<
>

Con James, en la cancha de Racing

El cucuteño fue abducido por la ficción de Cucurto Getty Images

(Segunda entrega de un relato que comenzó así:
James Rodríguez es demasiado lindo para ser terrenal).

BUENOS AIRES -- Continuamos en la nave de James Rodriguez, un admirador número 1 del fútbol argentino. Pocos futbolistas admiran tanto el fútbol nuestro de cada día. Como conté en la crónica anterior, estábamos con James Rodriguez en La Boca y desde ahí nos dirigimos a Avellaneda, el motivo de nuestro viaje era simple: ver jugar a Racing.

James encendió su nave que estaba clamuflada con ramas y hojas en un campito del barrio, frente a la cancha de Boca Juniors.

"Vamos, Cucu", me dijo. "Llegó el momento de ver si River está para grandes cosas".

Me sorprendió el conocimiento de la actualidad argentina. James encendió los motores de la nave y se prendieron todas las luces. Nos elevamos en cuestión de segundos. Le comenté que Avellaneda estaba muy cerca de La Boca y me respondió que iríamos despacio, tardaríamos menos de 36 segundos, agregó con exactitud.

No le pude decir ni hola que ya estaba descendiendo en una callecita cercana a la cancha de Racing.

-- ¡Qué lindo es Avellaneda, Cucu! Anduve por muchas ciudades pero nada es tan lindo como Avellaneda.
-- Me alegro James, porque encima ahora vas a ver al campeón.
-- Cucu, te voy a decir la verdad, nunca vi al River de Gallardo, con mucho poder ofensivo y en cambio le encontré serios problemas en defensa.
-- Ahhh...

El Cilindro de Avellaneda estaba repleto de hinchas de Racing que alentaban sin parar. De un lado y otro de la cabecera central del estadio bajaba un aliento ensordecedor que llegó a su clímax total con el gol en contra de Funes Mori.

- Cucu, Cucu, querido, mirá: apareció Cavenaghi. Siempre fue uno de mis grandes referentes.
- Sí, James, tenés razón, es una gran noticia que Cavenaghi se haya recuperado.

Nos perdimos entre los hinchas en la multitud enfervorizada que disfrutaba como nunca de un triunfo tan categórico.

-- Te dije, Cucu, que a River no lo veía bien.
-- En cambio, Racing, parece más sacrificado, más jugado, ¿no te parece, James?
-- Si, Racing es más sólido en defensa y eso quedó bien claro. Ahora Cucu, no podemos negar que jugar con juveniles y tener tres partidos a la semana es un despropósito. Hay que cambiar el fixture y darle mas privilegios a los equipos que pelean cosas importantes.

Sin duda, James Rodríguez, era un especialista en la comprensión general del fútbol. Sabía de todo y me daba cátedra. Nos paramos y nos fuimos caminando rumbo a su nave.

-- ¿Y ahora a dónde vamos, James?, le dije por pura curiosidad.
-- A conocer más de cerca la vida de Messi en el Barcelona, donde lo idolatran.

Subimos a la nave y en pocos minutos dejábamos atrás el Río de La Plata, con sus ciudades suburbanas y su mística copera. Ahora abajo todo era agua y cielo, la mancha de una ballena gigante se veía desde nuestra nave. ¿Será una ballena o un submarino?, le pregunté a James.

-- Debe ser una ballena, nunca vi un submarino tan grande.

Era verdad.