueva dimensión a la ofensiva de los Mayos.

La temporada pasada, los dos equipos con menos puntos en la primera vuelta, Mazatlán (3.5) y Ciudad Obregón (3.0), no pudieron recuperarse en la segunda mitad y terminaron siendo los dos eliminados de la postemporada. Este año, Naranjeros y Mayos esperan revertir la situación, mientras los Yaquis tratarán de mantener el paso que los regrese a los primeros planos de una Liga Mexicana del Pacífico que han dominado en la reciente década.

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