Luego de algunas semanas difíciles, Arsene Wenger finalmente tuvo un momento de frivolidad a raíz de lo que fue una actuación verdaderamente edificante en el triunfo por 2-0 sobre Borussia Dortmund en el Emirates.
Ahora que la segunda ronda de clasificación está asegurada, le preguntaron al técnico del Arsenal qué podría hacer su equipo para mejorar su flojo historial en la fase de eliminación del torneo. Wenger sonrió.
"En primer lugar, enviar a otro tipo al sorteo. Si miras los últimos cinco o seis...", dijo el DT de los Gunners.
El técnico del Arsenal se refería a que les vienen tocando equipos de la talla de Barcelona y Bayern Múnich en octavos, lo que ha puesto fin a su desafío de Champions antes de que pudieran ponerse en marcha.
Naturalmente, también ayudaría que dejen de terminar segundos en la fase de grupos, como probablemente sucederá en este caso. Y un poco de éxito contra los mejores tampoco les vendría mal.
El Arsenal al menos logró vencer a Dortmund, y el triunfo les brinda una posibilidad remota de quitarles el primer puesto del Grupo D a sus rivales alemanes. Eso pondría las cosas a su favor en vez de en contra, y en definitiva de eso se trataba esta victoria.
Finalmente hubo una sensación de progreso, algo por lo que esforzarse, y un enfoque colectivo más afilado después de lo que habían sido tres partidos sin ganar, uno de los cuales fue un calamitoso empate 3-3 con el Anderlecht. Claro que Wenger estaba sonriendo. Su equipo había sido brillante y vigorizante, sobre todo el gol supremo de Alexis Sánchez.
Sin embargo, existía la persistente sensación de que el Arsenal ya ha estado aquí antes. Es un hábito conspicuo que han desarrollado los Gunners.
En los últimos años, ¿cuántas veces hemos visto situaciones como la de estas últimas semanas? ¿Cuántas veces hemos visto una situación en la que los resultados parecían apuntar hacia un nadir específico, en el que Wenger se enfrentaba una vez más a las preguntas más profundas sobre su gestión? Ha habido al menos una en cada temporada, y a menudo dos. Sin embargo, cada una de estas veces, el Arsenal consiguió el resultado que necesitaba justo cuando todo parecía irse en picada.
Han desarrollado un tipo distintivo de recuperación, haciendo siempre lo suficiente para evitar el desastre absoluto, pero nunca bastante como para salir adelante.
Por tanto, suena un poco vacío y evidente limitarse a decir que este buen triunfo los ha "encaminado". Sobre todo cuando la naturaleza de ese "camino" --siempre el mismo, independientemente de lo que suceda en la campaña-- ha sido precisamente el problema. ¿Cuántas veces se ha dicho exactamente la misma frase en los últimos años?
Mientras que algunos apuntarán a lo bueno que ha sido su desempeño general en su más reciente victoria, otros dirán que se enfrentaron a un equipo debilitado de Dortmund, al que deberían haber vencido de todos modos.
Es el mismo ciclo de siempre. El Arsenal debe romperlo nuevamente.
Para empezar, rompieron a Dortmund. Yaya Sanogo sorprendió al conjunto de Klopp y a unos cuantos espectadores que no anticipaban su inclusión, y su gol temprano marcó el ritmo para todo el equipo. El resto del conjunto continuó con una intensidad elevada. Wenger estaba radiante por eso después del partido.
El problema es que al parecer Sanogo arderá brevemente. Salió con una lesión, al igual que Mikel Arteta, para continuar el mismo tema de siempre. El broche de oro fue que una de las últimas preguntas que Wenger tuvo que contestar fue cuánto tiempo estará fuera Jack Wilshere.
Arsenal aún no puede terminar con esta crisis de lesiones, y ésta es una de las razones por las que siempre hay una sensación de estancamiento. Pero el equipo sí se estabilizó en la cancha en general, y eso no es poca cosa.
Durante el segundo tiempo, a medida que los problemas internos de Dortmund se hacían cada vez más evidentes, surgió un interrogante. ¿Podría el Arsenal presionar para el 3-0, para asegurarse una marca superior por si los equipos terminan empatados en puntos?
El equipo de Wenger en realidad nunca lo intentó. Cuando has sufrido una mala racha como la que ha pasado el Arsenal recientemente, no es común pegar el salto a este tipo de victorias tan enfáticas, y uno de los mayores problemas ha sido su desequilibrio ofensivo.
En cambio, mostraron un buen equilibrio en este sentido. Mantuvieron a Dortmund a raya sin dejar de amenazar.
"Tuvimos una buena combinación de nuestro juego habitual, pases, y transición entre defensa y ataque", dijo Wenger. "Estuvimos muy concentrados para defender bien en conjunto desde el primer minuto hasta el último".
También hizo referencia a su reciente "actitud generosa", contrarrestándola con una obstinación visible. Eso es algo que también hemos visto antes, y no es algo malo.
En cada carrera reciente al cuarto lugar, después de haber superado sus crisis, el Arsenal ha vuelto a lo básico, apuntalando y consolidando las cosas.
No sorprendería si esto sucede otra vez, y podría ser crucial para ellos recuperar su lugar habitual en la Champions League. Demostraría que pueden mantenerse firmes. El problema, sin embargo, es el siguiente paso.
En vez de seguir dando vueltas en círculo, el Arsenal necesita dar ese paso adelante que sugirió su victoria en la final de la FA Cup.
Es por eso que todavía no vale la pena entusiasmarse demasiado con una victoria como ésta, por más excelente que haya sido. No deberían tener la necesidad de reencontrar el camino. Deberían estar forjando uno nuevo.
Esa sigue siendo la cuestión de fondo, por más impresionante que haya estado el Arsenal esta vez.